jueves, 24 de marzo de 2016

Muere en Madrid, a los 95 años, Pilar de la Cierva Kirkpatrick, camarera de la Virgen de la Fuensanta


MURCIA.- El pasado lunes murió en Madrid, a los 95 años, Pilar de la Cierva Kirkpatrick, camarera de la Virgen de la Fuensanta, según revelan los diarios La Verdad y La Opinión.

"Sin dejar de tener presente a La Fuensanta", así dice la familia de Pilar de la Cierva Kirkpatrick, la mujer que ejerció durante 52 años las funciones de camarera de la Patrona de Murcia y que murió el pasado lunes, en Madrid, aunque la noticia no trascendió en Murcia. Allí tenía fijada su residencia habitual.
El martes fue enterrada en el panteón familiar del cementerio de La Almudena, en la capital española, y ayer tarde la familia hizo público el deceso. La 'abuela', como la llamaba familiarmente su nuera, Teresa Gómez Aguilera, quien ha vivido pegada a ella desde que se casó hace 33 años, se puso muy enferma el lunes de la pasada semana y aguantó hasta el día 21, cuando falleció, a las 14.45 horas. Pero hasta entonces "estaba fenomenal y en sus últimos días ha vivido perfectamente", explicaba. 
La camarera de la Virgen ya llevaba cerca de un año sin asistir a los actos de La Fuensanta debido a su edad. De hecho, en la bajada de esta Cuaresma ni siquiera pudo viajar desde Madrid. Ha muerto con 95 años.
«Es impresionante el cariño que le tienen los murcianos, estamos muy agradecidos por cómo la han querido», decía Teresa Gómez, que apenas podía contener las lágrimas. La nuera de Pilar de la Cierva, ante la debilidad de la camarera, se encargaba últimamente de vestir a la Morenica.
«Ha fallecido con la medalla de La Fuensanta colgada del cuello. Ahora está con su adorado esposo, Javier, y con su madre». Y destaca que para ella, la Virgen de la Fuensanta era "una amiga, su compañera, con la que hablaba y a la que contaba todo".
Teresa llegó ayer a Murcia para poner el cargo de Pilar de la Cierva a disposición del Cabildo Catedralicio y ponerse a sí misma a su disposición.
 El Cabildo será quien ratifique o no a Teresa Gómez en el cargo, aunque se desconoce en qué momento tendrá lugar la decisión. Por ahora, la nuera de Pilar de la Cierva asegura que el sábado ella cambiará a la Virgen para el Domingo de Resurrección y que la Morenica no estará desatendida porque así se lo encargó su suegra. Se postula como sucesora. De hecho, Pilar de la Cierva ya había manifestado en vida que Teresa debía sucederla.
Según explica su nuera, el título no es hereditario. A pesar de que en la familia de doña Pilar ha permanecido durante unos cien años, será el Cabildo quien tenga la última palabra. María Teresa Gómez comenzó a ayudar a su suegra, doña Pilar, hace unos nueve años, tiempo en el que "me ha enseñado muchísimo", asegura, y en los dos últimos años la sustituyó de hecho. 
Preguntada por sí le gustaría seguir estando al servicio de la patrona de Murcia, la nuera de doña Pilar asegura que "sería un honor para mí, ya que estar frente a la Virgen es algo único". Aun así, destaca que ella, "tal y como me dijo la abuela", ya ha entregado al Cabildo el título de camarera de La Fuensanta.



Vinculada a La Fuensanta desde los seis años
 
Pilar de la Cierva fue nombrada camarera el 15 de junio de 1963, tras la muerte de su abuela ese año, María Codorníu, que fue además la mujer que la crió por la pronta muerte de su madre cuando sólo contaba dos años de edad. Fue la abuela quien le trasmitió desde siempre el amor por La Fuensanta. De hecho, Pilar de la Cierva apenas contaba seis años cuando fue la encargada de portar la corona con la que la Patrona fue coronada en el año 1924, junto al entonces director de 'La Verdad', Francisco Martínez García. Entre las dos, abuela y nieta, sumaban cien años vistiendo a la Virgen.
Pilar de la Cierva era sobrina de Juan de la Cierva, inventor del autogiro. Murcia la nombró Hija Adoptiva de la ciudad en 2010 en un acto presidido por el exalcalde Miguel Ángel Cámara. Aunque nació y vivió en Madrid, era una «enamorada de Murcia» y venía de forma asidua tanto para los actos de la Virgen como para pasar vacaciones. Se casó con Javier de Artiñano Luzárraga, con quien tuvo cuatro hijos. Pilar de la Cierva fue la impulsora de una nueva tradición: el paso de los niños bajo el manto de la Morenica para su bendición. Y ella misma sostenía el manto en tan multitudinaria ceremonia. Como también a su ímpetu se debe que una réplica de la Patrona de los murcianos se venere en la Real Colegiata de San Isidro, en Madrid.
La difunta inauguró su labor como camarera añadiendo al ajuar de la Patrona un lujoso terno que fue realizado, sobre terciopelo parisino, en los talleres lorquinos de Conchita Petrés. Era solo el prólogo de una dedicación fructífera plena que, según dijo ella misma durante su discurso de aceptación del título de Hija Adoptiva de Murcia en 2010, había empezado en realidad muchos años antes incluso de su nacimiento. Antes de cumplir los dos años tuvo la desgracia de perder a su madre, María Antonia Kirkpatrick, y sus abuelos Juan de la Cierva Peñafiel y María Codorníu Bosch se hicieron cargo de ella: «Mi abuela, que era camarera de la Virgen, se hizo cargo de mí y me educó como la hija que nunca tuvo».

 La nieta del 'apóstol del árbol'

Pilar de la Cierva forma parte del paisaje urbano de Murcia, y su imagen, siendo un niña, figura en uno de los monumentos más conocidos de la ciudad: el dedicado al llamado apóstol del árbol, Ricardo Codorníu, en Santo Domingo. Esta obra, esculpida por Planes, se encuentra bajo el mismo ficus que plantó su bisabuelo. Ella misma recordó esta anécdota cuando fue elegida Hija Adoptiva de Murcia. Narró también cómo con apenas seis años colaboró en la ceremonia de coronación de la Virgen de la Fuensanta y cómo se fue encargando de las pequeñas tareas que su abuela le iba encomendando.

Hizo alusión a otros periodos amargos, como el de la Guerra Civil, el exilio y las muertes trágicas de varios seres queridos, entre ellos su padre y su abuelo. Al fallecer su abuela, en 1963, el obispo le confió el cuidado de la Fuensantica, labor que asumió con el apoyo de su marido, Javier de Artiñano. Aunque recibió en vida diversas condecoraciones por servir a España, ella decía que la que más le satisfacía fue la lograda por servir a la Virgen: «Servir para amar, y amar para servir. Este es el lema que me inculcaron desde pequeña».
Los Caballeros de la Fuensanta lloran desde ahora su deceso.

La familia destacó que las últimas palabras de la fallecida fueron 'Viva la Fuensanta', y que su funeral en Murcia se celebrará la próxima semana.

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