La portada de El País no es una noticia, sino un deseo, un wishful thinking.
Rajoy podría "profundizar" su pacto con los independentistas catalanes;
podría hacerlo tan profundo como las fosas Marianas. Y podría
blindarlo, si quisiera. Le bastaría con ofrecer a sus interlocutores un
referéndum. ¿Quién sabe? Desde luego, a los independentistas les daría
igual pues lo importante para ellos es el referéndum y seguir en su
proceso. Además, así harían honor a esa leyenda de que la gobernación de
España suele acabar dependiendo de los nacionalistas catalanes.
Tratándose de Rajoy es algo inimaginable, pero también los monstruos de
Lovecraft lo son y ahí están, en los mitos de Cthulhu.
Pero,
en ese momento, C's opone su veto: nada de pactos con quienes quieren
romper España. Vale lo que vale un veto de C's: poco. Pero veto es. Y,
de imponerse dejaría la coalición de la derecha en 160 escaños, solo
viable si alguno de los tres grupos mayoritarios se abstiene. Quizá el
PSOE, ya aburrido de cabildeos inútiles. Desde luego es inviable en
absoluto si esos tres grupos forman una coalición (PSOE-Podemos-C's) que
sumaría 188 diputados y mayoría absoluta.
Todavía
más inimaginable que un pacto PP-Indepes catalanes-PNV. Pero no porque
no sume lo necesario, como en la opción de la derecha, sino porque en sí
mismo no es posible dado que Podemos y C's dicen seguir siendo
incompatibles (aunque nadie vea exactamente por qué) y Podemos está más
interesado en destruir el PSOE que en facilitar su acceso al gobierno.
Esto último es una especie de triste y aburrido sino: los comunistas y
sus allegados siempre van más contra la socialdemocracia que contra la
derecha con el síndrome de la IIIª Internacional. No sirven para gran
cosa, no pueden ganar; pero pueden bloquear, impedir que otros ganen. Y
ese es su empeño.
Curiosamente
ese empeño se ha redoblado al cruzarse con la cuestión catalana. La
repentina candidatura de Domènech en la mesa del congreso, que desató el
vodevil de su constitución, reproduce para En Comú Podem en
Cataluña la misma situación de bloqueo que Podemos en España y su misma
misión: dividir. Dividir el voto de izquierda en España y el voto
soberanista en Cataluña.
Para
entendernos: los dos factores esenciales en esta endiablada situación
son el carácter decisivo de la minoría catalana en el Congreso y la
doblez sistemática de Podemos en España y Cataluña. O sea, no hay más
salida que un gobierno minoritario de la derecha contando con la
abstención del PSOE, en quien están puestas todas las miradas mientras
su secretario general se ha retirado a un monasterio budista en busca de
iluminación y los barones y jarrones chinos predican la necesidad de
actuar con "responsabilidad de Estado", nombre que se da a la práctica
del hara-kiri hecho por un partido.
Parece
mentira que no quepa hacer la coalición de la izquierda
PSOE-Podemos-Indepes catalanes con el apoyo del PNV, que da 178 escaños.
También mayoría absoluta. Su condición es de nuevo catalana: permitir
un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Piénsese qué será más
destructivo, si un referéndum de autodeterminación o dejar en el
gobierno al PP para que acabe con la hucha de las pensiones.
Han
constituido la mesa, pero no está claro quiénes se sentarán a ella y
menos aun, quiénes se irán luego a la cama y con quiénes.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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