El Presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el líder de
Ciudadanos, Albert Rivera, han conseguido poner las bases para el
desbloqueo de la situación política nacional para que el país no siga
sin Gobierno después de 205 días y que no haya que ir a unas terceras
elecciones. Este inicio de acuerdo se ha diseñado en el Parlamento en un
encuentro de hora y media, el mismo día, a la misma hora y en el mismo
sitio que la última entrevista que celebraron los dos hace exactamente
cinco meses, el pasado mes de febrero.
Desde entonces no se veían y, las relaciones entre los dos se han ido
deteriorando sensiblemente por la insistencia de Albert Rivera en que
el candidato del PP no podía seguir siendo Mariano Rajoy si se quería
empezar una nueva etapa de reformas políticas y de urgente regeneración.
Por parte de Rajoy, tras el acuerdo firmado por Ciudadanos y PSOE en el
llamado Pacto del Abrazo, porque se firmó debajo del célebre cuadro de
Genovés en el Congreso de los Diputados, se produjo un alejamiento con
el joven político catalán, al que convirtió en el centro de los ataques
en la última campaña electoral y, buscando el voto útil, descalificó a
los votantes de Ciudadanos ya que volver a votarlos, suponía, insistía
una y otra vez, tirar su voto a la basura.
Con estos antecedentes y con muchas contradicciones en las
declaraciones previas por parte de dirigentes de Ciudadanos, se iniciaba
la mañana de este martes , un encuentro entre los dos políticos, que
este cronista cree que ha sido decisivo (ver republica.com. “Rajoy se la juega con Rivera”),
hasta el punto que ha contribuido a desbloquear una situación que
amenaza, después de más de doscientos días, con la repetición de
elecciones, algo que todos los dirigentes políticos y los propios
ciudadanos no quieren. Una encuesta de Metroscopia publicada
recientemente indicaba que sólo un 23% de los españoles querían unas
nuevas elecciones mientras un 73% eran partidarios de pactos para evitar
una repetición elecciones.
Con estos datos, es comprensible que Albert Rivera tenga la intención
de no participar en un gobierno Popular (esa Gran Coalición entre el
PP, PSOE y Ciudadanos estaba muerta antes de nacer); que preconice el
voto negativo en la primera votación y la abstención en la segunda,
ejerciendo una oposición responsable en temas claves como son la
aprobación del Techo de Gasto y la elaboración de los Presupuestos
Generales del Estado. La posición que adopte Rivera, que además será
sometida a Referéndum a la militancia, es ejercer una nueva presión
sobre Pedro Sánchez y sobre el PSOE. Tras terminar el encuentro con
Rajoy, el dirigente de Ciudadano ha hecho un llamamiento al PSOE para
que evite unas nuevas elecciones. Y, eso se logra, si el PSOE, o algunos
diputados del grupo socialista, después de votar “no”, se abstiene en
la segunda votación.
Oficialmente, y ante la prensa, Rivera ha estado más espeso sin
querer enseñar todas las cartas.”No vamos apoyar esa investidura”, ha
dicho Rivera, aunque también ha asegurado que “todos tenemos que ceder
en algo”, y ha descartado en cualquier caso que “la vía de las terceras
elecciones sea una opción”, con lo que se ha comprometido a desbloquear
la situación y para ello hablará con el dirigente socialista Pedro
Sanchez, al que intenta convencer de que también se comprometa a que no
haya nuevas elecciones, por lo que el único camino sería la abstención
socialista en segunda convocatoria, algo que dirigentes como Antonio
Hernando han vuelto a rechazar diciendo “no, no, no y no”. A la primera
votación, a la segunda, a la tercera, a la cuarta… Posición en la que no
parecen estar la mayoría de los dirigentes socialistas.
Rivera quisiera formar una pinza con el PSOE, para desde la oposición
condicionar a un gobierno extremadamente debilitado como el que parece
puede ser investido (137 votos y, algo más), que tendrá que estar muy
condicionado por las exigencias de la oposición (en este caso por Ciudadanos que hará una
oposición muy responsable pero también muy exigente), algo a lo que
Rajoy no está muy acostumbrado, desde una mayoría absoluta desde la que
ha gobernado cuatro años, sin contar con el resto de los partidos
políticos y aplicando en muchas ocasiones el rodillo. Mucho tendrá que
cambiar Rajoy para poder convivir en esa nueva situación que pueda
crearse…
(*) Periodista y economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario