El importante
descenso del paro previsto para el mes de marzo es uno de los pocos
datos favorables que va a poder ofrecer Mariano Rajoy en su
comparecencia ante el Congreso de los Diputados en la que toda la
oposición quiere aprovechar para hundir más la imagen de los populares.
107 días después de que se celebraran las elecciones y a 26 días para
que expire el plazo para poder formar gobierno, la actividad
parlamentaria se intensifica esta semana en la que se van agotando todas
las posibilidades de acuerdo.
El
Gobierno confía en el fracaso de las negociaciones de Pedro Sánchez
ante la incompatibilidad manifiesta que han expresado para
convivir en un mismo Gobierno que han expresado los líderes de
Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera.
Rajoy
regresa al Congreso como presidente en funciones con la
advertencia del Banco de España de que la falta de gobierno puede
afectar al crecimiento económico en medio de la parálisis
política.
Con la comparecencia del presidente, el Partido
Popular ha querido evitar un conflicto institucional entre la
Cámara baja y el propio Gobierno que puede acabar en el Tribunal
Constitucional, si finalmente los partidos de la oposición aprueban
las mociones respectivas para iniciar los trámites necesarios.
Pese
a los argumentos de los juristas, el Gobierno ha justificado su
decisión de acudir al Congreso con una redacción muy medida que
dice así: El presidente “comparece ante el Pleno del Congreso para
informar, de forma extraordinaria por la urgencia de la materia y
por encontrarse en funciones, sobre el contenido de los asuntos
tratados en el Consejo Europeo de los días 17 y 18 de marzo”.
Al
margen de la polémica de si debe comparecer o no el Gobierno en
funciones para ser controlado por el Congreso, el debate no va a
quedar circunscrito a lo aprobado en el último Consejo Europeo sobre
la emigración en Europa y el acuerdo con Turquía.
Los
populares esperan poder ofrecer las cifras de crecimiento de
empleo como el mejor aval de los logros de su política económica.
El año pasado los datos del mes de marzo supusieron el mayor
descenso del paro de los últimos 13 años.
Este año el consenso adelantaba que serían incluso mejores, dado
que va incluida la Semana Santa que ha conllevado récord de
contratación de los servicios turísticos. Otra cosa será lo que
ofrezcan los datos desestacionalizados.
El año pasado, con
Jueves Santo y Viernes Santo cayeron en el 2 y el 3 de abril, el mes de
marzo registró 60.214 desempleados menos, la mayor rebaja en 13
años. Fue el mejor marzo desde que existe el registro de datos de paro,
cuya serie se inició en 1996.
Todavía fueron mejores en
términos de afiliación a la Seguridad Social, pues se inscribieron
en la misma 160.579 personas. El siguiente mes, incluida ya la
contratación de la Semana Santa, el paro bajó casi el doble, en
118.923 personas.
Son los datos en los que espera apoyarse el
Gobierno para superar el segundo pleno ordinario de la
legislatura actual sin sentirse derrotado. La Cámara tiene
previsto debatir dos iniciativas con rango de ley.
La primera
no le preocupa en exceso. Es la reforma del estatuto de
autonomía de la Comunidad Valenciana que quedó pendiente en la
pasada legislatura y que busca mejorar la financiación de las
arcas públicas de la región.
La segunda iniciativa podría dejar más en evidencia la soledad en
la que se mueve el Partido Popular sobre las cuestiones clave. En este
caso la educación. El PSOE ha planteado una proposición
encaminada a suspender el calendario de implantación
definitiva de la reforma educativa del PP.
Los socialistas
han negociado el apoyo del resto de grupos parlamentarios para
tratar de paralizar la entrada en vigor de las disposiciones que
todavía no lo han hecho, sobre todo la evaluación final de Primaria
que debe hacerse a finales de este curso.
La oposición al
completo, no solo el PSOE, quiere aprovechar todas las sesiones del
Parlamento mientras no se convoquen elecciones, para intentar
demostrar que lo que los populares han defendido como sus
principales logros de la pasada legislatura tienen los pies de
barro.
Por eso han convocado también a Cristóbal Montoro para
el jueves en la Comisión de Presupuestos con el fin de que explique a
qué se debe la desviación del déficit.
(*) Periodista
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