miércoles, 4 de mayo de 2016

Rajoy es conocido como “el hombre que espera sentado” / José Oneto *

El pasado 2 de Mayo, día de la Comunidad de Madrid, el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy Brey, en el edificio de la Puerta del Sol, parecía que acababa de ser designado candidato a la investidura a la Presidencia del Gobierno por el Jefe del Estado. Él, que había decidido en su momento, declinar el ofrecimiento de que fuese a la investidura como representante del partido más votado, algo que había dejado al Rey tan sorprendido, como al resto de los españoles, estaba tan convencido de que su situación había cambiado radicalmente, que confesaba a un grupo de periodistas que antes del 31 de Julio, tendríamos nuevo Gobierno.

El pronóstico, indudablemente, estaba asociado, aunque no lo dijo en ningún momento, a su persona y al futuro del Partido Popular. Lo anuncian incluso las encuestas: hay una recuperación del voto popular y, tal como le venía insistiendo su sociólogo de cabecera, el incombustible Pedro Arriola, el que más le había insistido en que no intentara una investidura sin tener amarrado todos los apoyos, porque hay datos para pensar que, parte de ese millón largo de votantes que siempre votaron popular y que el 20 de Diciembre se refugiaron en la abstención, volverán al redil de Génova, aunque lo hagan murmurando y cabreados.

Por eso, y por otros datos, ese lunes 2 de Mayo, el optimismo de Rajoy era tal que no quedó un solo invitado a la recepción de la Comunidad, que no recibiese un apretón de manos, un abrazo, una foto o un saludo con la mejor de sus sonrisas. Parecía transformado, mientras daba las gracias a todos los que le decían que había acertado no yendo a la investidura, esperando, y aguantando, hasta que llegase su oportunidad. Y su oportunidad, pronóstico de Arriola, le había llegado con lo que él decía que era una “segunda vuelta”. Y, ese día 2 de Mayo, había empezado esa segunda vuelta, en la que se centraría, sobre todo, en los pueblos algo que había empezado a descubrir.

Está seguro de ganar y fue lo que transmitió a todos, en la reunión del día 3 en Génova en la que empezaron a hacerse los preparativos para la campaña electoral que comenzará oficialmente el 5 de Junio, aunque de hecho, ya ha empezado. Este miércoles y respondiendo a Ciudadanos, que insiste en que Rajoy tendrá que echarse a un lado para iniciar cualquier proyecto de “regeneración política”, el Presidente con casi las mismas palabras que decía a los periodistas el 2 de Mayo, repetía que no está dispuesto a tirar la toalla ni a renunciar a la candidatura del PP para las elecciones del 26-J. “Estoy en un buen momento. Mi voluntad es que mientras me encuentre bien y fresco quiero continuar”. Lo malo es que tendrá que contar con Ciudadanos para un Gobierno con mayoría absoluta.

Es curioso que, cuatro meses después y tras una segunda convocatoria electoral, todo permanezca igual. Los mismos vetos, las mismas propuestas, los mismos candidatos y, los mismos odios y desconfianzas. La otra noche, en el programa de Onda CeroLa Brújula” que dirige y presenta David del Cura, la totalidad de los representantes de los partidos políticos, que recibían las críticas sobre su falta de capacidad para haber encontrado una solución a un bloqueo, político de 133 días, volvían a repetir el mismo argumentario que han venido desgranando estos meses, sin el menor propósito de la enmienda y sin mucho interés en olvidar los enfrentamientos que han venido manteniendo desde el mismo 21 de Diciembre del pasado año. En realidad solo los socialistas y Ciudadanos intentaron, sin mucha fortuna el acuerdo, frente al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no se esforzó lo más mínimo por forjar una alianza o una Gran Coalición.

De esta forma, ese hombre que le gusta estar sentado, obligó a todos a repetir los comicios. Y ahora, reconocen unánimemente que, “su táctica – escribe el semanario alemán Der Spiegel” – podría funcionar, puesto que tampoco el socialista Pedro Sánchez fue capaz de apuntalar un ejecutivo. El motivo de su fracaso fue Pablo Iglesias, el jefe de Podemos, quien también saboteó las negociaciones”.

Los españoles se enfrentan pues, a una segunda vuelta de modo sumamente reacio y disgustado con sus políticos. Es probable que, al final, muchos desistan y simplemente no acudan a las urnas. Eso repercutiría posiblemente en beneficio del PP, cuyos seguidores son de edad avanzada pero fieles. “Visto así, -concluye el semanario alemán- Rajoy, que apuesta por esperar sentado, puede hacerse esperanzas de lograr esta vez los votos suficientes como para gobernar, posiblemente con los liberales. Su jefe, Albert Rivera, el luchador contra la corrupción, ha exigido hasta ahora que Rajoy, lastrado por este mal, se marche. ¿Pero mantendrá esa condición? “… Rajoy sigue esperando sentado.


(*) Periodista


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