MADRID.- El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, cree
que 2017 será el último año bueno con la creación de casi medio millón
de empleos, pero ahí "España se estancará" porque no podrá articular un
nuevo modelo productivo y de formación donde el conocimiento se sitúe en
primer lugar.
Peña insta a los
políticos a que sean conscientes de que "el único patrimonio de un país
son las personas y su inteligencia" y les exige "un compromiso nacional"
con la investigación y la ciencia porque el 60 % de los niños que están
en la guardería cursarán una carrera universitaria que hoy no existe.
El
responsable de este órgano consultivo del Gobierno en materia
socio-económica y laboral considera que la mayor preocupación reside en
los desempleados mayores de 45 años, un colectivo compuesto por dos
millones de personas con paro de larga duración, de los que tres cuartas
partes (1,5 millones) sólo tiene formación básica y, por tanto, su
incorporación al mercado laboral es "imposible".
Para Peña, el
nuevo Gobierno deberá afrontar estos retos con una "gobernanza templada"
y le recuerda que está abocado al entendimiento, "quiera o no, porque
los números no dan para mucho más".
El presidente del CES insiste
en que el principal objetivo del nuevo Gobierno deberá ser "evitar el
caos", porque el edificio está "un poco agrietado" y lo primero que hay
que hacer es "apuntalarlo para evitar daños mayores".
Peña también
cree que el futuro Ejecutivo no conseguirá esta legislatura aprobar
ninguna "medida estrella" y aquí se refiere a las "20 actuaciones
urgentes para el bienestar y el progreso" que los sindicatos trasladaron
a los partidos políticos antes de las elecciones, con la intención de
que las incorporaran a sus agendas.
Una de las 20 actuaciones era
la derogación de las dos reformas laborales, algo que Peña ve muy
complicado porque "no cabe derogar, sino modificar".
Tampoco ve
probable que se apruebe una renta mínima y estima que lo más importante
es garantizar lo que hay ahora, es decir, "mantener la parte sana" y
asegurar los servicios básicos.
Lo que sí reclama al nuevo
Gobierno es que reconstruya de inmediato el Pacto de Toledo y que se
produzca un debate "nacional y racional" sobre las pensiones.
Es
vital, dice, que las medidas que se tomen sean acordadas en un debate en
el que deberán estar presentes los agentes sociales y económicos.
Peña
insiste en que hay que proteger las pensiones porque son el "armazón"
de la convivencia y la política es un instrumento para convivir. El
responsable del CES ve posible que España aporte un 11 % del PIB para
las pensiones, algo que, dice, "hacen los países de al lado, que están
incluso en el 14 y el 15 %".
El responsable del CES subraya que el
actual modelo de pensiones no puede ir para atrás en ningún caso, y
cualquier medida progresista que pretenda reducir la edad de jubilación
acabará con el sistema.
Sobre progresismo, Peña también manifiesta
su opinión y expresa sus dudas de que un Gobierno PSOE-Podemos haga
políticas de progreso. Sin embargo, "un Gobierno PP-Ciudadanos es
progresista si adopta iniciativas de progreso", asevera.
El
presidente del CES confía en que haya investidura a primeros de agosto,
considera que hoy los obstáculos "son menores" que hace unos meses y
recuerda que lo que da a un país riqueza es "la certidumbre".
Peña reconoce que la economía española y el empleo están resistiendo el parón político.
Además,
valora que el organismo que preside emita dictámenes preceptivos sobre
anteproyectos de leyes y proyectos de reales decretos que regulan las
políticas económicas y laborales, y que tienen especial transcendencia.
Nuestros
informes, dice, "no tienen plazo de legislatura, los enviamos al
Gobierno y lo seguiremos haciendo, imprimen un espíritu de razón y
tolerancia y si contagian a alguien, mejor".
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