miércoles, 30 de marzo de 2016

Soria, De Guindos, Margallo y Feijóo quieren suceder a Rajoy / Marcello *

Asuntos previos que debemos subrayar. Doña Esperanza Aguirre ha declarado que nunca ha mentido en los 33 años que lleva en política. La Condesa de Bombay tiene la cara como el cemento o ha perdido la memoria, mas justo sería decir que Esperanza Aguirre nunca o casi nunca ha dicho la verdad. Las hemerotecas y videotecas están llenas de las mentiras de la gran rana cantarina de la charca corrupta del PP de Madrid.

Cambio de tercio: nos parece muy bien y merecido el homenaje que le han dado al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en su 80 cumpleaños. A él asistieron Felipe González, José María Aznar y Albert Rivera. Cuando le dieron el Nobel de Literatura a Camilo José Cela, el entonces presidente del Gobierno Felipe González tardó tres años en recibirlo en el Palacio de la Moncloa donde le obsequió con una cena de los dos matrimonios, a la que Carmen Romero llegó con mas de media hora de retraso. ¡Ahí queda eso! como dijo Cela cuando, tras recibir el Nobel acudió en Madrid a un almuerzo con periodistas y lanzó sobre la mesa la medalla del Nobel.

Estas son cosas que pasan en este país sin gobierno llamado España en el que nacionalistas fascistoides asaltan la casa de Albert Boadella en el Ampurdán sin que el Congreso de los Diputados denuncie el atropello. Y a la espera estamos de las últimas cabriolas de Pedro Sánchez para la formación de Gobierno mientras en los sótanos del PP se escuchan al anochecer ruidos de sables de los coroneles que se disputan entre sí el liderazgo de un golpe de Estado contra Rajoy.

En la creencia los conjurados que de que don Mariano, pasado ya el domingo de Resurrección, no se va a mover porque sigue sin levantar cabeza, tumbado cuan largo es en su sepulcro y sin pestañear. Así lo ven y lo observan en las cuatro esquinas de la urna sacrosanta y con enormes cirios encendidos en sus manos los cuatro aspirantes a la sucesión del líder del PP: José Manuel Soria (pero ¿quién es Soria?) que quiere ser el Presidente del Partido; Luis De Guindos que se ofrece por ahí para presidir un gobierno de coalición sin Rajoy, al estilo de Mario Monti en Italia; Margallo que desea ser cabeza del cartel electoral del PP en el caso de elecciones anticipadas; y Alberto Núñez Feijóo, que huyendo de Galicia -donde pretende colocar a Ana Pastor en su lugar- espera ser diputado en Madrid en caso de nuevas elecciones y de ahí saltar sobre la presidencia del PP.

Pronto se han vestido la piel del oso estos cuatro ambiciosos que dan por muerto a Rajoy y que forman parte de la vieja guardia a la que José María Aznar -precisamente en el homenaje a Vargas Llosa- les vino a decir que se jubilen de una vez, afirmando que hacen falta unos nuevos líderes, lo que escuchó Rajoy desde su catafalco como quien oye llover.

Aunque los que si están encantados con la propuesta de Aznar son los jóvenes sargentos del PP, Casado, Maillo, Maroto y Levy, que esperan su turno como en el Motín de La Granja. Y que quieren barrer del mapa a los viejos barones del PP, mientras desde la ultratumba se escucha la voz de Javier Arenas, el eterno, diciendo no se sabe bien el qué.

En el PP hay toque de queda impuesto por el muerto Rajoy en espera de que Pedro Sánchez, el cruel, deshoje su margarita de los mil pétalos pero todos saben que tarde o temprano algo va a pasar. O no, como diría don Mariano para sus adentros mientras dormita en el santo sepulcro que velan con sus respectivas ambiciones Soria, De Guindos, Margallo y Feijóo, convencidos como están los cuatro del velatorio que ya se acabó la hora de las Abogadas del Estado, en alusión a Soraya y a Cospedal.


(*) Pseudónimo de un prestigioso periodista cordobés


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