MURCIA.- Fulgencio Perán, yerno del expresidente de la Comunidad Autónoma de
Murcia y miembro del Parlamento Europeo Ramón Luis Valcárcel,
investigado en el 'caso Novo Carthago', de presunta corrupción
urbanística, se quejó del trato recibido del anterior instructor del
caso, el juez del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) Manuel Abadía.
Esa contrariedad la manifestó al declarar ante la juez que
actualmente dirige las investigaciones en un Juzgado de Instrucción de
Murcia, la magistrada Miriam Marín, según se recoge en el acta de su
declaración.
Perán aprovechó las preguntas de su abogado defensor para señalar que
"le buscaron" un viernes en su trabajo, a las 12.30 horas, para que
fuera a declarar el domingo siguiente, el ocho de febrero de 2015, ante
Abadía.
Además, aseguró que "sus compañeros de trabajo le llamaron asustados,
porque pensaban que era por algo muy grave, que le dijeron que le
habían ido a buscar de malas maneras".
Asimismo, comentó que "le dejaron en evidencia delante de sus
compañeros y que no entendía qué prisa podía haber en esa citación", a
la que entonces fue convocado como testigo, y no en calidad de
investigado, como ha declarado ahora.
Fulgencio Perán aprovechó de igual manera las preguntas de su letrado
para matizar algunas de las manifestaciones hechas en aquella primera
ocasión, como las referidas a si invitó a su boda con la hija de
Valcárcel y también investigada, Rosario Valcárcel, al empresario
promotor de Novo Carthago, Rafael Galea.
Ahora precisó que este promotor inmobiliario sí asistió al enlace
matrimonial, pero que lo hizo como acompañante de su esposa, que fue la
personal realmente invitada a la ceremonia.
Sobre ese particular, comentó que acudieron tanto el matrimonio como
sus dos hijos, "porque es normal que la mujer viniera con su marido y
con aquellos".
Sobre su declaración ante el instructor del TSJ, reveló que "se quedó
extrañado" cuando este le preguntó sobre marcas y colores de aviones
para tratar de determinar en qué tipo de ellos realizó el viaje de
bodas.
Al ser preguntado por el fiscal del caso respecto a si podría
identificar a las personas que le habían entregado el dinero que él
mismo ingreso en las cuentas bancarias del matrimonio, respondió que
"después de todo este embrollo, han hecho una labor de recuento y sí
puede identificar a todas a las que corresponden los regalos de boda".
Finalmente, manifestó que del total del dinero recibido por la
pareja, que un perito de la Agencia Estatal de Administración Tributaria
(AEAT) cifra en más de 123.000 euros, tras abonar los gastos de la
boda, les sobraron 42.000 euros, que, "para sacar rentabilidad",
invirtieron en un plazo fijo que después cancelaron para comprar una
vivienda y aplicarlo al pago de las dos hipotecas que suscribieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario