La primera
ronda de consultas convocada por el Rey para cumplir con el mandato constitucional antes de encargar la formación de Gobierno a uno de los
líderes políticos, no ha servido para transmitir a la opinión pública el
mensaje de tranquilidad que esperaba. Los ciudadanos siguen sin saber
si finalmente habrá Gobierno en la legislatura que acaba de comenzar.
Sabemos
que Felipe VI se lo ha encargado a Mariano Rajoy, y que este ha
aceptado el mandato constitucional de intentar hacerlo, pero a
renglón seguido ha transmitido el mensaje de que si no obtiene los
apoyos necesarios ha dicho que “en un plazo razonable informaré
sobre si estoy o no en condiciones de configurar un Ejecutivo”.
A
partir de estas declaraciones de Rajoy resulta lógico concluir
que no es descartable que Rajoy decline la oferta del Jefe del
Estado, pues ni hay fecha para la investidura, ni sabe el Presidente
si va a contar con los apoyos necesarios para formar gobierno. En
conclusión, vuelve a sobrevolar el fantasma de tener que convocar
unas terceras elecciones.
Pese a las críticas furibundas del
portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio
Hernando, parece lógico que Mariano Rajoy quiera condicionar su
presentación a contar previamente con los votos para ser elegido.
Más que una decisión definitiva, parece una forma de presión que
previsiblemente no cumplirá.
Pues el artículo 99.2 de la
Constitución dice que “el candidato propuesto, conforme a lo
previsto en el apartado anterior, expondrá ante el Congreso de los
Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y
solicitará la confianza de la Cámara”.
Es decir que la
Constitución no contempla la posibilidad de que una vez que el Rey
le ha encargado la formación de Gobierno, el candidato pueda
negarse a hacerlo.
De la intervención en Televisión Española
del vicesecretario general del Partido Popular en el programa La
Noche en 24 horas, Fernando Martínez Maíllo, se concluye que ha sido
un planteamiento estratégico del partido de cara a lograr los
apoyos necesarios. Para añadir a renglón seguido que descartan
irse de vacaciones hasta tanto no se hayan realizado todos los
intentos para lograr la investidura.
Así, desde este mismo
viernes, sin pensar en posibles vacaciones, el Presidente y su
amplio equipo se ponen a trabajar para conseguir la formación de
ese Ejecutivo que se echa en falta por las razones tantas veces
repetidas.
Bien es cierto que no toda la responsabilidad es
del presidente del Gobierno. La oposición debe saber que la
compleja situación económica, las negociaciones con Bruselas
para mantener desactivado el peligro de multa multimillonaria,
las amenazas del terrorismo internacional, las consecuencias
del Brexit obligan. Y nos obligan a todos.
(*) Periodista
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