“Por ignorar los costes de la corrupción, el presidente español
Mariano Rajoy ha puesto en peligro la fortuna del PP”. La frase, todo un
diagnóstico de lo que ha ocurrido en el Partido Popular estos cuatro
últimos años, recogida por este cronista en su crónica de este lunes
(ver republica.com “España se merece ya un Gobierno”),
ha tenido un perfecto reflejo en el escándalo de la corrupción en el
Ayuntamiento de Valencia, en manos de Rita Barberá durante 24 años, y en
el que están imputados por la llamada “Operación Taula”, no sólo
concejales, asesores y funcionarios, por blanqueo de capitales, sino,
también, algo insólito, hasta el propio Partido.
Obligados a contribuir a la financiación de la campaña electoral, el
dinero que aportaban de sus cuentas corrientes les era devuelto en
billetes de 500 euros, que procedían de “mordidas” y “comisiones” que el
partido recibía de empresas y empresarios beneficiados por concesiones y
favores del Ayuntamiento. El escándalo que se ha agravado con la
difusión de conversaciones telefónicas grabadas por la UCO (Unidad
Central Operativa) de la Guardia civil, de varios de los imputados,
entre ellos la concejala María José Alcón, esposa del número 2 del
Ayuntamiento, Alfonso Grau, en las que reconoce todo el montaje del
blanqueo y asegura que “en este país solo funciona la corrupción”.
La difusión de estas conversaciones ha producido un auténtico “shock”
en la opinión pública, algo que parece no haber valorado, en toda su
gravedad, la dirección del Partido Popular con su presidente Mariano
Rajoy a la cabeza. Rajoy que parece haber hablado largamente con la
exalcaldesa y senadora en representación de la Autonomía, según ha
declarado Rita Barberá, en rueda de prensa este martes, en la que ha
repetido que no piensa dimitir, y que nadie le ha pedido esa dimisión.
Es más, según se ha podido deducir de su segunda comparecencia pública,
Barberá que prestará declaración voluntaria ante el juez de la
“Operación Taula”, cuenta con el total apoyo del Presidente del Gobierno
y del partido, y de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Es decir que Mariano Rajoy no sólo sigue ignorando los costes de la
corrupción y poniendo en peligro, por tanto, la fortuna del Partido
Popular, sino que parece seguir apoyando a alguien que da la sensación
de que está dispuesta a morir matando. No se sabe lo que sabe Barberá,
ni se sabe qué tipo de compromiso tiene Rajoy con la exalcaldesa
valenciana, ni por qué el Presidente sigue ignorando los consejos del
equipo que nombró el pasado mes de Junio (Javier Maroto, Andrea Levy,
Pablo Casado y Fernando Martínez Maillo) que le insisten en que rompa
definitivamente con Barberá, que deje trabajar a la nueva gestora del
partido que a los pocos días de formarse está ya quemada y que tome la
iniciativa política en momentos de tanta gravedad para el partido y para
el país, sumido en un auténtico bloqueo político, y asediado por los
casos de corrupción.
Lo de hoy, según reconocen fuentes populares, ha sido la gota que ha
colmado el vaso de ese grupo renovador nombrado por Rajoy el pasado mes
de Junio, para parar el descontento, producido por los resultados de las
elecciones autonómicas y municipales. Acosado por las críticas de que
debía tomar la iniciativa, Rajoy dejó paso a nuevos vicesecretarios en
el partido, que han intentado dar una imagen nueva, que no tiene nada
que ver con ese pasado de corrupción que ha sumido al PP en una
situación crítica.
La defensa que Rajoy ha hecho de la rueda de prensa de Barberá, en la
que la exalcaldesa no ha aportado nada nuevo, salvo convertirla en un
ventilador de la corrupción de los demás partidos políticos, ha
producido indignación y malestar en ese nuevo grupo de vicesecretarios
que siguen sin entender qué tipo de compromiso tiene el señor Presidente
del Gobierno con la exalcaldesa. Un compromiso que ha dinamitado a la
gestora recién nombrada contra la que se han rebelado los nueve ediles
que han intervenido en la “operación blanqueo” hasta el punto que ahora
se niegan a dimitir, por lo que el partido ha abierto expediente
informativo a los nueve y a Rita Barberá, algo que tiene poco que ver
con el apoyo de Rajoy. Un desgaste más para Rajoy, cuyo destino cada vez
aparece más ligado al de Barberá.
(*) Periodista
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