viernes, 10 de junio de 2016

El CIS ratifica las encuestas del ‘sorpasso’ / Fernando G. Urbaneja *

Desde que Podemos entró en escena, hace ahora mil días, el mapa político español se tambalea. Las apuestas estratégicas de los “podemistas” se han ejecutado y cumplido con precisión, ante el pasmo de los demás partidos, de la mayor parte de los analistas y de la propia opinión pública, incluidos, muy probablemente, sus propios votantes.

Apostaron en las europeas por entrar en las instituciones, y lo lograron con creces, con casi un 10% de los votos. Apostaron en las autonómicas y locales por ampliar su perímetro de alianzas para obtener buena posición en las grandes ciudades, y lo consiguieron también con creces con el 15% de votos y la obtención de las alcaldías de las grandes ciudades, con la amble ayuda de los socialistas (¿tontos útiles?). Solo se les ha resistido Andalucía, donde los socialistas manteniendo su feudo.

El CIS preelectoral, una tradicional encuesta de referencia a la que no faltan errores de bulto, ratificó ayer que el hecho diferencial de las tendencias de voto es el adelantamiento (sorpasso) de Podemos sobre el PSOE que les convierte en cabeza de la oposición. No solo eso, también cuenta el dato (ojo, es solo una encuesta) de que una hipotética coalición de izquierdas rozaría la mayoría absoluta, por delante de la coalición PP/Ciudadanos.

La comparación más fiable no es con respecto a los resultados de diciembre sino con la misma encuesta preelectoral de octubre. Entonces el CIS otorgó a los cuatro grupos bajo el manto de Podemos el 16% de los votos y hasta 50 diputados. El resultado de diciembre fue mucho mejor: 21% de votos y 70 diputados). Todo lo contrario para el otro grupo nuevo, Ciudadanos, a los que la preelectoral del CIS asignó un 19% de los votos y 63/65 diputados, muy por encima del resultado de diciembre: 14% y 40 diputados.

Con respecto a los viejos partidos, PP y PSOE, el pronóstico del CIS acertó en el caso de los primeros (28,6% y entre 120 y 128 asientos), y no tanto para los socialistas a los que atribuyó el 20,8% y entre 77 y 89 diputados, frente a un resultado efectivo de 22% y 90 escaños. Para ambos partidos el CIS estima ahora el 29,2% y 21,”% de votos, y entre 118/121 diputados populares y 78/80 socialistas. Es evidente que la alianza con IU favorece la cosecha de la coalición y les permite ganar el resto para el último escaño en varias provincias a costa de los partidos viejos.

Pocos cambios aparentes respecto a diciembre pero de suficiente entidad como para ratificar el vuelvo del tablero que puede provocar cambios de fondo en los partidos tradicionales. Si el PP y Rajoy no consiguen mantener el gobierno se abrirá una crisis en el partido de incierto desarrollo. Y otro tanto para el PSOE, tanto si se subordine a Podemos a cambio de unos puestos en el consejo de Ministros, como si se queda en la oposición con apoyo tácito al gobierno por el centro derecha, el partido tendrá que definirse, algo de lo que ha huido hasta ahora con más coste electoral del que imaginó el equipo de Sánchez que va a obtener los peores resultados de la historia del partido, aunque tratarán de disfrazarlo para seguir.

Las encuestas solo son encuestas, fotos fijas que no siempre coinciden con los votos reales, pero proporcionan argumentos para los relatos de la campaña que impactan, sobre todo, en los candidatos y a y través de estos en los electores.

Con el panorama que dibujan las encuestas, ¿cómo va a funcionar el voto útil?, ¿cómo afectan a lo que queda de campaña y a su incidencia en los indecisos? La respuesta el día 28 a primera hora de la madrugada.


(*) Periodista


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