martes, 14 de junio de 2016

Rajoy con Iglesias en los talones / Pablo Sebastián *

En la última encuesta del CIS sobre intención de voto con vista a las elecciones del 26-J el PP se situaba en el 29,2 % de los votos y solo 3,6 puntos delante de Podemos, que ocupaba la segunda posición con el 25,6 %. Lo que incluía para Podemos una ventaja de 4,4 puntos por delante del PSOE, mientras C’s ocupaba el cuarto lugar con el 14,4 %. 

Esta situación favorable a la victoria del PP y al sorpasso del PSOE por Podemos podría cambiar en favor de Podemos y Ciudadanos como consecuencia del debate del pasado lunes que podría haberle dado a Pablo Iglesias y a Albert Rivera un nuevo impulso en detrimento de Mariano Rajoy y sobre todo de Pedro Sánchez.

Y ello no solo preocupa en el PSOE y con razón sino también en el PP. Porque si los socialistas bajan y en consecuencia Podemos sube y C’s mejora su posición a costa del PP y del PSOE, por la buena intervención de Rivera en el debate, la consecuencia de todo ello significaría que la ventaja del partido de Rajoy sobre el de Iglesias (ahora de 3,6 puntos) se podría estrechar de manera significativa hasta límites que podrían calificarse de ‘empate técnico’.

Algo que sin duda está por ver, que coincide con la tendencia de las últimas encuestas y que podría aparecer como amenaza fantasma en los sondeos de voto que aparecerán en el próximo fin de semana y en las que se incluirá el efecto debate. De hecho la renovada agresividad del PP en contra de Albert Rivera refleja esta nueva situación, dado que en el entorno de Rajoy esperaban recuperar votos de C’s y ahora temen el efecto contrario: que votantes del PP se pasen a Rivera una vez que el líder de C’s planteó el debate con habilidad atacando con dureza los programas de Podemos (lo que no hizo Rajoy) y a la vez poniendo en entredicho el liderazgo personal del líder del PP.

Pero si hay preocupación en el PP con C’s, no digamos la que existe en el PSOE frente a Podemos (y en parte también con C’s) porque Sánchez no solo no estuvo a la altura que exigía el debate sino que perdió una buena oportunidad reducir la ventaja que le lleva Iglesias y que, tras el debate, se puede aumentar si se produce un efecto ‘tsunami’ a favor de Podemos. Sobre todo si los próximos sondeos electorales confirman un acercamiento de Iglesias a Rajoy, que daría a Podemos la posibilidad de ganar los comicios del 26-J, lo que al día de hoy empieza a mirarse por algunos expertos demoscópicos como una posibilidad por remota que parezca. De igual manera que también podría estrecharse el margen que separa al PSOE de C’s.

La intranquilidad y tensión de Sánchez en el debate y su agresividad y actitud negativa ante todo lo que proponía Rajoy le dañó. Pero peor fue su insistencia, por el flanco izquierdo, en culpar a Iglesias de ser el responsable de que él no resultara investido Presidente en el debate y votación de Investidura en el Congreso de los Diputados, al que nunca debió presentarse Sánchez -como astutamente evitó Rajoy- sin antes tener asegurados los votos necesarios para salir airoso.

En estas dramáticas circunstancias para el PSOE ahora consideran en Ferraz que sería bueno para ellos un debate cara a cara entre Sánchez y Rajoy, lo que nunca conseguirán después de que Rajoy fuera insultado por Sánchez en el anterior debate ‘a dos’ de las elecciones del 20-D y una vez que Sánchez -y el Comité Federal del PSOE- se negaran a dialogar (‘no es no’) con Rajoy y con el PP después de los comicios del 20-D. Sánchez se metió de bruces, y por ciega ambición, en la trampa de la investidura que le tendió Iglesias cuando ya tenía hecho el pacto con IU y ahora no encuentra la puerta de salida a su difícil situación de la que también son corresponsables el PSOE y su máxima dirección.


(*) Periodista


http://www.republica.com/el-manantial/2016/06/14/rajoy-con-iglesias-en-los-talones/ 

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