viernes, 15 de julio de 2016

Reino Unido es el principal cliente europeo de España / Luis Alcaide *

¿Afecta el Brexit directamente a la economía española? Un indicador elaborado por tres economistas del Banco de España (Molina, López y Alberola) llamado “Posicionamiento Exterior de la Economía Española” sitúa al RU como primero y destacado cliente de nuestras exportaciones de mercancía, servicios no turísticos, ingresos por turismo y activos de inversión directa. El Reino Unido representa un porcentaje del 15,25 sobre 100 por delante de Francia 11,52%, Alemania 9,66%, EEUU 7,69% y Portugal 5,08%; una notable ventaja de los británicos sobre los cuatro clasificados siguientes.

En el epí­grafe de mer­can­cías el Reino Unido está por de­trás de Alemania, Francia y Portugal aunque el saldo neto entre ex­por­ta­ciones e im­por­ta­ciones re­sulta mucho más ven­ta­joso para España. En efecto, un saldo po­si­tivo de 5.647 mi­llones de euros en 2015 (8.941 mi­llones con Francia) y de 2.900 mi­llones (2.800 con Francia) en el primer cua­tri­mestre de este año.

En los otros apar­ta­dos, es de­cir, desde ser­vi­cios no tu­rís­ticos e in­gresos por tu­rismo la po­si­ción re­la­tiva del Reino Unido llega al 20% del to­tal; en el ca­pí­tulo de in­ver­siones di­rectas su im­por­tancia re­la­tiva es igual­mente so­bre­sa­liente: in­ver­siones di­rectas de com­pañías es­pañolas en­ca­be­zadas por el Bando de Santander y Telefónica. En de­fi­ni­tiva, el Reino Unido ofrece el mayor grado de in­te­gra­ción bi­la­teral con España. Dos eco­no­mías, la es­pañola y la bri­tá­nica com­ple­men­ta­rias y que a partir de ahora se en­fren­tarán a las con­se­cuen­cias del Brexit.

Inicialmente no existen mo­tivos para una des­via­ción de las transac­ciones bi­la­te­ra­les. Ahora bien, si como pro­nos­tican los ex­pertos el RU ex­pe­ri­men­tase una caída del con­sumo pri­vado del orden del 3% mien­tras el im­porte de su deuda pú­blica al­can­zase el 100% de sus PIB y la libra subiese su co­ti­za­ción de 0,835 con res­pecto al euro no puede des­car­tarse que la de­manda de bienes y ser­vi­cios es­pañoles ba­jase su in­ten­sidad en el Reino Unido.

Interrogante equi­va­lente para toda la Unión Europea que en su co­mercio con el Reino Unido tuvo un su­pe­rávit su­pe­rior a los 70.000 mi­llones de eu­ros.

Los de­fen­sores del Brexit pro­cla­man, no obs­tante, que rotas las “cadenas” que le su­je­taban a la UE, una zona eco­nó­mica que ha pa­sado de tasas de in­cre­mento del PIB del 3,6% en la dé­cada de los 70 a menos del 1% ac­tual, el Reino Unido es­taría en con­di­ciones de desa­rro­llar su po­ten­cial a lo largo y ancho de todo el mer­cado mun­dial. Fuera de la UE será más fácil es­ta­blecer acuerdos de libre co­mercio con los países de Asia, América y la propia Common well. Así mismo con­fían los de­fen­sores del Brexit en que se man­tendrá la nor­ma­lidad con la Unión eu­ro­pea. En efecto, y como ejemplo sub­rayen el caso de la in­dus­tria au­to­mo­vi­lís­tica ale­mana que vende en el Reino Unido un 20% de toda su pro­duc­ción. Este tipo de lazos co­mer­ciales de­ter­mi­narán que Alemania no rom­pería sus vínculos des­pués del Brexit.

Lo que no dicen los de­fen­sores es que las ra­zones del Brexit hayan sido eco­nó­micas el voto por la sa­lida tiene poco que ver con esas ca­denas o cual­quier traba bu­ro­crá­tica im­puesta por Bruselas. Quienes han vo­tado en contra no son los ciu­da­danos a quienes Bruselas im­pide desa­rro­llar su po­ten­cial de cre­ci­miento. Los vo­tantes me­nores de 35 años han ele­gido Remain mien­tras que los ma­yores de 45 años han op­tado por el Brexit, un 60% en el tramo de edad su­pe­rior a los 65 años.

El co­lec­tivo de NO in­cluye un alto nú­mero de per­sona no uni­ver­si­ta­rias opuestas a la lle­gada de in­mi­grantes sin dis­tin­guir entre los mu­chos y ex­ce­lentes tra­ba­ja­dores eu­ro­peos y asiá­ticos y las mi­no­rías de ex­tre­mistas is­lá­mi­cos. Un voto, ade­más, nos­tál­gico de los viejos tiempos cuando los ju­bi­lados bri­tá­nicos eran pocos y los jó­venes ac­tivos ma­yo­ría.

Lo que el Brexit com­pro­mete es el equi­li­brio, la paz y pros­pe­ridad eu­ropea con­so­li­dada des­pués de la Segunda Guerra Mundial. Los países del Este de Europa no son ya sos­pe­chosos aliados de Moscú si no de nuevo ve­cinos de la casa común eu­ro­pea. No hay dos Alemanias si no una. El Brexit es una pe­li­grosa in­ci­ta­ción a romper la unidad eu­ropea con na­cio­na­lismos ex­clu­yen­tes. Un ex­ce­lente re­galo para Putin y un mal trago para la de­mo­cra­cia.

Quizá Europa no haya te­nido en los años de crisis y de la lenta re­cu­pe­ra­ción los me­jores di­ri­gentes y las po­lí­ticas más acer­ta­das. Algunas de­ci­siones es­tra­té­gicas han sido equi­vo­cadas en el oriente medio e in­con­clusas en el norte de África. Decisiones todas ellas que están pro­vo­cando estas dra­má­ticas oleadas de re­fu­gia­dos.

España como Alemania tiene todo el in­te­rés, que va más allá de cual­quier reivin­di­ca­ción sobre Gibraltar para que las ne­go­cia­ciones entre el Reino Unido y la UE no al­teren el fluyo de transac­ciones de bienes y ser­vi­cios que hoy día fa­vo­rece a los ciu­da­danos de uno y otro lado del Canal de la Mancha.


(*) Economista del Estado


No hay comentarios: