Mientras los dirigentes de los cuatro principales partidos políticos
del país siguen insistiendo en la urgencia de formar gobierno y terminar
definitivamente con la incógnita de unas terceras elecciones que serían
“una auténtica vergüenza para el país” (insiste Rajoy), esos mismos
dirigentes se han quitado de en medio y han aprovechado el largo puente
(de jueves 11 a miércoles 17) para “reflexionar” (dice Rajoy ) sobre la
actual situación política, caracterizada por la propuesta de Ciudadanos
de pactar una investidura del actual presidente en funciones, a cambio
de que el Partido Popular acepte hasta seis condiciones que pueden
suponer el inicio de la regeneración política y ética del PP.
Toda la urgencia que han venido pregonando, echándoles las culpas al
Techo de Gasto, a los Presupuestos para el año que viene –que tienen que
estar en Bruselas el 15 de octubre como fecha límite–, se ha frenado
con esta semana de vacaciones de agosto que se han tomado, sin dudarlo,
la totalidad de los líderes. A pesar de que la actual legislatura se
inauguró hace apenas unas semanas, el pasado 19 de julio. Con todo
empantanado y convocado un pleno del Comité Nacional del PP para el
miércoles 17, en el que se tiene que votar las condiciones impuestas por
Ciudadanos para la investidura, Rajoy se ha ido a Pontevedra (“aquí se
reflexiona muy bien sobre eso”, ha dicho.
Mientras, Rivera se volvía a
Cataluña a esperar una respuesta, Sánchez regresaba a Mojácar (Almería)
para seguir descansando y Pablo Iglesias, que lleva sin poder ser
localizado desde su audiencia con el Rey el pasado 28 de julio, está
perdido. Y ello a pesar de la grave situación en la que se encuentra
“Podemos”, especialmente este fin de semana, con el conflicto surgido en
Galicia, donde ha sido prácticamente absorbido por ‘En Marea’ de cara a
las elecciones autonómicas gallegas, en las que apoyarán al candidato
impuesto por las Mareas .
Es decir que la “vergüenza nacional” no es que puedan producirse unas
terceras elecciones, algo a lo que tanto ellos están contribuyendo,
sino que la vergüenza está en que dejen en Madrid todo empantanado y que
se tomen un inmerecido descanso, cuando apenas llevan de alta en el
Congreso de los Diputados un mes. A cualquier contratado eventual este
pasado mes de julio y con posibilidad de que el contrato se extinga en
septiembre u octubre (como es posible que se extinga el de todos los
diputados que tomaron posesión el 19 de julio), no le correspondería ni
un solo día de vacaciones. Éstos, ya se han tomado más de una semana y
con todo paralizado y sin nada resuelto, con el agravante, además, de
que puede que durante estos días la situación se pudra.
Cuando todos vuelvan a lo mismo el miércoles 17 –después de haber
reflexionado algunos sobre algo tan “complicado” como la creación de una
comisión de investigación del ‘caso Bárcenas’; la limitación de los
mandatos presidenciales; el cese de todo cargo imputado; el fin de los
aforamientos; la prohibición de los indultos a corruptos y la reforma de
la ley electoral– es posible que se produzca una contraoferta, algo que
Ciudadanos, según fuentes del partido, no aceptará, hasta que los
populares den luz verde a la totalidad de las condiciones y fijen con la
presidenta del Congreso, Ana Pastor, una fecha concreta para la
investidura .
La situación corre el riesgo de pudrirse porque, ya desde distintos
sectores de Ciudadanos han venido repitiendo estos últimos días que no
se fían de Rajoy, que no es el candidato adecuado, que no reúne las
condiciones para esta etapa que se inaugura, pero que hay que poner el
reloj en marcha para que haya Gobierno.
Rivera, que está insistiendo en
que sólo habrá un pacto de investidura y bajo ningún concepto un pacto
de gobierno con el reparto de sillones en el Consejo de Ministros, ha
hecho un inútil esfuerzo para incorporar al PSOE a su “plan investidura”
efectuando un llamamiento a través de una Tribuna que publica en ‘El
País’ a” los compañeros socialistas” para que permitan, con su
abstención, arrancar la legislatura y poder exigir a un gobierno en
minoría del PP, como haría Ciudadanos, las reformas, la regeneración y
el control a la corrupción que nunca ha querido hacer el partido de
Rajoy.
“En política, como en otras facetas de la vida –dice Rivera en la
Tribuna que este Domingo publica ‘El País– muchas veces nos toca escoger
entre la solución mala y la menos mala. Los españoles no han querido
que el cambio llegue al Gobierno de España aún, pero ha llegado al
Congreso, y desde una oposición responsable y no populista, tanto el
PSOE como Ciudadanos podemos desempeñar un papel clave para la
estabilidad y el progreso de España”. Algo así como un pacto para que
Rajoy sea investido, pero que ese pacto lleve consigo una oposición
fuerte a ese gobierno que se inviste.
(*) Periodista y economista
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