viernes, 15 de julio de 2016

Los astilleros demuestran lo que da de sí el sector público / Carlos Díaz-Güell *

Los astilleros privados españoles han logrado adaptarse sobradamente, en el año 2015, a los cambios impuestos por el mercado, diversificando en mayor medida su cartera de pedidos (con incrementos relevantes en tipos menos habituales, como dragas y oceanográficos) y situando a España como el tercer país europeo con mayor número de unidades en cartera en 2015, según un informe de PYMAR, organización que aglutina a los pequeños y medianos astilleros privados más importantes de España.
Los as­ti­lleros pri­vados es­pañoles han lo­grado adap­tarse so­bra­da­mente, en el año 2015, a los cam­bios im­puestos por el mer­cado, di­ver­si­fi­cando en mayor me­dida su car­tera de pe­didos (con in­cre­mentos re­le­vantes en tipos menos ha­bi­tua­les, como dragas y ocea­no­grá­fi­cos) y si­tuando a España como el tercer país eu­ropeo con mayor nú­mero de uni­dades en car­tera en 2015, según un in­forme de PYMAR, or­ga­ni­za­ción, que aglu­tina a los pe­queños y me­dianos as­ti­lleros pri­vados más im­por­tantes de España.

Pero la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), pro­pie­taria de los as­ti­lleros pú­bli­cos, acaba de anun­ciar un in­cre­mento de sus pér­didas del 65,8% sobre el ejer­cicio an­te­rior, hasta un total de 151 mi­llones eu­ros, como con­se­cuencia de los nú­meros rojos de los as­ti­lleros pú­bli­cos, Navantia, y de la com­pañía mi­nera, Hunosa.

Analistas y ob­ser­va­dores no dejan de señalar la con­tra­dic­ción y fiel re­flejo de los males que aquejan al sector pú­blico es­pañol, que su­pone el hecho de que, mien­tras los as­ti­lleros pri­vados atra­viesan un gran mo­mento una vez su­pe­rada la crisis del “tax lea­se”, los as­ti­lleros es­ta­tales no son ca­paces de re­cu­perar unos ni­veles de com­pe­ti­ti­vidad que les per­mitan aban­donar la senda de per­didas en la que andan su­midos y com­petir en los mer­cados in­ter­na­cio­na­les.

Un ejemplo re­le­vante de lo seña­lado fue la in­ca­pa­cidad de los as­ti­lleros pú­blicos es­pañoles de ha­cerse cargo de la fa­bri­ca­ción de las com­puertas de la am­plia­ción del canal Panamá y de cuya cons­truc­ción se co­rrió a cargo de una em­presa ita­liana cuya oferta su­pe­raba am­plia­mente a la pre­sen­tada por la firma es­pañola.

En la ac­tua­li­dad, según el in­forme de PYMAR, los as­ti­lleros pri­vados cuentan con una car­tera con­junta de pe­didos de 51 uni­da­des, un 24% su­pe­rior a la que con­taban hace jus­ta­mente un año, lo que su­pone 1.282 mi­llones de euros en pe­di­dos, ge­ne­ra­dores de siete mi­llones y medio de horas de carga de tra­bajo.

En el caso de Hunosa, la mi­nería del carbón en España se halla in­mersa en un pro­ceso de cierre de­fi­ni­tivo del mi­neral sub­ven­cio­nado, obli­gado por la Comisión Europea por con­si­de­rarlo com­pe­tencia des­leal, y cuya úl­tima fase fi­na­liza en 2018.

Hace es­ca­sa­mente un mes, el Consejo de Ministros au­to­ri­zaba una con­vo­ca­toria de ayudas a la mi­nería por valor de 25,3 mi­llones de eu­ros. Los prin­ci­pales ob­je­tivos que se per­sigue con este tipo de con­vo­ca­to­rias son cu­brir las pér­didas de las minas in­cluidas en el Plan de Cierre y con­tri­buir al “cese or­de­nado” de las minas de carbón no com­pe­ti­tivo.

Post-it Desde hace más de treinta años, en que se puso en marcha la re­con­ver­sión del car­bón, se han in­ver­tido 24.000 mi­llones en planes su­ce­sivos para re­ducir la ca­pa­cidad de las cuencas mi­neras y buscar al­ter­na­tivas para la eco­nomía de las co­marcas afec­ta­das. La prin­cipal in­ver­sión se ha di­ri­gido a re­ducir las plan­ti­llas de las em­pre­sas, que han pa­sado de 45.000 a sólo 4.000 mi­ne­ros, un 90% me­nos. El 48% de las pre­ju­bi­la­ciones se han hecho con menos de 44 años y con más de 2.100 euros men­sua­les, con el re­qui­sito de haber tra­ba­jado ocho años en la mina. El coste me­diano en el úl­timo plan (2006-2012) fue de 433.000 euros por per­sona.


(*) Periodista y editor de Tendencias del Dinero


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