viernes, 15 de abril de 2016

La renuncia de Soria llega demasiado tarde para el PP / José Hervás *

El ya ex ministro de Industria, José Manuel Soria, ha causado un importantísimo daño de imagen al Partido Popular con su resistencia a dimitir. Se ha resistido incluso después de que se descubriera que había tenido sociedades en paraísos fiscales, pese a que él lo había negado en sus desafortunadas comparecencias.

La opo­si­ción sabía que había ‘mordido presa’ y no la va a dejar en paz ni des­pués de co­brada. La pa­labra pa­raíso fiscal tiene un efecto letal en los elec­to­res. Tan letal que ha des­truido los son­deos que es­taban pre­pa­rados para este fin de se­mana y que obliga a las em­presas a rea­lizar otro trac­king para va­lidar los re­sul­ta­dos.

Los re­gis­tros de Jersey evi­den­cian que, como mí­nimo hasta siete años des­pués de haber ocu­pado el primer cargo pú­blico como po­lí­tico, la al­caldía de Las Palmas, so­cie­dades de la fa­milia han uti­li­zado los ser­vi­cios de los pa­raísos fis­cales y que José Manuel Soria firmó las cuen­tas.

Jorge Moragas, el hombre fuerte del mo­mento en el PP por de­le­ga­ción de Mariano Rajoy, quien actúa como se­cre­tario ge­neral de hecho de los po­pu­la­res, dejó bien claro a la vista de todos los pe­rio­distas pre­sentes en los pa­si­llos del Congreso de los Diputados que sus ex­pli­ca­ciones no le pa­re­cían con­vin­cen­tes. Se había ini­ciado la cuenta atrás de su ca­rrera po­lí­tica.

Aunque Soria negó las pre­siones que ejercía el par­tido a través del jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, en pre­sencia de María Dolores de Cospedal, la ne­ga­tiva del pre­si­dente del Gobierno a decir una sola pa­labra sobre Soria tras el acto or­ga­ni­zado este jueves en Cuenca, su­puso la pun­ti­lla.

En este mo­mento la única sa­lida que le han de­jado ha sido la de re­dactar el co­mu­ni­cado de su aban­dono de la po­lí­tica. Hay que re­co­nocer que en esto los po­pu­lares ha sido menos des­car­nados que Pablo Iglesias a la hora de ful­minar al nú­mero tres de Podemos y se­cre­tario de or­ga­ni­za­ción de la for­ma­ción, Sergio Pascual.

Según su co­mu­ni­cado, Soria se mar­cha, por la “sucesión de errores co­me­tidos a lo largo de los úl­timos días, en re­la­ción a mis ex­pli­ca­ciones de mis ac­ti­vi­dades em­pre­sa­riales an­te­riores a mi en­trada en po­lí­tica en 1995, de­bido a la falta de in­for­ma­ción pre­cisa sobre he­chos que ocu­rrieron hace más de veinte años; sin per­juicio de que nin­guna de tales ac­ti­vi­dades em­pre­sa­riales haya te­nido re­la­ción ni vínculo de tipo al­guno con el ejer­cicio de tales res­pon­sa­bi­li­dades po­lí­ti­cas”.

El caso de los Papeles de Panamá había echado por tierra toda la es­tra­tegia del Partido Popular de or­ga­nizar todas las se­manas actos en las di­versas co­mu­ni­dades au­tó­nomas para no de­jarse comer el te­rreno por Ciudadanos, Podemos y el Partido Socialista.

Los actos están tam­bién pen­sados para ilu­sionar a los mi­li­tantes y a los miem­bros de las or­ga­ni­za­ciones pro­vin­ciales que cada día más se ven des­co­ra­zo­nados con la subida de tono de los casos de co­rrup­ción en los me­dios de co­mu­ni­ca­ción. “Hasta aquí po­díamos lle­gar” pro­claman en el PP. La de­ci­sión de ad­mitir la re­nuncia de José Manuel Soria va a tener más con­se­cuen­cias a nivel na­cional que en Canarias, de cara a la re­no­va­ción de las listas elec­to­rales del PP.

Resuelto el caso Soria, se abre una gran in­cóg­nita con lo que pueda pasar con las listas de Madrid en las que fi­gu­raron en la úl­tima cam­paña cuatro per­sonas im­puestas por Esperanza Aguirre. En el par­tido se da por he­cho, que como mu­cho, man­ten­drán a dos de ellas.

Sus de­cla­ra­ciones de guerra con oca­sión de la pre­sen­ta­ción de su libro ‘Yo no me ca­llo’ en las que, tras ase­gurar que es un dis­pa­rate negar la crisis del PP, ha pe­dido un Congreso para cam­biar la es­truc­tura y la pre­si­dencia del par­tido para do­tarle de ideo­lo­gía, que según ella ca­rece, han agu­di­zado su irri­ta­ción con ella en la for­ma­ción.

Soria ha re­nun­ciado, pero los pasos in­ter­me­dios para la re­no­va­ción del Partido Popular to­davía no han con­cluido y todo ello cuando pa­rece inevi­table estar unidos de cara a unas más que po­si­bles nuevas elec­cio­nes.


(*) Periodista

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