viernes, 22 de abril de 2016

Pablo Iglesias se luce contra la libertad / Marcello *

Se cree muy gracioso y muy ingenioso y no es Sancho ni Don Quijote, ni a las alpargatas de uno o las espuelas del otro les llega como persona y mucho menos como defensor de quienes sufren los abusos de los más poderosos y malvados gigantones y malandrines. Pablo Iglesias no es nada de eso y confunde su éxito, que nace de los errores de los demás, con sus pretendidas virtudes, aunque mérito tiene por saber estar en el lugar preciso en el momento adecuado.

Pero a este santo que pretende el ‘asalto de los cielos’ hay días en los que levitando se le ha visto con demasiada facilidad la peana de su clara condición de enemigo de la libertad y de la democracia, como le ocurrió ayer en su regreso a la Universidad Complutense de Madrid.
Allí ante un público de jóvenes entregados el político/profesor se lió a garrotazos contra el periodista del diario El Mundo Álvaro Carvajal que cubre la información de Podemos, acusándolo de mentir para hacerse notar y promocionarse en su diario. Y tomando su caso como ejemplo y advertencia para quienes den ‘malas noticias’ de Podemos. Es decir, el ataque infame y amedrantador contra quien se atreva a criticar a él y a Podemos.

Semejante diatriba provocó la indignación y marcha de los periodistas que seguían el acto, y las risotadas y aplausos al político de su público juvenil en contra de la libertad de expresión. Y dijo el profe: ‘A que los aplausos no salen mañana en la prensa’. Pues sí que han salido para la vergüenza de los palmeros y para festejar que, una vez más, y esta con la mayor contundencia, el líder de Podemos Pablo Iglesias es enemigo declarado de las libertades y la democracia.

No es la primera vez que ataca a un periodista en lo personal pero la saña de este caso ha sido muy especial. También dijo no hace mucho que el poder público debe controlar los medios de comunicación y en semanas recientes declaró -cuando pretendía ser vicepresidente del Gobierno- que se deben que controlar a los jueces y fiscales. Lo que sumada una cosa a la otra nos lleva a los regímenes comunistas de la vieja URSS, la Cuba decadente o la moderna y arruinada Venezuela. Y ese y no otro es su ideal político, el llamado ‘centralismo democrático’ o la dictadura de rostro sonriente y aparentemente social.

Pero Iglesias esta vez se ha pasado en vísperas electorales y por eso pide disculpas aunque el daño que ya se ha hecho a sí mismo -y no al periodista Carvajal- es grande y no lo va a arreglar con un ‘tuit’ salvo que regrese a la Universidad para decir a su claque: ‘Soy un perfecto imbécil’. Lo que no hará.

En las últimas semanas, contra Errejón y Pascual y subido a lomos de la consulta a las bases de Podemos para rechazar el pacto del PSOE y C’s, Iglesias ha asumido todo el poder del partido, tras liquidar de un tajo a sus adversarios internos -algo propio de comunistas- que defendían el discurso, o el disfraz, de lo ‘transversal’ para no quedar encajados en el solo espacio de la izquierda radical.

Pero Iglesias, que está a punto de zamparse IU con la ayuda del tonto y presumido de Alberto Garzón, piensa que ya no necesita los votos de los socialdemócratas y que con Podemos, las confluencias e IU tiene al alcance de su mano el adelantamiento (sorpasso) del PSOE.

Pero ahora se acaba de salir de la curva a toda velocidad y ha vuelto a dejar claro el fondo de su discurso contrario a: la libertad de expresión y a la información y la crítica, a la separación de los poderes del Estado y a la unidad de España y la soberanía nacional, con su referéndum de autodeterminación. Como contrario es a la Unión Europea y al vigente sistema económico y social. Y puede que incluso, visto lo que hace en su partido, esté en contra de todo salvo de él mismo y del culto a su personalidad.

Ahora bien, existe y ha ocupado un lugar en la vida política española gracias a la gran bacanal del fin de régimen bipartidista de una ‘casta’ -que lo son- de gobernantes y dirigentes del PP y PSOE cuya catadura y calidad política dejan mucho que desear. Lo acabamos de ver en el fracaso de la investidura y pactos de gobierno. Es en este río revuelto donde nace y crece el liderazgo de Iglesias y Podemos, ayudado por una dolorosa crisis económica y social y el espectáculo nacional de la corrupción.

¿Que Iglesias y Podemos se pueden acercar a la democracia aunque sea poco a poco? Es posible, Carrillo lo hizo desde el PCE. Pero les queda un largo camino por recorrer y rectificar como lo hicieron en muchas de sus propuestas económicas. Porque en Podemos lo de rectificar no es de sabios sino algo habitual. Aunque deben de empezar por la parte más profunda de su mensaje político, la de la democracia y la libertad.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés

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