MURCIA.- Los informes de los análisis de las aguas del Mar Menor, realizados por
los técnicos de la Dirección General de Salud Pública, siguen reflejando
que son aptas para el baño, según la normativa vigente, aunque se
mantiene la turbidez, informa la Comunidad Autónoma.
En lo que va
de verano se han tomado más de 800 muestras. Asimismo, el informe
semanal encargado por Medio Ambiente a la Universidad Politécnica de
Cartagena sobre las algas en la laguna, que vigila la determinación y
distribución de las células potencialmente tóxicas, indica que el agua
también es apta.
Los informes de los estudios llevados a cabo esta semana por los técnicos de sanidad ambiental de la Dirección General de Salud Pública en el Mar Menor, donde se han tomado en lo que va de verano más de 800 muestras, siguen reflejando que las aguas son aptas para el baño, según la normativa vigente.
Se mantiene la turbidez, y así se destaca en los informes, en la mayoría de las playas del Mar Menor. No obstante, esta semana en playas del Mediterráneo también se ha detectado turbidez y un mayor número de algas por los vientos de Levante que han azotado la costa.
Asimismo, el informe semanal encargado por Medio Ambiente a la Universidad Politécnica de Cartagena sobre las algas en la laguna indica que el agua también es apta. Con este plan de vigilancia se aborda el problema de la determinación y distribución de las células potencialmente tóxicas en el Mar Menor.
Los puntos de muestreo se han seleccionado en función de los resultados de años anteriores y condiciones ambientales que pudieran inducir este tipo de proliferaciones. El objetivo es obtener una visión de conjunto y local que permita actuar con cierta antelación ante posibles proliferaciones. El modelo de circulación del Mar Menor que se ha implementado es una herramienta para adelantarse, en lo posible, a los movimientos en la laguna de las algas.
La evolución de las densidades del fitoplancton en Los Urrutias y playa Honda está marcada por el comportamiento de los vientos. Al respecto, hay que tener en cuenta que, tanto en la segunda semana de muestreo como en la tercera, en los días previos se registraron fuertes vientos (con velocidades de hasta 30 nudos) de componente este. La acción del oleaje, provocado por los vientos, junto con las corrientes más rápidas que se generan en las costas de la ribera interna de la laguna facilitan la acumulación de sedimentos.
Los informes de los estudios llevados a cabo esta semana por los técnicos de sanidad ambiental de la Dirección General de Salud Pública en el Mar Menor, donde se han tomado en lo que va de verano más de 800 muestras, siguen reflejando que las aguas son aptas para el baño, según la normativa vigente.
Se mantiene la turbidez, y así se destaca en los informes, en la mayoría de las playas del Mar Menor. No obstante, esta semana en playas del Mediterráneo también se ha detectado turbidez y un mayor número de algas por los vientos de Levante que han azotado la costa.
Asimismo, el informe semanal encargado por Medio Ambiente a la Universidad Politécnica de Cartagena sobre las algas en la laguna indica que el agua también es apta. Con este plan de vigilancia se aborda el problema de la determinación y distribución de las células potencialmente tóxicas en el Mar Menor.
Los puntos de muestreo se han seleccionado en función de los resultados de años anteriores y condiciones ambientales que pudieran inducir este tipo de proliferaciones. El objetivo es obtener una visión de conjunto y local que permita actuar con cierta antelación ante posibles proliferaciones. El modelo de circulación del Mar Menor que se ha implementado es una herramienta para adelantarse, en lo posible, a los movimientos en la laguna de las algas.
La evolución de las densidades del fitoplancton en Los Urrutias y playa Honda está marcada por el comportamiento de los vientos. Al respecto, hay que tener en cuenta que, tanto en la segunda semana de muestreo como en la tercera, en los días previos se registraron fuertes vientos (con velocidades de hasta 30 nudos) de componente este. La acción del oleaje, provocado por los vientos, junto con las corrientes más rápidas que se generan en las costas de la ribera interna de la laguna facilitan la acumulación de sedimentos.
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