lunes, 18 de abril de 2016

BMN amenazado desde Alemania con recalificar su deuda pública como de alto riesgo

MADRID.- Alemania ha planteado una dura batalla en Europa con el objetivo de reconsiderar la deuda de los países como un activo con alto riesgo. Los bancos europeos y españoles, entre ellos BMN, están hasta las cejas de bonos y obligaciones en sus carteras, por encima de los 200.000 millones de euros. Ante esta situación en lontananza, el FROB sondea a Bruselas sobre una posible fusión de Bankia y BMN.

El aba­ra­ta­miento del precio ofi­cial del di­nero de los úl­timos años ha per­mi­tido que los bancos eu­ro­peos, y entre ellos los es­paño­les, como BMN, se hayan car­gado de bonos y obli­ga­ciones de los Es­ta­dos. Compraban tí­tulos que re­mu­ne­raban al 3%, al 4% o al 5% y los fi­nan­ciaban al 2% o a tipos in­fe­riores a me­dida que pa­saban los me­ses. Un ne­gocio re­dondo que be­ne­fi­ciaba no sólo a los ban­cos, sino tam­bién a los paí­ses, porque te­nían una guardia de corps dis­puesta a com­prar los tí­tulos con los que fi­nan­ciar el dé­ficit pú­blico, como recuerda www.capitalmadrid.com
Los tipos de in­terés se en­cuen­tran en mí­nimos y hasta ne­ga­tivos en mu­chos ca­sos, que las en­ti­dades están su­friendo una ofen­siva re­gu­la­toria que se ma­te­ria­lizan en cos­tes, que la si­tua­ción eco­nó­mica mun­dial es de re­ce­sión.
La deuda de los países siempre se ha con­si­de­rado como un ac­tivo sin riesgo, siempre que se man­tu­viera hasta la amor­ti­za­ción final de los tí­tu­los. Pero des­pués de lo su­ce­dido con Grecia, a los ale­manes les ha en­trado el miedo en el cuerpo y han de­ci­dido cam­biar las re­glas del juego.
Establecer un nivel má­ximo de deuda en poder de la banca o im­poner unas pro­vi­sio­nes, como su­cede con el resto de ac­tivos en ba­lance, cons­ti­tuyen las ame­nazas plan­teadas por Alemania. La banca es­pañola cuenta con 200.000 mi­llones de deuda en sus car­te­ras.
Los ale­manes han re­do­blado sus es­fuer­zos, con apoyos como el del go­ber­nador del Riksbank, el banco cen­tral sueco, que tam­bién ocupa la pre­si­dencia del Comité de Basilea. La ba­talla se di­rime en dos es­ce­na­rios, el del propio Comité de su­per­vi­sión ban­caria de Basilea, así como la Comisión Europea. El ca­ballo de ba­talla de la pugna es la in­ten­ción poner lí­mite a las te­nen­cias de deuda o una pro­vi­sión, que los ale­manes ase­guran que sería muy li­viana (un solo punto de pro­vi­siones le su­pon­dría a la banca tener que dejar cau­tivos cerca de 2.000 mi­llo­nes).
Para los bancos cons­ti­tuye un nuevo pe­drusco en su ac­ci­den­tada tra­yec­toria de los úl­timos años. Después de una pri­mera re­es­truc­tu­ra­ción con­se­cuencia del es­ta­llido de la bur­buja in­mo­bi­lia­ria. Después de años ajus­tando al alza su nivel de ca­pital según las ór­denes del BIS, re­cor­demos que se en­cuen­tran in­mersos en un es­ce­nario real­mente com­pli­cado.
La deuda ha sido desde hace años un ca­ballo de ba­talla para las en­ti­dades fi­nan­cie­ras. En los años no­venta, la deuda so­be­rana cons­ti­tuyó una fuente de in­gresos por ope­ra­ciones fi­nan­cie­ras, hasta la crisis del Sistema Monetario Europeo, que obligó al Banco de España a ela­borar una nor­ma­tiva de ur­gencia para frenar las pér­didas en este tipo de ac­ti­vos.  

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