En tiempos de mendacidad e hipocresía
como los actuales conviene dejar claras las cosas. Para ello, a veces,
hay que echar la vista atrás. Brevemente.
Los
partidos comunistas han sido un fracaso en todo el mundo. Jamás han
ganado unas elecciones democráticas. Cuando han llegado al poder ha sido
por la violencia y han establecido dictaduras, tiranías y realizado
genocidios como en la Unión Soviética o en Camboya.
Desde
el hundimiento del bloque comunista los partidos comunistas han sido
incapaces de aportar una sola explicación del fenómeno. Muchos de ellos
se han disuelto. Otros, como el español, han ocultado sus siglas, se han
escondido. Hace más de treinta años que el Partido Comunista de España
(PCE) no se presenta con sus siglas a unas elecciones. Se vale de una
organización pantalla tras las que se esconde, Izquierda Unida (IU),
invención de Anguita para que el PCE la manipule y mande en ella. Lo que
hace es engañar.
Pero IU también es un fracaso. Tampoco ha obtenido jamás un porcentaje del voto digno de consideración. Ni para engañar sirve.
Cuando
surgió Podemos obtuvo un amplio apoyo porque prometía constituirse en
una nueva izquierda, distinta de los sórdidos y fracasados burócratas
del PCE/IU y de la acartonada, aburguesada, dinástica y colaboracionista
socialdemocracia del PSOE. Por eso, en un principio, muchos lo
apoyamos.
Pero
la pretensión inicial era otra mentira. El éxito del primer momento
(elecciones europeas de mayo de 2014) hizo pensar que continuaría y, de
hecho, Podemos estuvo a punto de fagocitar a IU cuando muchos de sus
militantes (seguramente los más arribistasy oportunistas) se pasaron a
la formación morada. Luego, esta puso sus ojos en el PSOE y pensó que
podría devorar a la socialdemocracia con tanta facilidad como a los
comunistas.
Pero las cosas fueron distintas por cuatro razones:
1ª)
el insoportable narcisismo y ubicuidad hasta el hartazgo en todas las
TVs del país del secretario general, con un discurso vacuo y trivial
hizo que su valoración popular descendiera en picado, al extremo de que
hoy es el lider peor valorado en España, a la par con Rajoy, que ya es
lo último.
2ª)
Cataluña. Esa vaciedad e incapacidad teórica de los líderes de Podemos
fue palpable en Cataluña, en donde demostraron que no entendían ni un
ápice del problema y que solo iban a servir -como así fue- para
apuntalar las posiciones unionistas.
3ª)
El PSOE resultó ser más duro de lo que se suponía. Esta comprobación
hizo perder los nervios a Iglesias que, en una de sus intervenciones
parlamentarias, sacó el fondo de odio y rencor de los viejos comunistas
que había ocultado hasta entonces en forma del infundio de la cal viva,
con lo que mucha gente vio la falsedad y la mala ralea que tenía y la
militancia del PSOE comenzó a reaccionar.
4ª)
IU no moría sino que, con su suelo de un millón de votos, los viejos
comunistas pretenden colonizar Podemos valiéndose de los submarinos que
tienen en su interior, tránsfugas de la vieja IU. El jefe de la
operación es Julio Anguita quien, movido por su invencible odio a la
socialdemocracia, cree -y así lo ha dicho ya- que puede valerse de
Podemos para conseguir el objetivo de su vida: acabar con el PSOE. Si
para ello tiene que dividir la izquierda y garantizar un gobierno de la
derecha no le importa. Ya lo hizo cuando propició los ocho años de su
amigo Aznar.
En esta ocasión, este engreído fantoche que jamás ha conseguido nada salvo destruir sosteniendo que acaudilla la izquierda transformadora,
se vale de sus miñones (entre ellos Iglesias, que lo considera su
"referente intelectual"), tan vacuos e hipócritas como él para buscar
una fórmula nueva que permita seguir engañando a la gente. Quieren
seguir ocultando las siglas PCE/IU, camuflarlas detrás del término
"podemos" y algún otro, tan plagiado como este.
Ignoro
si la operación llegará a puerto pero, vista la intencionalidad, solo
queda dar un consejo al PSOE: bajo ningún concepto busquen ustedes una
alianza con Podemos que no es otra cosa que una fachada del fracasado
PCE/IU y que, además, solo pretende destruirlos a ustedes.
Y
para destruirse, háganlo ustedes por su cuenta, que camino llevan a
base de ser un partido complaciente con la dinastía, la Iglesia, el
centralismo y el neoliberalismo.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política
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