martes, 31 de mayo de 2016

Parece cercana la dimisión de Pedro Antonio Sánchez como presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia


MURCIA.- La dimisión de Pedro Antonio Sánchez como presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia hoy sí parece cercana, según coinciden esta noche diversas fuentes del PP de la Región, que estiman que se produciría para no arrastrar inmediatamente en su derrota a su antecesor en el cargo y actual eurodiputado, Ramón Luis Valcárcel, que lo designó como su sucesor y candidato a la Presidencia aún sabiendo sus presuntos antecedentes delictivos en varios frentes. Esa debilidad es precisamente la que buscaba en él para tenerlo controlado en San Esteban  y lo consiguió con la complicidad parlamentaria de C's y la "inestimable ayuda" de José Luis Mendoza.

El presidente provisional, Alberto Garre, también sabía de quien se trataba su impuesto consejero de Educación  pero no pudo anularlo a tiempo, pese al apoyo de Cospedal, porque mostró interés personal en su defenestración para ser él candidato a las autonómicas de 2015. La Guardia Civil acusa a PAS de recurrir a la trama Púnica en su carrera por convertirse en el candidato del Partido Popular para su cargo actual, enmedio de la insistencia del propio Valcárcel. La actuación ilícita se aceleró por la premura de Sánchez, ya que existían "temores a las consecuencias reputacionales de una nueva posible imputación sobre él", sostiene la Benemérita.

El pago de la reputación de Sánchez se enmascararía en contratos en materia de formación: la previsión era facturarlos a la Consejería de Educación de Murcia, de la que era titular entonces Sánchez bajo la presidencia de Garre en San Esteban.
 
En las filas del PPRM se cuece ahora cierta rebelión interna apoyada desde Génova 13 para provocar una controlada ruptura con el pasado, que evite otra seguida de vacío de poder. Tanto en la sede central del partido como en el palacio de La Moncloa consideran más que inoportuna la circunstancia devenida en Murcia a pocos días de comenzar la campaña electoral de unas elecciones generales que se presentan más que inciertas para los dos grandes partidos. Hace tiempo que sabían que Valcárcel es un barril de pólvora y que se había pertrechado aquí con políticos irrelevantes, ambiciosos, imberbes y mediocres para aguantar así la sucesión de Rajoy como jefe del Gobierno frente a las nuevas huestes de calidad de José María Aznar, donde hay más de un murciano-cartagenero afincado en Madrid.

El silencio de Valcárcel y su aparente inacción desde que ayer lunes estalló el escándalo de la mano de la UCO y lo trascendido este martes sobre detalles del informe policial de la Guardia Civil que recomienda la imputación (investigación) de Pedro Antonio Sánchez,  abundan en que la situación aparece más que delicada para el maestro y su visible acólito; mucho más tras las duras acusaciones del abogado Diego de Ramón la semana pasada en sede parlamentaria sin que Valcárcel presentase contra él una querella criminal por calumnias.

Hoy mismo, el líder nacional del PSOE, Pedro Sánchez, ha calificado de igual de grave la situación de corrupción en el PP murciano que en el valenciano, pese a haber tenido hasta la fecha menor trascendencia mediática.

Según el informe de la UCO, estos hechos se deducen de las conversaciones teléfonicas pinchadas a los implicados, y se confirman con otros muchos indicios, como declaraciones policiales, correos electrónicos, declaraciones tomadas a posteriori y el contenido de los equipos informáticos incautados en los registros policiales.

El enlace que puso en contacto a todas las partes habría sido Pilar Barreiro, en quien influyó José Antonio Alonso Conesa, exalcalde socialista de Cartagena también imputado en esta causa, quien ya la conocía, para que se contratara a las firmas de De Pedro. "El nexo de unión entre ambas tramas, el Ayuntamiento de Cartagena y la Consejería de Educación de la Región de Murcia fue Pilar Barreiro", concluye la Guardia Civil.

Las vicisitudes por las que ha atravesado en las últimas semanas la presidencia del TSJ, la aceleración del 'caso Auditorio' y las crecientes revelaciones sobre el proceso seguido por Valcárcel con la desalinizadora de Escombreras, sumado a lo trascendido en la comisión parlamentaria sobre el aeródromo de Corvera, hacen concluir un estado generalizado de corrupción politico-administrativa en la Comunidad Autónoma de Murcia que puede haber puesto en marcha, sin más, una operación de limpieza desde las altas instituciones del Estado.

Si así se explica todo lo sucedido en las últimas horas y se valora la contundencia de las últimas revelaciones de la UCO sobre las andanzas y pitanzas de Pedro Antonio Sánchez, la dimisión es la única salida de este sujeto sin peso específico antes de comparecer ante la Justicia para responder de sus presuntas fechorías desde cargo público, con el riesgo de una venganza añadida contra quienes no han querido, o no han podido, salvarlo políticamente.

Queda la duda de si mañana miércoles llegará a tomar posesión el nuevo consejero de Fomento, Pedro Rivera Barrachina, tras ser nombrado por la mañana en Consejo de Gobierno, si es que también éste llega a celebrarse en las actuales circunstancias de un presidente cogido en falta y fuera de juego a la vez por andar con medias verdades y ocultando lo que sabe que sabe la UCO.

Por eso la inhabilitación de PAS estaba más que cantada al filo de esta medianoche, tarde lo que tarde en presentar su dimisión antes del jueves. Desde el PP nacional lo están deseando por lo inoportuno de las fechas y la torpeza destilada por PAS, que sigue sin hacer una comparencia pública para aceptar sus errores. Lo de los ministros del Interior y Justicia hoy mismo no son más que posturas convenidas para hacer pensar que la UCO actúa por libre y que todo es una casualidad, a pesar de las fechas, cuando la detonación siempre es cosa de artificieros.

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