Las espadas
siguen en alto de cara a la asamblea que tiene convocada la Asociación
de Inspectores del Banco de España para el próximo lunes. La tensión
entre los técnicos y sus jefes ha subido de tono en los últimos meses.
Sobre todo, después de que el Tribunal Supremo confirmara dos sentencias de las
Audiencias de Valencia y Oviedo que obligaban a Bankia a devolver a dos
accionistas el dinero que invirtieron.
La
sentencia del Supremo considera que existían graves inexactitudes
en el folleto de la oferta pública de títulos de la entidad.
El
Supremo, además de rechazar los recursos de Bankia sobre el fondo de
la cuestión, como era la devolución del dinero invertido en las
acciones, rechazaba que la causa penal pendiente en la Audiencia
Nacional pudiera paralizar las reclamaciones individuales en la
vía civil.
Tras esta sentencia, el colectivo de
inspectores del supervisor financiero español pedía, a través de
un comunicado, la dimisión, entre otros, del Subgobernador del
Banco de España, Fernando Restoy, por haber participado en el
proceso de autorización de la colocación de las acciones de
Bankia.
En concreto, entre los profesionales de la
inspección del Banco de España se recuerda que Restoy, como
vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores,
presidió la comisión que autorizó desde la CNMV la salida a bolsa
de Bankia. El entonces presidente del supervisor de los mercados,
Julio Segura, no lo pudo hacer al estar dado de baja por enfermedad.
Tres
meses antes de emitir este comunicado, a finales del mes de
noviembre, ya se había producido otro enfrentamiento entre la
junta directiva de la asociación de inspectores del Banco de
España y los máximos responsables de la propia entidad. El Banco
de España habría desautorizado el informe de los dos peritos
aportados a la Audiencia Nacional, peritos inspectores del Banco de
España, Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogales, quienes habían
asegurado que las cuentas de 2010 y 2011, las formuladas bajo la
presidencia de Rodrigo Rato, y las de 2012, ya con José Ignacio
Goirigolzarri en la presidencia, “tenían errores contables y no
reflejaban la imagen fiel de la entidad”.
Si esto que dijeron
en su primer informe provocó una enorme tensión en las más altas
esferas del Banco de España, la reafirmación a principios de mes
en un nuevo informe al juez de la Audiencia Nacional que lleva el caso
Bankia, Fernando Andreu, de que las cuentas eran fraudulentas, no
solo ha reavivado el conflicto, sino que lo ha agudizado. Porque el
juez puede decidir sobre la actuación penal de los dirigentes del
Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La
imagen de la alta administración española se juega mucho en ello.
Lógico que algunos no duerman.
Además, las últimas
conclusiones de Busquets y Sánchez Nogales, solicitadas de nuevo
por el magistrado Andreu, están redactadas incluso de forma más
tajante que los términos en los que se expresaron en los
aproximadamente 400 folios de sus trabajos previos. Compañeros
suyos del Banco de España, consideran que una vez familiarizados
con los trabajos en la Audiencia Nacional les ha resultado más fácil
evitar parte de la jerga profesional para ser más rotundos.
Sobre
todo, a la hora de asegurar que no existían tantas provisiones como
se decían en el folleto de colocación de las acciones de Bankia.
En los estados financieros no aparecían todas las provisiones que
se decían que existían. Una misma provisión se trataba de aplicar a
riesgos distintos.
Lógico que aumenten las tensiones, justo
ahora, días antes de que el próximo lunes se celebre una asamblea de
la asociación de inspectores de la que podría salir un nuevo
comunicado tan crítico con el actual equipo gestor del Banco de
España, como los últimos emitidos.
Según miembros de la
asociación de inspectores, las presiones que reciben en la
actualidad son enormes y podrían estar encaminados a hacer
desaparecer la asociación, o cuando menos el actual equipo
directivo. Estos vienen alertando y mostrándose críticos con la
crisis, incluso antes de que se desencadenara.
La historia
de la crisis financiera está todavía por escribirse y los
inspectores del Banco de España tratan de que la misma no se
tergiverse.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario