Hace unas horas este cronista se hacía la pregunta, si el ministro Soria (ver Republica.com “Caso Soria: un caso de cara muy dura”)
aguantaría como ministro de Industria, Energía y Turismo hasta el lunes
que comparecería ante la Comisión de Energía del Congreso de los
Diputados para explicar lo que hasta ahora ha sido inexplicable: que no
está relacionado con los llamados “Papeles de Panamá”, y que dos de sus
empresas, en dónde él está de secretario y como administrador, tienen
conexiones con al menos tres paraísos fiscales: Panamá, Bahamas y la
isla de Jersey.
Evidentemente, dada la situación, no podía aguantar y en la misma
noche del jueves, se le aconsejó que no asistiera a la reunión del
Consejo de Ministros de este viernes, mientras se negociaba cómo se
haría pública su salida del Gobierno, teniendo en cuenta que tras la
reunión del gabinete de este viernes, la vicepresidenta del Gobierno
Soraya Sáenz de Santamaría, tendría que hacer frente a las preguntas de
los periodistas en una situación que se presentaba como imposible para
ella y para el Gobierno. De esta forma un intermediario de Rajoy se
encargó de la misión de convencer a Soria de que su posición era ya
insostenible y, apelando a la amistad con el Presidente (Soria fue quien
durante años vigiló el estado de salud del padre de Rajoy durante el
tiempo que jubilado vivió en Canarias) para que no comprometiese más la
situación del Gobierno y del partido, en un momento político clave para
el país.
Desde el pasado lunes en que se hizo público el nombre del Ministro
relacionado con la trama de Panamá (él sabía, desde días antes, que esa
información iba a salir) Soria no sólo no había dicho en ningún momento
la verdad, sino que había intentado ocultarla con evidentes mentiras,
con datos falsos e incluso con fantasías, como que tanto su nombre como
el de su hermano, respondían a personas con la misma identidad; que todo
era producto de un error e, incluso, que las firmas se parecían mucho a
las auténticas, insinuando, nada más y nada menos, que habían sido
falsificadas y que en cierto modo estaba siendo víctima de algún tipo de
operación política para quitarle de en medio de una posible sucesión de
Rajoy. Hay que recordar que tanto él como de Guindos, han aparecido en
rumores interesados de posibles sucesores del Presidente en el Gobierno y
en el partido.
La aparición de nuevos papeles del registro en el Reino Unido, dónde
el señor Soria, junto con su hermano Luis, aparece en el paraíso fiscal
de la Isla británica de Jersey, como administrador de la compañía Mechanical Trading Limited (participada al 80% por la sociedad familiar de los Soria, Oceanic Lines, relacionada, a su vez, con UK Lines Limited,
en el paraíso fiscal de Bahamas (documentos del despacho
Mossak&Fonseca), echa por tierra todas las prolijas explicaciones
del Ministro intentando demostrar que él nunca había tenido, ni tiene
relaciones con empresas radicadas en paraísos fiscales. Este mismo
viernes el periódico El Mundo aportaba el dato de que una
filial del BBV facilitó dos testaferros para encubrir a Soria en el
paraíso fiscal de Jersey: las sociedades pantallas BIBJ y BIBJ Nominess, las mismas que figuran como accionistas de la compañía der Bahamas.
Soria, que había convencido a algunos compañeros de Gobierno que no
tenía nada que ver con los “Papeles de Panamá”, algo que creyeron a pie
juntillas, hasta el punto que dieron la cara por él, en una ceremonia
colectiva muy cercana al ridículo, intentó hasta el último momento,
convencer al propio Presidente del Gobierno, con el que ha tenido una
notable intimidad, que tiene papeles para sostener su posición, algo que
era imposible de creer y se había convertido en motivo de chanza ante
la actitud del Ministro de inventarse sucesivas versiones para ocultar
un comportamiento, que como manifiesta en su comunicado en el que
renuncia al cargo de Ministro de diputado del Grupo Popular y de
Presidente del Partido en Canarias, debe ser ejemplar. “La política es
una actividad que debe ser en todo momento ejemplar también en la
pedagogía y en las explicaciones. Cuando así no ocurre deben asumirse
las responsabilidades correspondientes “.
(*) Periodista
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