viernes, 5 de agosto de 2016

Dicen no querer elecciones, pero juegan con las cartas marcadas / José Oneto *

Entramos en el final de la primera semana de agosto en la que, en un principio se creía que iba a producirse la investidura de Mariano Rajoy, y sigue el misterio de si va a haber investidura y cuándo se va a realizar. Esta primera semana de agosto, Pedro Sánchez se ha alejado, aun más de un posible apoyo indirecto a la investidura del Presidente en funciones, mientras que Ciudadanos parece haberse acercado a las posiciones de Rajoy, acercamiento interpretado por el PP como el inicio de un posible sí a la investidura, que forzaría al PSOE a cambiar de opinión, algo que niegan los dirigentes del partido naranja. Mientras, unos y otros se pasan la pelota, en un juego en el que ninguno quiere ser el culpable de unas nuevas elecciones.

Pero la realidad es que todos están jugando una tensa y larga partida, pero con las cartas marcadas y que, aunque insistan en que unas terceras elecciones serían una “vergüenza” y un “desastre” para el país, para su economía y para las relaciones con Europa, no están haciendo nada para evitarlas, Es más, el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy, que tras el encuentro este miércoles con el líder de Ciudadanos, ha querido manifestarse como cualquier Lama, ese maestro budista, capaz de mostrar a otros el camino inequívoco a la liberación y la iluminación.

Y parece haber encontrado la iluminación y la ha transmitido a todos con entusiasmo: “Hemos dado el primer paso y en toda larga caminata hay que dar siempre el primer paso”, aunque debería haber utilizado un término más oriental como “marcha”. Sin embargo, como todos, juega con carta marcada porque, a estas alturas, todavía no ha aclarado públicamente si, después del mandato del Jefe del Estado, acudirá a la investidura, si bien parece que inevitablemente, de acuerdo con la Constitución, tiene que pasar por ese trance. 

Probablemente (se habla de los días 23, 24 y 26 de Agosto), algo le debe haber dicho al Rey el miércoles en el despacho semanal en el Palacio de la Zarzuela, y algo le concretará en el despacho de la semana que viene. Otra carta marcada pueden ser unas nuevas elecciones, escenario en el que, según sus asesores, él sería el más beneficiado. Si además aparece como el menos culpable de una repetición de elecciones.

Pensando igualmente en el escenario electoral y aunque Albert Rivera, el del primer paso de la larga marcha, ha sido el líder que más ha cedido cambiando el “No” en una segunda votación de investidura por la abstención, su carta marcada está en la estrategia de que Rajoy se haga a un lado, y de paso a otro candidato del Partido Popular que sea capaz de poner en marcha esa regeneración política que ha venido pregonando desde los pactos, que tras las elecciones autonómicas, hizo en varias Autonomías, con el Partido Popular y con los socialistas. Su tesis mantenida de forma invariable es que con Rajoy, a pesar de todas sus buenas intenciones, no se puede hablar de regeneración, una regeneración que ha frenado durante sus últimos cuatro años de mandato.

Sus cuatro años de mandato, el manejo de una mayoría absoluta que ha sido aplicada como un rodillo, y los recortes sociales, es uno de los principales condicionantes del comportamiento del PSOE. Pero la carta marcada de Pedro Sánchez, el candidato que intentó la investidura en mayo, con un Gobierno imposible en el que Podemos no tenía el menor interés, porque estaba en la “Operación Sorpasso” para hacerse con el control de la izquierda a costa de los que socialistas, esa carta marcada pasa por el Congreso que tiene que celebrar el Partido, una vez resuelta la actual crisis política y de bloqueo, y en el que se tiene que elegir secretario general del PSOE.

Sánchez al que el Comité Federal del partido le ha dado un escaso margen de actuación (él también, a veces, ha tomado decisiones sin consultar con los barones y el Comité Federal) está luchando más por su futuro personal que por solucionar una crisis que cambiaría de signo si hiciese caso a Felipe González, a muchos de los líderes históricos del partido, y algún que otro barón que le insisten en que cambie el “No” por una abstención, igual que ha hecho Ciudadanos “Somos la oposición y tenemos que actuar como tal”, es su argumento, y tendrá que ser el Comité Federal en una convocatoria extraordinaria el que decida desbloquear la situación, que por ahora, nos conduce irremediablemente a unas terceras elecciones.

Por último, Unidos Podemos que no juega ningún papel en este panorama que se parece mucho al “Ensayo sobre la lucidez” del portugués José Saramago (ver republica.com Balance de Rajoy y “ensayo sobre la lucidez de José Saramago”, está a la espera de que fracase Rajoy y Sánchez, les proponga un “Gobierno de progreso” (Gobierno Frankenstein, según Rubalcaba, o Gobierno a la Tramontana, según este cronista), una esperanza cada día que pasa más difícil, entre otras razones porque a esa salida el Comité Federal del partido se opone, frente a los barones más cercanos a Sánchez como Francina Armengol (Baleares), Miguel Iceta (Cataluña), Sara Hernández (Madrid) y Idoia Mendía (Euskadi). La carta marcada de Iglesias y de Podemos es que juegan al Gobierno a la Tramontana pero, su objetivo es quedarse solos en la oposición, denunciando el posible apoyo del PSOE a Rajoy, si lo hubiere.


(*) Periodista y economista


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