Ni Albert Rivera ni los portavoces de su partido son capaces de decir
a los medios de comunicación y a los españoles la verdad de lo que
ellos quieren (si es que lo saben) para España en esta grave
encrucijada. Lo que induce a pensar que Rivera continua, de manera
soterrada, a las órdenes de Pedro Sánchez en el intento imposible de
ambos de buscar la dimisión de Rajoy, el ganador de las elecciones, como
una condición insalvable para facilitar un nuevo gobierno de España y
para evitar las terceras elecciones que, vista su actitud de bloqueo,
Rivera y Sánchez están pidiendo a gritos.
Si hace poco dijo Rivera que no hay veto a Rajoy -en línea con lo que
le exigen los intelectuales que participaron en la fundación de C’s-,
esta mañana su portavoz Villegas ha vuelto a pedir la cabeza de Rajoy
para llegar a un pacto. Pero ¿cómo va a dimitir Rajoy después de ganar
las elecciones y haber mejorado sus resultados en 14 escaños mientras
Rivera perdió 8 y Sánchez 5? ¿Acaso no deberían dimitir ellos dos por
sus respectivas derrotas?
Este jueguecito de tácticas de bolsillo, amén de infantil y pérdida
de tiempo, revela una llamativa inconsistencia política de Rivera (como
la de su socio Sánchez), ajena al interés general de España y plagada de
trucos y mentiras. Dicen Rivera y Sánchez que quieren ubicarse en la
oposición y ¿cómo puede haber oposición si no hay gobierno? Y ¿cómo
puede haber gobierno si Rajoy no cuenta con el apoyo o la abstención del
PSOE y C’s?
Pues el precio que, hasta el momento, ambos ponen al pacto para un
gobierno del PP sigue siendo la cabeza de Rajoy ,’el bautista’ de estos
aprendices de la danza del velo, al estilo de Salomé.
Pues van listos si pretenden, desde sus respectivos electorales, dar
un vuelco fundamental a la decisión más mayoritaria de los españoles en
las urnas del 26-J. De manera que o bien Rivera y Sánchez reconocen sus
malos resultados del 26-J y dejan gobernar a Rajoy o volveremos a unas
terceras elecciones donde C’s se puede hundir y donde el PSOE (en plena
crisis con el PSC y con luchas de poder dentro de su partido) volverá a
enfrentarse al ‘sorpasso’ de Podemos por segunda vez.
(*) Periodista
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