jueves, 23 de junio de 2016

Terremoto electoral de Fernández Díaz / Pablo Sebastián *

Si Rajoy tenía problemas para intentar repetir como presidente del Gobierno tras las próximas elecciones generales del 26-J, por causa de sus responsabilidades políticas en la corrupción del PP, el escándalo de la grabación y difusión de una conversación de su ministro de Interior en la que se descubre un plan de presunta persecución política contra varios dirigentes independentistas catalanes en víspera de la ‘consulta del 9N’, coloca a Rajoy en una posición insostenible para presidir un nuevo gobierno después de los comicios del próximo domingo.

El dicho popular de ‘hasta el rabo todo es toro’ viene al pelo a la hora de valorar el estallido, en la recta final de la campaña electoral, de la citada revelación de una conversación del ministro de Interior Jorge Fernández Díaz con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso. Un diálogo que se creía secreto donde el ministro solicita que se investiguen actividades de algunos dirigentes de ERC, como Oriol Junqueras, o de CDC, Francesc Homs o Felip Puig, por si salía algo que los incrimine o desacredite -vía juzgado y sin señalar a la policía-, lo que constituye un presunto delito de persecución política y de prevaricación.

Todo ello, grabación incluida, ocurrió en el despacho del ministro de Interior en octubre de 2104 a tan solo un mes de la consulta ‘catalana del 9N’ sobre la autodeterminación. Naturalmente estos hechos, que Rajoy dice desconocer (sic), han estallado como un obús la campaña electoral donde primeros líderes de la oposición Sánchez, Iglesias y Rivera han pedido el cese o la dimisión inmediata de Fernández Díaz, mientras en Cataluña las fuerzas políticas ya han denunciado ‘guerra sucia’ del Gobierno de España -de ‘Gal mediático’ dice lo ha calificado el presidente Puigdemont contra el proceso secesionista.

Para completar el tríptico de este lamentable episodio contrario a las mas elementales normas de la democracia y la legalidad, Fernández Díaz declara ser víctima de una ‘conspiración’ electoral y añade que la conversación revelada es algo normal en sus competencias. Lo que no deja de ser otro despropósito de quien tiene la obligación primordial de velar por la seguridad y la vida privada de todos los ciudadanos.

El ministro añade que la presunta ‘conspiración’ tiene como objetivo dañar al PP en la campaña electoral y anuncia una investigación para averiguar cómo le han podido grabar en su despacho oficial de Interior y quien ha sido el autor de la filtración en este momento electoral. Dos cuestiones que revelan una lucha interna en el Ministerio de Interior entre los mandos policiales que parecen estar fuera de control.

Veremos el coste o incidencia política que todo esto puede tener en el resultado electoral, en el futuro de Rajoy y en lo que pueda afectar a la presunta responsabilidad penal de Fernández Díaz. Pero de momento esta bomba de relojería ha saltado por los aires y a la espera estamos de ver si su onda expansiva afecta al resultado de las elecciones que están al llegar.

De momento ha invadido la campaña electoral y si tiene importantes efectos negativos para el PP, que podría perder votos en favor de C’s o del PSOE la consecuencia final de todo ello, a la vista de las últimas encuestas, podría incluir la victoria de Podemos en la noche del 26-J, provocando un terremoto político nacional.


(*) Periodista


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