MURCIA.- Desde hace años los activistas en defensa de la Huerta de Murcia
vienen denunciando la necesidad de acometer con urgencia la protección y
recuperación de la red de regadío como elemento imprescindible para la
conservación de la Huerta y el microclima de Murcia.
Degradación y
entubamientos de cauces, abandono y destrucción del patrimonio
hidráulico han sido la normalidad, y ante proyectos de recuperación de
acequias y del patrimonio arquitectónico vinculado a ellas siempre
aparece la excusa de la falta de presupuesto.
La práctica
totalidad de molinos, puentes, norias, y otras estructuras hidráulicas
de la Huerta de Murcia se encuentran en un estado límite, y asociaciones
como Huerta Viva vienen denunciado que en pocos años muchos de estos
elementos terminarán por desaparecer sino se invierte un pequeño
presupuesto en su recuperación, perdiéndose así un rico patrimonio
histórico y cultural que forma parte de la identidad de Murcia.
La
asociación Huerta Viva ha redactado numerosos proyectos de recuperación
de cauces y molinos, e incluso, con la ayuda de vecinos, ha presentado
una propuesta para el Plan Especial de Protección del Paseo del Malecón.
A modo de ejemplo, la asociación ha establecido de forma preliminar un
coste total de adecuación paisajística y restauración de todas las
viviendas del entorno del Malecón por un valor de tres millones de euros.
La restauración del Molino del Amor ha sido presupuestada en unos
200.000 euros, y la rehabilitación y recuperación ambiental de la
acequias mayores Aljufía y Alquibla, con unos 8.800 metros desde la
Contraparada a Murcia, por 861.000 euros.
Ante estas cifras para
la rehabilitación del patrimonio, a Huerta Viva le sorprende como se ha
podido destinar 17,6 millones de euros al arreglo de las acequias
afectadas por el trazado del AVE, cuando por esa cantidad la asociación
calcula que se podía haber restaurado toda la red de regadío de la Huerta de Murcia y gran parte de su patrimonio arquitectónico.
De
esta forma se puede comprobar que hay dinero para lo que unos cuantos
deciden, poniendo en evidencia la mala gestión en la obra pública, y
como es utilizada para alimentar tramas bajo la excusa de realizar obras
tremendamente sobrevaloradas, e, incluso, innecesarias. Todo ello
contrasta con la reducción de presupuesto para muchos servicios básicos,
y el abandono del patrimonio cultural y ambiental, siendo estos
fundamentales para la calidad de vida de la ciudadanía, la conservación
de nuestra historia e identidad, y el mantenimiento del turismo como uno
de los motores de la economía del país.
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