jueves, 21 de julio de 2016

La juez investiga si responsables de Acciona, Sacyr y Dragados en el AVE, colaboraron en la presunta malversación

MURCIA.- Diez altos responsables de las cuatro UTE (Unión Temporal de Empresas) que tienen adjudicados otros tantos tramos para la construcción de la línea de alta velocidad entre Crevillente y Murcia acaban de ser llamados por la titular del Juzgado de Instrucción nº 9 de Murcia, Olga Reverte, para comparecer como imputados por el presunto desvío multimillonario de fondos de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), adelanta hoy La Verdad

Con estas citaciones, la investigación del 'caso César' da un nuevo salto cualitativo al entrar de lleno en el terreno de las grandes empresas adjudicatarias de las obras, después de que a lo largo de los últimos meses hayan sido detenidos o encartados quienes estuvieron al frente del Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, el propietario de la firma subcontratada Obras MariMar SL, los presuntos administradores de un entramado de empresas 'fantasma que emitían facturas falsas y, por último, el exjefe de Infraestructuras de la línea del AVE al Levante, José Luis Martínez Pombo.
La decena de nuevos imputados son directivos de las UTE Acciona Infraestructuras-Construcciones Villegas, adjudicataria del tramo de 7,3 kilómetros desde Crevillente a San Isidro de Albatera; Dragados-Constructora Hormigones Martínez- Tecsa (tramo San Isidro de Albatera-Orihuela, de 9,5 kilómetros); Sacyr-Neopul Sociedad de Estudios e Construcoes (tramo Orihuela-Colada de la Buena Vida, de 6,7 kilómetros), y Constructora San José (tramo Colada de la Buena Vida-Murcia, con 7,9 kilómetros). Los investigados son Alberto José C.G.; David F.G., Juan Luis R.C., Pablo Damián L.G., Alberto D.P., Salvador Jorge P.V., Francisco Javier T.C., Donato F.A., Francisco V.G. y Manuel P.H.. Todos ellos deberán prestar declaración a lo largo del mes de septiembre.
La imputación tiene su base en las sospechas existentes acerca de su supuesta participación, o cuando menos connivencia, en el descomunal desvío de fondos públicos que se produjo entre los años 2011 y 2014 en la línea del AVE de Crevillente a Murcia.
Los agentes de Vigilancia Aduanera y de la Guardia Civil que han llevado el peso de esta investigación, bautizada 'Operación César', consideran que no habría sido posible cometer una presunta malversación de más de 17,6 millones sin una cierta aquiescencia de las cuatro grandes adjudicatarias de esos tramos. 
Así lo señala en uno de sus informes el propio fiscal anticorrupción, Juan Pablo Lozano, quien afirma que «se entiende que las cuatro UTE contratistas, Obras MariMar, el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela y la Comunidad de Regantes San Felipe Neri, de acuerdo con personal de Adif, han realizado una sobrevaloración del coste de las obras con la finalidad última de enriquecerse a costa del dinero público». 
El presunto fraude se habría cometido inflando el coste real de las obras de reparación y reposición de la red de acequias que se veían afectadas por las obras del AVE, o bien, directamente, emitiendo facturas falsas por obras que nunca llegaron a realizarse. De esa forma se habrían desviado al menos 17,6 millones para el enriquecimiento personal de los implicados en la trama delictiva, aunque la investigación tiene otras ramas abiertas que permiten ya afirmar que la cuantía malversada es todavía más voluminosa.
Una de esas vías se dirige a constatar si algunas de las obras de ese proyecto fueron acometidas incluso antes de que se produjera la adjudicación formal de las mismas, según fuentes próximas a la investigación.
Los indicios que apuntan a la posible participación o connivencia de las cuatro grandes constructoras se refieren al hecho de que todas ellas subcontrataran los trabajos con la empresa murciana Obras MariMar -uno de los principales puntales de todo el entramado-, pese a que se trataba de una pequeña firma sin apenas medios materiales y personales para acometer esa labor y sin experiencia alguna en esa materia.
Además dieron el visto bueno, uno tras otro, a los expedientes de gasto que les iba remitiendo Obras Marimar, pese a que los especialistas que han examinado en estos meses esa documentación consideran que los costes estaban hinchados de forma bastante evidente. También se trata de esclarecer si los pagos de cuantiosas cantidades de dinero que se hicieron a sociedades vinculadas a uno de los principales imputados de la trama, el ingeniero José Manuel Fernández Pujante, no se corresponden con trabajos realizados.
Hasta ahora son ya en torno a medio centenar los detenidos e imputados por su presunta participación en la presunta trama delictiva, que podrían haber cometido delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, contra la hacienda pública y blanqueo de capitales, siempre según publica hoy La Verdad.

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