jueves, 23 de junio de 2016

El sentido de la vida / Guillermo Herrera *

¿Cual es el sentido de la vida? No he dejado de hacerme esta pregunta desde que vi la película de los Monty Python “The sense of life”. Al final, el filme resolvía la cuestión con una canción: https://www.youtube.com/watch?v=Vcz7uRyeif8
 
La conclusión de esta canción deja mucho que desear porque se queda en la superficie de las cosas:
 
“Me gustaría creer en Alá, en Abraxas y en Jesucristo 
y obtener esa certeza envuelta para regalo 
pero tal como van las cosas, con todo lo que hemos visto, 
si ese Dios existe, o es muy débil o es muy malo.”
 
La cinta, que muestra el humor corrosivo de los Python, es una serie de 'sketches' que pretenden, de modo satírico, mostrar las diferentes etapas de la vida y llegar a la conclusión sobre el sentido de la misma. El nacimiento, la educación, la contingencia, la edad madura, la enfermedad y la muerte son temas que son tratados de manera irreverente por los Python, en un tono de comedia musical surrealista. Los Monty Python habían prometido que iban a ofender a todo el mundo y lo cumplieron, no dejando títere con cabeza: políticos y patriotas, burgueses y obreros, católicos y protestantes, creyentes y ateos.
 
Grandes maestros de la Humanidad de todas las épocas y civilizaciones han respondido con sabiduría a esta pregunta, y todos ellos nos han dado pistas valiosas para encontrar el norte de nuestra vida, pero al final depende de cada uno encontrar la respuesta en su interior.
 
Conocí a alguien que se odiaba a sí mismo porque se había pasado toda la vida haciendo lo que otras personas le aconsejaban que debía hacer, porque eso era lo “políticamente correcto”, en lugar de hacer lo que realmente sentía. Todos nos hemos traicionado alguna vez, y eso nos ha hecho sufrir y despreciarnos.
 
Vivimos la mentira para obligarnos a buscar la verdad. Es como si te metieran una avispa en los calzones para que espabiles.
 
Todos hemos pasado alguna vez por momentos de desesperación y amargura (hasta el propio Jesús se sintió abandonado en la cruz) en los que todo carecía de sentido. La respuesta no es el suicidio, sino pedir ayuda interna y externa. Siempre funciona.
 
A mi juicio, el sentido de la vida es descubrirse a uno mismo. A veces puede ser traumático, porque lo que se descubre no tiene nada que ver con lo que nos han enseñado, pero el final es feliz, porque no hay nada peor que la ignorancia.
 
Lafayette Ronald Hubbard dijo que la vida es básicamente un estático que no tiene materia, energía, espacio, tiempo, ni longitud de onda. Carece de todo ello porque es la nada, no como ausencia de algo, sino como Ser no manifestado. Esta 'nada' tiene el poder de hacer todo cuando se manifiesta.
 
Los budistas dicen que nuestra naturaleza es la vacuidad o 'shuniata', es decir, algo parecido. Shuniata significa que no hay nada que posea una esencia individual y por tanto que todo está vacío, sin una realidad independiente. Todo lo que existe está relacionado y es interdependiente, y la aparente pluralidad de individualidades es un carácter ilusorio de nuestra existencia.
 
Parece ser que el tesoro más oculto, la verdad más codiciada que activa todo el potencial humano es que “yo soy Dios”, que todos somos Dios manifestándose en forma de seres humanos.
 
La tradición hindú enseña que “yo soy Sat-Chit-Ananda” es decir, existencia, conocimiento y bienaventuranza absolutos.
 
El poeta y místico sufí del siglo X, Hussein Ben Mansour (858-922), conocido como Al Hallaj murió apedreado por decir que “yo soy la Verdad”, pero murió bendiciendo a sus verdugos porque ellos también eran Dios. Éste es el relato más emotivo que conozco.
 
Tiene poemas bellísimos. Cito unos cuantos:
“Yo he visto a mi Señor por el ojo del Corazón.
Yo dije: ¿Quién eres Tú?
Él me respondió: Tú.”
“Soy Aquel a quien amo;
y Aquel a quien amo Soy yo.
Cuando me ves, ves a Aquel;
y, cuando ves a Aquel, nos ves a nosotros.”
“Te ocultaba a las miradas de mis ojos,
mi consciencia Te ha percibido
en el fondo de mi corazón.”
 
Los que satanizan a los musulmanes es porque no conocen la tradición sufi.
Parece ser que algunos masones e illuminati utilizan el poder de este conocimiento para hacerse millonarios, en lugar de para ayudar a la gente, porque como dice Rubén Cedeño “no hay mayor provisión económica en el universo que el conocimiento de yo soy Dios”. Pagarán su karma, porque todo poder conlleva una gran responsabilidad.
 
Por lo tanto la conclusión es ésta:
“Yo soy el reino, yo soy el poder, yo soy la gloria de Dios en eterna e inmortal manifestación. Todo esto yo soy.”
 
Esta conclusión dignifica a todo ser humano.
 
 
(*) Periodista

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