lunes, 20 de junio de 2016

¿Qué es España? / Guillermo Herrera *

Ésta es la pregunta del millón que han tratado de responder con sabiduría nuestros mejores intelectuales desde el desastre del 98, por lo que no seré yo quien enmiende la plana a ninguno de ellos. Tampoco seré yo quien justifique todas las atrocidades y salvajadas que se cometieron en la historia en el nombre de España o contra ella. Pero vayamos a lo positivo:

Millones de personas en todo el mundo estamos hermanadas por el mismo idioma y la misma cultura hispana, “la República de Cervantes”, y eso es algo muy grande y muy hermoso, que muchos países quisieran tener.

Cuando era un niño, creía que España era la Guardia Civil, la Tabacalera o la plaza de toros donde se veían los colores de la bandera. Luego me enseñaron la historia heroica del Cid y de la reconquista (me emociona el Cantar del Mío Cid). Pero al madurar descubrí diversas versiones de la historia basadas en interpretaciones materialistas, economicistas, sociologistas, psicologistas e incluso meteorológicas (pocos saben que la caída del imperio romano se debió a un cambio climático). Todas ellas eran válidas porque ofrecían distintas perspectivas de la historia, pero ninguna de ellas me llenaba totalmente.

Hasta que un día me abrió los ojos un artículo del historiador británico Arnold Toynbee (publicado en el ABC que compraba mi padre) que ofrecía una interpretación filosófica y espiritual de la historia de la Humanidad.

Luego descubrí a Gárgoris y Habidis, la Historia Mágica de España de Fernando Sánchez Dragó, y descubrí que la frase de que “España es la reserva espiritual de occidente” no era del todo falsa, entendida en sentido amplio, y no en el sentido estricto del catolicismo ortodoxo y recalcitrante.

Resulta que las tres grandes religiones del Mediterráneo, el cristianismo, el islam y el judaísmo alcanzaron aquí su máxima expresión espiritual y que esto no pudo ser una casualidad.

El cristianismo con los místicos del siglo de oro, el islam con el maestro sufi Abenarabi de Murcia, y el judaísmo con la escuela de rabinos cabalistas de Toledo cuya máxima expresión fue el Zohar de Moisés de León.

Llevo años intentando leer las obras completas de mi frailecico San Juan de la Cruz, y es tal la emoción que me embarga, que no puedo seguir leyendo porque entro en “un no se qué que me deja balbuciendo” y “me quedo sin saber sabiendo, toda ciencia trascendiendo”. Algo parecido me ocurre con Abenarabi y con Moisés de León.

¿Alguien ha escuchado alguna vez la pureza y ternura de una canción sefardita? ¿Alguien se ha maravillado de la filigrana musical de la Orquesta Andalusí de Tetuán? ¿Alguien ha oído las cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio? Todas estas maravillas artísticas son
fruto del talento español.

Por eso reivindico la España luminosa de las tres culturas, de Alfonso X el Sabio, de la Escuela de Traductores de Toledo, de los comuneros de Castilla, de los heterodoxos españoles, del Rey ilustrado Carlos III, frente a la España oscura y tenebrosa de la inquisición de Torquemada.

Dicen que el nacionalismo se cura viajando y yo digo que el sectarismo cultural y religioso se cura estudiando otras culturas y comprendiendo las distintas formas que tiene la Humanidad de buscar la belleza, la perfección, Dios.

España es la síntesis cultural más maravillosa de la Humanidad.


(*) Periodista

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