El terror que este cronista anunciaba el miércoles (ver ‘El terror de Europa al triunfo del Brexit’)
se ha confirmado este viernes en las instituciones europeas al
conocerse los resultados del referéndum convocado por el insensato
primer ministro David Cameron para saber si los británicos quieren o no
permanecer en la Unión Europea.
Y los británicos, a pesar de las
encuestas, a pesar de los optimistas resultados de las casas de
apuestas, a pesar del efecto a favor de la permanencia que produjo el
asesinato de la joven diputada laborista Jo Cox , han votado en una
proporción de 52-48 el Brexit, una diferencia de cuatro puntos y más de
un millón de votos.
Ha sido un golpe muy duro a la Unión Europea, a esa forma de gobernar
por parte de los eurócratas, a esa falta de democracia de muchas de sus
instituciones. Pero, también, ha sido el triunfo de los populismos en
el sentido de que se corre el riesgo de que se produzca el ‘efecto
contagio’, hasta el punto que Marie Le Pen ya ha pedido la misma
consulta para Francia y, esa petición se puede extender a otros países.
Con el Brexit ha triunfado lo más retrógrado de una Europa que sigue
sumida en la crisis económica, en la obsesión por la austeridad y
enfrentada con una de las mayores crisis de su historia, caracterizada
por la xenofobia, el terrorismo, la inmigración y el drama de los
refugiados, que ha removido y traicionado los principios morales y
éticos de la Unión.
Y todo eso, sin líderes de prestigio que han
sustituido la política por la tecnocracia y los políticos por
burócratas. Aparte de las terribles consecuencias económicas del Brexit,
habrá también inevitables consecuencias políticas para una Europa que
se ha despertado bajo estado de shock… y de terror.
(*) Periodista
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