jueves, 14 de julio de 2016

Recuerdos de Cioran / Guillermo Herrera *

El filósofo nihilista rumano Emil Cioran me lo descubrió mi amigo Vicente cuando asistíamos a una tertulia con los profesores Fernando Savater y Agustín García Calvo en los años setenta.
 
Éramos hijos ingenuos del existencialismo parisino de Sartre y Camus pero la tertulia fracasó con el suicidio de una tertuliana que llevó su pesimismo existencial hasta las últimas consecuencias, aunque sembró una semilla que ha dado fruto: estos artículos que comparto con mis lectores.

La alienación humana, el más destacado de los temas presentado por Jean-Paul Sartre y Albert Camus, es formulado en 1.932 por el joven Cioran: "¿Es posible que la existencia sea nuestro exilio y la nada sea la casa?"

Provocador a ultranza, este pensador de Transilvania animó durante su vida innumerables controversias contra lo establecido, contra las ideas constituidas en norma o el dogmatismo.
 
Fascinado por instaurar un pensamiento a contracorriente, en el cual el cinismo tiene un lugar preponderante, escribió su obra sin concesión alguna.

Las obras de Cioran abarcan muchos y variados temas, así: el pecado original, el sentido trágico de la historia, el fin de la civilización, la negativa del consuelo por la fe, la obsesión por la vida eterna, como una expresión del hombre metafísico, el exilio, etc.
 
Entre Diógenes de Sinope «el Cínico» y Epicuro de Samos, funda una filosofía, en el siglo XX, afín a la de esos filósofos helénicos, en la que la amargura era sublimada por la ironía.

También Oswald Spengler, influyó en la filosofía política de Cioran, ya que le ofreció reflexiones gnósticas sobre el destino del hombre y la civilización.

Sus obras representan a menudo una atmósfera de tormento, un estado que Cioran mismo experimentó, y llegó a estar dominada por el lirismo y, a menudo, la expresión de los sentimientos intensos e incluso violentos.

En cuanto a Dios, Cioran ha señalado que "sin Bach, Dios sería una figura completa de segunda clase", y que "la música de Bach es el único argumento que lo justifica, la creación del Universo no puede considerarse un fracaso total".

Cioran se sentía bastante cercano a los pensamientos hindú y budista; sobre todo porque son los únicos que entienden realmente el concepto de “vacío”, que es el único que puede eliminar nuestro temor a la muerte.

William H. Gass calificó la obra de Cioran como "una filosofía romántica de los temas modernos de la alienación, el absurdo, el aburrimiento, la futilidad, la decadencia, la tiranía de la historia, la vulgaridad del cambio, la conciencia como agonía, la razón como enfermedad.

En sus escritos, destacó su predilección por los pueblo español y ruso a los que consideraba "pueblos derrotados".

En España, Cioran marcó profundamente al filósofo Fernando Savater, que escribió un ensayo (Ensayo sobre Cioran, Espasa-Calpe, 1992) sobre él, tradujo y prologó algunas de sus obras.
 
 
(*) Periodista

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