lunes, 20 de junio de 2016

Monitorizarán las intervenciones en el Mar Menor acorde con los criterios fijados

MURCIA.- La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, mantuvo una reunión con técnicos y representantes de los ayuntamientos del Mar Menor y de la Administración regional para darles a conocer las condiciones ambientales y criterios de autorización de las intervenciones en la ribera litoral.

La Consejería, a través de la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente, junto con profesores del departamento de hidrología y ecología de la Universidad de Murcia, puso en marcha un sistema de seguimiento ambiental de las intervenciones que se pretenden realizar en las playas con el objetivo de establecer condiciones para su autorización, monitorizar las actuaciones y evaluar las posibles afecciones a los valores naturales.
Así, se fijaron unos criterios básicos y un catálogo de buenas prácticas ambientales, que se deberán tener en cuenta en las próximas acciones en las playas destinadas al baño en la ribera del Mar Menor.
"El objetivo del catálogo es conseguir la mejora ambiental del litoral y singularmente de los hábitats y especies protegidas", señaló la consejera.
Antes del inicio de la temporada estival tanto la Demarcación de Costas como los ayuntamientos de la zona realizan distintas intervenciones para la mejora estética y de la calidad del baño de las playas de la ribera del Mar Menor, como dragados, creación o retirada de escolleras o espigones, reperfilados, aportes de arenas y regeneración de playas, entre otras.
Con estas actuaciones se pretende reparar los daños causados por los temporales y las lluvias torrenciales del otoño y el invierno.
El catálogo de buenas prácticas incluye recomendaciones sobre actuaciones para eliminar espigones. Así, cuando sea posible se priorizará la recuperación del hidrodinamismo natural y la textura arenosa de los fondos, eliminando o permeabilizando espigones y otras infraestructuras que limiten la circulación del agua.
Asimismo, se evitarán todo tipo de dragados, salvo que se trate del interior de los puertos o de los canales de tránsito o golas de conexión al Mar Mediterráneo, siempre con la maquinaria y equipos adecuados para evitar la generación de turbidez en las aguas.
En cuanto a las aportaciones de arena, no debe contemplarse la extracción de este material depositado por arrastre en los primeros metros del lecho marino y se emplearán preferentemente arenas de origen autóctono.
Además, deberá llevarse a cabo preferentemente por medios manuales o, en caso de uso de maquinaria, esa no deberá producir excavación de los fondos e irá trabajando desde tierra. Igualmente, se harán prospecciones previas para detectar la existencia de fartet (aphanius iberus) y plantas fanerógamas marinas.
Respecto a la retirada de fangos, se considera excepcional porque puede suponer efectos negativos para las comunidades de fanerógamas marinas, razón por la cual se considera inicialmente incompatible con su protección; además, se evitará la extracción con medios mecánicos. Se podría admitir el tapado de fangos con arena.

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