jueves, 14 de abril de 2016

España a sotavento, por ahora / Luis Alcaide *

Las dudas sobre la formación de un gobierno en España coinciden con una situación internacional plagada de incertidumbres. Por fortuna, la economía española parece inmunizada es espera de que esas incertidumbres exteriores se calmen y no adquieran mayor virulencia. El Reino Unido quiere separarse de la UE y los holandeses mediante un referéndum rechazan el acuerdo de asociación UE-Ucrania. Mensajes de insurrección, como dice W.Münchau, contra el orden establecido.

En los EEUU pri­ma­rias con Trump y Clinton pro­po­niendo aran­celes prohi­bi­tivos contra las mer­can­cías chi­nas. Se ca­lienta el de­bate sobre la glo­ba­li­za­ción de la eco­no­mía. Su re­chazo va ga­nando el favor del pú­blico. Aquellos be­ne­fi­cios que trajo la aper­tura del co­mercio in­ter­na­cio­nal, me­jora del nivel de vida, paz y no gue­rra, entre los grandes países co­mer­ciantes oc­ci­den­ta­les, se va ol­vi­dando a la vez que crece la sen­sa­ción de que la mun­dia­li­za­ción es un pro­yecto de las élites en su propio pro­ve­cho.

Los pa­peles de Panamá con­fir­ma­rían estas sos­pe­chas. Las ga­nan­cias de la eco­nomía abierta no se están in­vir­tiendo en la eco­nomía pro­duc­tiva, se es­con­den, se es­ca­mo­tean re­cursos a las Haciendas na­cio­na­les. Menos so­li­da­ridad y más de­sigual­dad.

El go­bierno de los EEUU ha blo­queado la fu­sión 160 mil mi­llones de dó­lares entre la bri­tá­nica Allergan y la nor­te­ame­ri­cana Pfizer. El mo­tivo evitar una eva­sión fiscal de grandes di­men­sio­nes. Pfizer acu­mula pro­blemas des­pués del éxito de su me­di­ca­mento Lipitor, re­cord mun­dial de ven­tas, y la frus­tra­ción de sus ex­pec­ta­tivas ante la im­po­si­bi­lidad de con­se­guir un nuevo des­cu­bri­miento rompe­dor.

Sus ventas han ba­jado en 10 mil mi­llones de dó­lares con re­la­ción a 2011 pero su co­ti­za­ción se ha man­te­nido gra­cias a los 44 mil mi­llones de dó­lares gas­tados en auto car­tera. Agotada esta es­tra­tegia así como la re­duc­ción de costes los di­rec­tivos de Pfizer buscan otra sa­lida para evitar un des­censo del valor de sus ac­ciones en el ín­dice S&P 500. Salida: la eva­sión fis­cal.

Nacionalismos, ate­so­ra­miento, fraude fis­cal, in­cre­du­lidad sobre la moral de las clases di­ri­gentes y des­con­fianza sobre los efectos de las po­lí­ticas ex­pan­sivas pro­ta­go­ni­zadas por los bancos cen­tra­les. Los tipos de in­terés ne­ga­tivos en la UE y en Japón han te­nido un efecto in­de­seado. No han es­ti­mu­lado el cre­ci­miento y sí han in­du­cido la apre­cia­ción del euro y el yen con sus con­si­guientes efectos de­fla­cio­nistas por los me­nores pre­cios en mo­neda local de las mer­can­cías im­por­ta­das.

Motivos de esta anó­mala si­tua­ción. La menor re­tri­bu­ción del di­nero no ha lle­vado a los in­ver­sores a buscar nuevos ca­la­de­ros, al con­tra­rio, al agu­di­zarse la de­fla­ción no solo se está pe­na­li­zando el cre­ci­miento si no que se es­ti­mula el ate­so­ra­miento que busca am­paro en aque­llos ac­ti­vos, el euro y el yen que se re­va­lo­riza. Los efectos de la de­fla­ción pre­va­lecen sobre las ac­tua­ciones de las au­to­ri­dades mo­ne­ta­rias.

Un ejemplo de la eco­nomía real: la si­de­rurgia ga­lesa pro­piedad de la mul­ti­na­cional Tata a punto de ce­rrar y ex­pulsar hacia el paro a sus tra­ba­ja­do­res. Único re­me­dio: la na­cio­na­li­za­ción. Un vuelco ra­dical del neo­li­be­ra­lismo that­che­riano con sus pri­va­ti­za­ciones y cie­rres de las in­dus­trias bá­si­cas: carbón y acero.

Europa pa­ra­li­zada, ate­mo­ri­zada por la lle­gada de si­rios y otros in­mi­gran­tes. Los países sub­de­sa­rro­llados pierden las es­pe­ranzas que en su día des­per­taron la glo­ba­li­za­ción. Guerras y es­tan­ca­miento que em­puja a sus ciu­da­danos hacia nuevos te­rri­to­rios de aco­gida. Los con­flictos de oriente pró­ximo son una ame­naza cre­ciente mien­tras que las po­ten­cias su­per­vi­soras pró­xi­mas, la UE y Rusia no son ca­paces de en­de­rezar el rumbo mien­tras se acre­cienta la des­con­fianza del uno con el otro.

El aliado le­jano y po­de­roso, los EEUU, anda más in­tere­sado en su di­plo­macia en el ex­tremo oriente para con­se­guir aliados y pro­teger po­si­bles ve­lei­dades im­pe­riales de una República China que pierde ve­lo­cidad en su cre­ci­miento eco­nó­mico. El oriente pró­ximo no ame­naza la se­gu­ridad ame­ri­cana. No hay que perder vidas de sol­dados es­ta­dou­ni­denses ni preo­cu­parse por el abas­te­ci­miento de pe­tró­leo.

España, sin em­bargo, a so­ta­vento. El precio del pe­tróleo fa­vo­rece el tu­rismo y aba­rata las im­por­ta­cio­nes. Los tipos de in­te­rés, nulos o ne­ga­ti­vos, re­ducen la carga de la deuda pri­vada y pú­blica. En de­fi­ni­tiva la ba­lanza de pagos y el dé­ficit pre­su­pues­tario han en­con­trado ex­ce­lentes alia­dos. La in­cer­ti­dumbre sobre la for­ma­ción de un go­bierno, por otro lado, es­ti­mula los ins­tintos ca­ri­ta­tivos de la Comisión de Bruselas que re­trasa la hora de exi­girnos ma­yores es­fuerzos fis­ca­les. Los mer­cados no son tan com­pa­sivos y en­ca­recen la prima de riesgo: 140 pun­tos, su­perando los 132 de Italia. Primavera en El Retiro, lluvia y sol y más hojas verdes en los ár­bo­les.


(*) Economista del Estado


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