“No es no, ¿qué parte del ‘no’ no han entendido?”. Este es el resumen
de la primera reunión que, tras unos días de descanso en la provincia
de Almería, ha celebrado el secretario general del PSOE Pedro Sánchez,
con los responsables socialistas del País Vasco y de Madrid, Idoia
Mendía y Sara Hernández, para consensuar una postura común de cara al
Comité Federal del partido convocado para el sábado 9 de julio. Un
Comité decisivo en el que el PSOE tiene que decidir si, como defienden
algunos de sus barones como Fernández Vara, el miembro del Gobierno en
la sombra de Sánchez Josep Borrell o ex ministros como García Vargas,
Gómez Navarro o Caamaño, lo mejor es abstenerse para evitar unas nuevas
elecciones y, para evitar que el PSOE sea acusado de ser el culpable de
provocar esta tercera convocatoria.
En estos momentos, la postura mayoritaria en el PSOE, postura que
lidera la presidenta andaluza, Susana Díaz, que, a su vez, controla la
principal Federación socialista del país, es que el PSOE debe estar en
la oposición y que bajo ningún concepto puede abstenerse para que siga
en el poder Mariano Rajoy, por lo que éste debe intentar formar Gobierno
sin contar con el PSOE y cerrando conversaciones que dicen que el
presidente en funciones, ha puesto en marcha ya tarde, a pesar de que el
Parlamento no se constituye hasta el día 19 de Julio, con Ciudadanos,
PNV e incluso con los nacionalistas catalanes. Incluyendo en esos pactos
de gobernabilidad, algún tipo de salida para el contencioso catalán. Un
contencioso que, ahora, ha vuelto a resurgir con fuerza a raíz de las
conversaciones que, al margen del Reino Unido, pretende mantener para
quedarse en la UE, Escocia, el espejo en el que siempre se han mirado
los independentistas catalanes.
Parece, por lo menos, aparentemente, que Rajoy, ante el temor de una
nueva cerrazón del PSOE, ha aceptado la tesis que le han transmitido los
socialistas, y, este martes, ha iniciado, en el Palacio de la Moncloa,
una ronda de contactos de menor a mayor, y a la espera de lo que decida
este sábado el Comité Federal socialista, recibiendo al secretario
general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, y al presidente del
gobierno canario, Fernando Clavijo, al tiempo que establecía una cita
para este miércoles, con el portavoz parlamentario Aitor Esteban. El
lehendakari Iñigo Urkullu ya ha hecho pública su hoja de ruta para
cualquier acuerdo, que pasa por aceptar la llamada “agenda vasca,” en la
que se incluye el desarme de ETA en el plazo de un año y el
acercamiento de los presos de de la banda a las cárceles del País Vasco
para que la gestión de esos centros penitenciarios se traspase al
Gobierno vasco. Tras el PNV, pasará por la Moncloa por primera vez, un
representante de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) con la que será
difícil llegar a ningún tipo de acuerdo por su postura independentista
que constituye una línea roja intraspasable.
Sin embargo Rajoy, que parece que ya ha perdido toda esperanza en esa
Gran Coalición de PP, PSOE y Ciudadanos, cree que es posible todavía
una abstención socialista ante la posibilidad de una segunda oportunidad
con la formación de un gobierno en minoría, algo que le ha confirmado a
sus interlocutorias canarios. En todo caso, su última esperanza sería
una abstención del PSOE, algo con lo que ha estado trabajando, hasta que
ha comenzado a ver que es una salida que está definitivamente cerrada,
aunque no quiere reconocerlo. Su única baza, en este caso, sería poner
al PSOE contra la espada y la pared, para que aparezca ante la opinión
pública como el único culpable de una repetición de las elecciones, algo
que, piensan, les castigaría electoralmente.
De las declaraciones de los políticos canarios que se han reunido en
Moncloa con Rajoy y con la secretaria general del partido, María Dolores
de Cospedal, que estará al frente de las negociaciones (y que aparece,
ahora, como protagonista, después de sus enfrentamientos con la
vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría) se deduce que,
esta vez aceptará la oferta del Rey y que intentará, por todos los
medios ser votado, aunque sea con un gobierno en minoría; que sigue
pensando que, en algún momento, el PSOE cambiará de opinión y terminará
absteniéndose, por lo que después de varias votaciones será investido
presidente; que es posible que se estén manteniendo contactos con el
PSOE que no se conocen; que es difícil que haya gobierno en julio tal
como vienen insistiendo muchos dirigentes populares “porque no salen los
números” ; que el presidente en funciones se encuentra en una situación
de “optimismo realista”, aunque preocupado ; que está preocupado
también por la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para
2017 y por el techo de gasto, y que lo más probable es que no haya
gobierno hasta el mes de septiembre… Mas o menos…
(*) Periodista
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