MADRID.- Alemania ha planteado una dura batalla en Europa con el objetivo de reconsiderar
la deuda de los países como un activo con alto riesgo. Los bancos europeos y
españoles, entre ellos BMN, están hasta las cejas de bonos y obligaciones en sus
carteras, por encima de los 200.000 millones de euros. Ante esta situación en lontananza, el FROB sondea a Bruselas sobre una posible fusión de Bankia y BMN.
El abaratamiento del precio oficial del dinero de los últimos años
ha permitido que los bancos europeos, y entre ellos los
españoles, como BMN, se hayan cargado de bonos y obligaciones de los Estados. Compraban títulos que remuneraban al 3%, al 4% o al 5% y
los financiaban al 2% o a tipos inferiores a medida que pasaban
los meses. Un negocio redondo que beneficiaba no sólo a los
bancos, sino también a los países, porque tenían una guardia de
corps dispuesta a comprar los títulos con los que financiar el
déficit público, como recuerda www.capitalmadrid.com
Los tipos de interés se encuentran en mínimos y hasta negativos en
muchos casos, que las entidades están sufriendo una ofensiva
regulatoria que se materializan en costes, que la situación
económica mundial es de recesión.
La deuda de los países siempre se ha considerado como un activo sin
riesgo, siempre que se mantuviera hasta la amortización final de
los títulos. Pero después de lo sucedido con Grecia, a los
alemanes les ha entrado el miedo en el cuerpo y han decidido
cambiar las reglas del juego.
Establecer un nivel máximo de deuda en poder de la banca o imponer
unas provisiones, como sucede con el resto de activos en balance,
constituyen las amenazas planteadas por Alemania. La banca española
cuenta con 200.000 millones de deuda en sus carteras.
Los alemanes han redoblado sus esfuerzos, con apoyos como el del
gobernador del Riksbank, el banco central sueco, que también ocupa
la presidencia del Comité de Basilea. La batalla se dirime en dos
escenarios, el del propio Comité de supervisión bancaria de
Basilea, así como la Comisión Europea. El caballo de batalla de la
pugna es la intención poner límite a las tenencias de deuda o una
provisión, que los alemanes aseguran que sería muy liviana (un solo
punto de provisiones le supondría a la banca tener que dejar
cautivos cerca de 2.000 millones).
Para los bancos constituye
un nuevo pedrusco en su accidentada trayectoria de los últimos
años. Después de una primera reestructuración consecuencia del
estallido de la burbuja inmobiliaria. Después de años ajustando
al alza su nivel de capital según las órdenes del BIS, recordemos
que se encuentran inmersos en un escenario realmente complicado.
La deuda ha sido desde hace años un caballo de batalla para las
entidades financieras. En los años noventa, la deuda soberana
constituyó una fuente de ingresos por operaciones financieras,
hasta la crisis del Sistema Monetario Europeo, que obligó al Banco de
España a elaborar una normativa de urgencia para frenar las
pérdidas en este tipo de activos.
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