La consulta a la que Pablo Iglesias ha sometido la decisión de las
bases de Podemos el pacto de Gobierno de PSOE y C’s acabará este lunes
con rotundo ‘no’ a las pretensiones de Pedro Sánchez quien, finalmente
-ya pudo anunciarlo hace tiempo-, tendrá que reconocer su fracaso para
la formación de Gobierno, como quedó claro en la votación del Congreso
de los Diputados del pasado 4 de marzo, pero que se niega a reconocer
con la intención de culpar a otros de su temeraria e imposible misión.
De esta manera al PSOE y al PP solo les queda una salida que es
pactar un gobierno entre los dos primeros partidos del país, o de lo
contrario irán a las elecciones generales del 26 de junio lo que parece
imparable a la vista del desencuentro político y personal entre Sánchez y
Rajoy. Los que se volverán a ver las caras en la campaña electoral en
ciernes, donde ambos ocuparán la cabecera del cartel de sus partidos.
Ello a pesar de que tanto Sánchez como Rajoy tienen sobrados motivos
para, asumiendo sus respectivas responsabilidades políticas, que dar un
paso atrás y ofrecer el liderazgo del PSOE y el PP a otros renovados
dirigentes que probablemente y si tienen el nivel necesario serían bien
acogidos por el electorado. Pero está claro que ninguno de los dos dará
su brazo a torcer y que ambos maniobraron el calendario político con la
intención de impedir la celebración de los respectivos Congresos del
PSOE y del PP que llevan meses de retraso.
Lo que está claro es que Pablo Iglesias se ha salido con la suya y
logró que las bases de Podemos rechacen el pacto de Sánchez con Rivera y
se lancen en pos de la nueva campaña electoral en alianza con IU, lo
que sin duda provoca la mayor inquietud en el seno del PSOE. Porque está
claro que Iglesias nunca tuvo la intención de pactar con Sánchez sino
más bien el desafiar el liderazgo del PSOE en la izquierda.
El que Iglesias cree que Podemos puede batir si logra un buen acuerdo
con Alberto Garzón. Pacto que la vieja guardia del PCE, Llamazares y
Lara, quieren evitar aunque lo tendrán muy difícil porque se van a
encontrar en esa batalla con otro personaje de gran influencia en IU y
PCE como es Julio Anguita que ampara el pacto de Iglesias y Garzón. En
el centro derecha español Ciudadanos también le va a presentar una dura
batalla al PP, sobre todo porque Rivera salió bien parado del debate de
la investidura y por causa de los últimos escándalos como el del
ministro Soria del que Rajoy ha salido muy tocado, por más que él
considere que a sus electores no les afectan los casos de corrupción. De
igual manera que Rajoy sabe que no tendrá capacidad de pacto con C’s o
el PSOE, tras los comicios del 26-J.
Como no la ha tenido después de las elecciones del 20-D. Pero para
Rajoy lo del pacto del gobierno es una cuestión colateral porque su
obsesión es la de derrotar por segunda vez a Sánchez y hundirlo de
manera definitiva en el seno del PSOE. Y entonces ya verá Rajoy a quien
le cede el ‘honor’ de liderar el PP para la negociar con C’s y el PSOE y
la posible presidencia del Gobierno si el PP gana las elecciones del
26-J.
La consulta de Podemos en favor de Iglesias y en contra de Sánchez es
otra señal que anuncia el final de una investidura que nunca existió. Y
sobre cuyo fracaso el PSOE no dejará de culpar a los demás y ahora y
con mayor motivo a Pablo Iglesias que será su más temido adversario
electoral.
(*) Periodista
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