sábado, 7 de mayo de 2016

Rajoy no quiere debates electorales ni en pintura / José Oneto *

Toni Cantó, diputado de Ciudadanos por Valencia, ha empezado su particular campaña electoral haciendo una parodia de los Debates Electorales, el tema de debate, valga la redundancia, en el que están en este momento todos los políticos, desde que fueron convocadas las elecciones para el 26 de Junio. Cantó (Valencia 1965) representa desde el día 3, en los Teatros del Canal de Madrid, la obra “Debate”, una comedia en la que se intenta contar las interioridades de esos cara a cara, que han movilizado a millones de españoles y que, según él, es un “falso espacio de libertad dónde todo está pactado”. En cierto modo, una gran mentira.

En efecto, todo está pactado hasta que alguien se sale del guión establecido y le llama al otro “indecente”, como le pasó a Pedro Sánchez con Mariano Rajoy, algo que ha condicionado la política española durante los últimos meses, ha hecho imposible el acercamiento entre los dos para iniciar el mínimo diálogo para desbloquear la situación política creada con las elecciones generales del pasado 20 de Diciembre, y ha provocado que en público el Presidente del Gobierno en funciones se haya negado a darle la mano a su oponente. El rencor ha durado hasta hace unos días cuando Sánchez se ha atrevido a decir que se equivocó pronunciando esa descalificación. Dice que se equivocó en la forma, pero no en el fondo en tanto dio “voz a todos los que piensan que debió dimitir al descubrirse el escándalo Bárcenas y aquel demoledor SMS de “Luis se fuerte”.

Probablemente, ese es el único incidente que no estaba programado y controlado desde que empezaron a programarse este tipo de debates en 1993 en Antena 3 entre Felipe González y José María Aznar, y que han seguido realizándose a lo largo de doce elecciones generales. Seis debates en doce elecciones generales. Nuestros políticos, tampoco han sido muy generosos que digamos. Ahora, en estas elecciones ya han empezado las propuestas, las exigencias, y también los miedos y las excusas. El Presidente del Gobierno en funciones, el mejor situado en las encuestas y el probable ganador en Junio, ha manifestado públicamente que no le “apetecen” los debates electorales, que no son su formato preferido, que se siente incómodo con los enfrentamientos en los platós de televisión y, que si acude a ellos, es por “cumplir los estándares democráticos”.

Por eso si fuera por él, en las actuales circunstancias, no haría ningún debate, pero son muchos sus colaboradores y responsables de la campaña electoral, los que le están insistiendo en que, por lo menos tiene que aceptar algún debate a cuatro ya que, ahora, no se puede alegar que dos de los partidos (Podemos y Ciudadanos), no tienen representación parlamentaria y, por otra parte, todos los partidos han anunciado que si hay un debate a cuatro con los cabezas de lista y a Rajoy de le ocurre enviar a su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria, como ocurrió en la pasada campaña, los demás también optarán por un substituto. El debate a cuatro solo será aceptado por la oposición siempre que el representante del PP sea el Presidente del Gobierno.

Esta última opción, con la que estaría de acuerdo el equipo electoral es la que produce más reticencias en el Presidente del Gobierno porque se convertiría en “todos contra Rajoy ” y en una especie de censura total a su mandato. Algo que podría obviarse en debates por parejas, que tampoco termina de convencer en Moncloa. En estos momentos ya hay pedidos varios debates a cuatro en dos televisiones y una Universidad, esta última moderada por el director del programa “Más de Uno” Carlos Alsina, y está sin decidir los debates a dos, los llamados “Cara a Cara”, especialmente el Sánchez-Rajoy, que vendría a ser la revancha del último de la polémica, el que provocó la ruptura de relaciones entre los dos, que todavía prosigue.

Probablemente los debates no sean tan decisivos como se cree, aunque forman ya parte de los usos democráticos y tienen la influencia de lo que reflejan las encuestas. El último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), hecho público el pasado martes, afirmaba que el 17,6% decidió durante la última semana de campaña a quién votar y el 9,3%, incluso, el mismo día de las elecciones. Si bien los estudios sociológicos indican que la influencia de los debates en el voto es limitada, algunas investigaciones realizadas en España como «Análisis del cambio de voto hacia el PSOE en las elecciones de 1993» apuntan que en épocas de hastío político, abstención alta y encuestas reñidas, el debate electoral tiene más poder para hacer variar el voto. Caso que podría darse en estas elecciones de Junio.


(*) Periodista


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