En el vuelo España 2016, que despegó del Aeropuerto Adolfo Suárez el
pasado 20 de diciembre, vuela sin rumbo fijo y con el piloto automático a
la espera de que uno de los cuatro comandantes, que de momento se han
instalado en primera clase para debatir quien será el que tome los
mandos, entre en la cabina y ponga un buen rumbo dando a la nave un poco
mas de altura porque ahora vuela muy baja y, si esto sigue así, nos
podemos estrellar.
El Gobierno de España está en funciones automáticas y fuera de todo
control, ahí incluido el parlamentario. Porque Rajoy no quiere que le
monten un pollo, bien por la posición española ante la crisis migratoria
de la UE, o por cualquier otra cosa y por ello se acoge al reglamento
de la Cámara y al vacío constitucional sobre la vigente situación para
decir que no va al Congreso porque ya no es el presidente del Gobierno
de España, sino un presidente en funciones. Es decir un Don Tancredo de
cartón.
Y se entienden las posiciones de todos ellos. La de los diputados del
Congreso porque si se adelantan las elecciones corren el riesgo de irse
‘bolos’ de la Cámara, con solo un debate de investidura y sin disfrutar
del rango de parlamentarios que consiguieron el pasado 20-D y que en
ese caso solo lo disfrutarán por seis meses. De manera que están todos
locos porque se abran de una vez los debates en el Parlamento. Y está
claro que la mayoría de ellos, 227, dispuestos a dar un buen repaso al
PP y su gobierno en funciones en la primera oportunidad que se les
presente.
Claro, el Gobierno lo sabe y no quiere dejarse controlar porque se
teme una bronca monumental de todos contra el PP por parte del total de
las fuerzas políticas de la izquierda, el centro y los nacionalistas.
Pero hay que saber que eso de un Gobierno en funciones como si no
hiciera nada tampoco es así. Porque controla el gasto público,
representa a España en los foros internacionales y los Consejos de la
UE, controla la RTVE y la Fiscalía General del Estado, el BOE, el CNI,
el CIS y todos y cada uno de los órganos reguladores del Estado y todos
los días toma decisiones importantes, muchas de ellas públicas y otras
en secreto.
De manera que no es del todo cierto que la cabina del vuelo España
esté vacía, sino que más bien la pilota Rajoy con control remoto, por lo
que el PP sí debería responder ante el Congreso, al menos de aquellas
decisiones de trascendencia nacional –como la crisis migratoria de la
UE- y no escurrir el bulto a la espera de un pacto político que
beneficie al PP, o de nuevas elecciones en cuyo caso el gobierno y su
presidente en funciones se podrían quedar en el cargo hasta el próximo
mes de octubre.
Y ¿quién tiene la culpa de esta situación? Pues lo comandantes de los
partidos que viajan alegremente en primera clase, al menos hasta el día
2 de mayo que es la fecha tope para pactar o para disolver las Cámaras
camino de una nueva campaña electoral.
(*) Pseudónimo de un veterano periodista cordobés
http://www.republica.com/las-pesquisas-de-marcello/2016/03/11/volamos-con-piloto-automatico-y-sin-control/
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