sábado, 11 de junio de 2016

Lola Sánchez, eurodiputada: "Si se aprueba el TTIP, podría llegar un día que ir a votar no serviría de nada"


CARTAGENA.- La cartagenera Lola Sánchez se estrenó en la política en el Parlamento Europeo en 2014 y un año después recibía el premio 'Eurodiputado más justo del año'. El premio era de la fundación Max Van Der Stoel por su trabajo sobre el tratado de libre comercio con EE UU, el TTIP. Mantiene Sánchez el espíritu de los primeros tiempos de Podemos. El diario La Opinión la entrevista precisamente con motivo de las negociaciones del TTIP.


Se estrenó en política hace dos años, como eurodiputada. ¿Ha perdido ya la inocencia?
Un poco. Cuando escuchas las cosas que se dicen a puerta cerrada, sin prensa delante, pierdes la confianza en el ser humano. Ahí es donde se quitan la careta. Te dicen «esta es nuestra línea roja y de ahí no pasamos». Lo dicen refiriéndose a cosas tan esenciales como que el respeto a los derechos humanos esté por encima de los intereses comerciales. Lo que me ha sorprendido es que sean tan radicales en la defensa de la indecencia y que no tengan vergüenza en decirlo.

¿Qué tal son sus relaciones con los eurodiputados españoles de otros grupos?
Depende. Con Ciudadanos no coincidimos en nada. Con el PP qué le voy a contar.

¿Y con el PSOE?
Con el TTIP... Que el PP defienda el TTIP forma parte de su lógica política. Lo que no se entiende es que un grupo socialista apoye esa barbaridad. Juegan a eso de «queremos un TTIP, pero no cualquier TTIP». El juego socialista es muy extraño porque han votado a favor del informe del TTIP creyendo que marcaban unas líneas rojas a la Comisión Europea en las negociaciones, pero no es cierto.

¿A qué se refiere?
Votaron en contra de excluir la agricultura de las negociaciones, de incluir la cláusula de derechos humanos... Hasta de prohibir el fracking, que no es que se permita, es que estará prohibido prohibirlo. Juegan a eso. Dicen que nos oponemos al comercio, que no entendemos que el mundo ha cambiado, que es globalizado y que es riqueza. Claro que sí, pero no cualquier tipo de comercio. Si ni siquiera nos dejan conocer toda la verdad de lo que se negocia... Al entrar en la sala donde estaban los documentos y leerlos, nos quedamos todos espantados. Pero no te dejan sacarlos, ni contarlo ni usarlo para el trabajo parlamentario.

¿Y entonces para qué sirve que lo puedan leer?
A mí me ha servido para enfadarme y como combustible para seguir luchando. Lo peor es que supone un golpe de Estado a la democracia. S i se aprueba, podría llegar un día que ir a votar no serviría de nada porque los representantes elegidos no podrían legislar según su programa político. Eso es robar la soberanía popular.

Diga un ejemplo de lo que supondría para la vida diaria de los ciudadanos
Ver una inundación de productos en el supermercado hasta ahora prohibidos por salud. El etiquetado cambiará y el consumidor no sabrá lo que consume. Podremos estar comiendo un pollo lavado en lejía, carne hormonada... No es solo que te enveneno, sino que te enveneno y no tienes la opción de decidir qué compras. Con los medicamentos, se produciría una subida brutal de los precios.

¿Un Gobierno de uno de los países de la UE podría frenar este tratado por sí solo?
Sí. En el Consejo Europeo podría vetarlo, en teoría. Lo que pasa es que la Comisión Europea no quiere que se declare mixto, es decir, que altera sustancialmente la legislación interna de los estados, porque los 28 parlamentos nacionales deberían aprobarlo. En algunos, como Irlanda, incluso sería obligatorio un referéndum. Eso no lo quieren porque el que conoce el TTIP se opone a él.

¿Antes me ha dicho que ha perdido ya algo la inocencia. ¿Y Podemos la ha perdido?
Yo creo que un poco. Nos hemos visto obligados porque los ataques son tan brutales que llega un momento en el que tienes que adelantarte y pensar en lo que vas a hacer, cómo puede ser interpretado...

El programa con el que se presentó a las europeas era muy contundente en cuestiones que después han sido matizadas por Podemos en la política nacional, como la del impago de la deuda ilegítima. ¿Usted ha tenido que matizar mucho sus iniciativas?
No. Se han suavizado muchas posturas a nivel estatal en el partido, pero yo no puedo cambiar el destino a mitad del viaje. El programa de las europeas es un contrato vinculante que nos dieron los ciudadanos, no un cheque en blanco. En el Parlamento Europeo me tengo que desvincular obligatoriamente por ética política de lo que Podemos dice ahora sobre algunos asuntos que ha matizado.

Por lo que dice, se ubica usted en el sector duro de Podemos.
Sí. Me gusta el programa europeo porque lo hizo la gente sin toqueteos por el medio. Es el Podemos más auténtico. Cuando se dice que no somos ni de izquierdas ni de derechas, me parece bien para romper el marco, pero al final está lo que quieres hacer con la deuda ilegítima, con los servicios públicos... Ahí la gente opina y te sale un programa de izquierdas.

¿Está decepcionada con la evolución de Podemos?
No. Lo entiendo perfectamente. Los ataques han sido brutales. Si los ataques no fueran tan brutales podríamos habernos mantenido en esa línea aperturista.

Imagine que Podemos llega el 26J al Gobierno a través de algún pacto postelectoral. ¿Qué no le perdonaría?
Que dejara pasar el TTIP. No lo perdonaría porque ese tratado debería ser considerado un delito de alta traición, como considero que están haciendo los que lo defienden porque están vendiendo sus escaños sin tener el mandato de los ciudadanos para hacerlo.

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