En la última encuesta del CIS sobre intención de voto con vista a las
elecciones del 26-J el PP se situaba en el 29,2 % de los votos y solo
3,6 puntos delante de Podemos, que ocupaba la segunda posición con el
25,6 %. Lo que incluía para Podemos una ventaja de 4,4 puntos por
delante del PSOE, mientras C’s ocupaba el cuarto lugar con el 14,4 %.
Esta situación favorable a la victoria del PP y al sorpasso del PSOE por
Podemos podría cambiar en favor de Podemos y Ciudadanos como
consecuencia del debate del pasado lunes que podría haberle dado a Pablo
Iglesias y a Albert Rivera un nuevo impulso en detrimento de Mariano
Rajoy y sobre todo de Pedro Sánchez.
Y ello no solo preocupa en el PSOE y con razón sino también en el PP.
Porque si los socialistas bajan y en consecuencia Podemos sube y C’s
mejora su posición a costa del PP y del PSOE, por la buena intervención
de Rivera en el debate, la consecuencia de todo ello significaría que la
ventaja del partido de Rajoy sobre el de Iglesias (ahora de 3,6 puntos)
se podría estrechar de manera significativa hasta límites que podrían
calificarse de ‘empate técnico’.
Algo que sin duda está por ver, que coincide con la tendencia de las
últimas encuestas y que podría aparecer como amenaza fantasma en los
sondeos de voto que aparecerán en el próximo fin de semana y en las que
se incluirá el efecto debate. De hecho la renovada agresividad del PP en
contra de Albert Rivera refleja esta nueva situación, dado que en el
entorno de Rajoy esperaban recuperar votos de C’s y ahora temen el
efecto contrario: que votantes del PP se pasen a Rivera una vez que el
líder de C’s planteó el debate con habilidad atacando con dureza los
programas de Podemos (lo que no hizo Rajoy) y a la vez poniendo en
entredicho el liderazgo personal del líder del PP.
Pero si hay preocupación en el PP con C’s, no digamos la que existe
en el PSOE frente a Podemos (y en parte también con C’s) porque Sánchez
no solo no estuvo a la altura que exigía el debate sino que perdió una
buena oportunidad reducir la ventaja que le lleva Iglesias y que, tras
el debate, se puede aumentar si se produce un efecto ‘tsunami’ a favor
de Podemos. Sobre todo si los próximos sondeos electorales confirman un
acercamiento de Iglesias a Rajoy, que daría a Podemos la posibilidad de
ganar los comicios del 26-J, lo que al día de hoy empieza a mirarse por
algunos expertos demoscópicos como una posibilidad por remota que
parezca. De igual manera que también podría estrecharse el margen que
separa al PSOE de C’s.
La intranquilidad y tensión de Sánchez en el debate y su agresividad y
actitud negativa ante todo lo que proponía Rajoy le dañó. Pero peor fue
su insistencia, por el flanco izquierdo, en culpar a Iglesias de ser el
responsable de que él no resultara investido Presidente en el debate y
votación de Investidura en el Congreso de los Diputados, al que nunca
debió presentarse Sánchez -como astutamente evitó Rajoy- sin antes tener
asegurados los votos necesarios para salir airoso.
En estas dramáticas circunstancias para el PSOE ahora consideran en
Ferraz que sería bueno para ellos un debate cara a cara entre Sánchez y
Rajoy, lo que nunca conseguirán después de que Rajoy fuera insultado por
Sánchez en el anterior debate ‘a dos’ de las elecciones del 20-D y una
vez que Sánchez -y el Comité Federal del PSOE- se negaran a dialogar
(‘no es no’) con Rajoy y con el PP después de los comicios del 20-D.
Sánchez se metió de bruces, y por ciega ambición, en la trampa de la
investidura que le tendió Iglesias cuando ya tenía hecho el pacto con IU
y ahora no encuentra la puerta de salida a su difícil situación de la
que también son corresponsables el PSOE y su máxima dirección.
(*) Periodista
http://www.republica.com/el-manantial/2016/06/14/rajoy-con-iglesias-en-los-talones/
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