MURCIA.- Este sábado concluyó la obra de restauración del Canal de Torres, un acueducto del siglo XVIII ubicado en la pedanía de Aljucer, sobre la acequia mayor de Barreras o Alquibla, que venía protagonizando una larga polémica desde la primavera del año 2011.
En aquel momento, unas obras de un cercano pozo comprendieron el
entubado de un tramo de esta acequia mayor, junto al antiguo y singular
acueducto, al que se le incrustaron los tubos y bloques de hormigón, "en
una obra de dudoso gusto y cuestionable técnica", como explicó la
Asociación para la Conservación de la Huerta (Huermur).
Los vecinos de la zona, pertenecientes a las pedanías de Aljucer, Era
Alta y San Ginés, emprendieron una campaña de recogida de firmas y
denunciaron los hechos ante la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento
de Murcia.
En contacto con esta asociación, Huermur inició también acciones
contra estos hechos, requiriendo además la presencia de efectivos de la
Policía Local para que levantaran el correspondiente informe, según
informaron fuentes de este colectivo en un comunicado.
Tras un expediente sancionador incoado por el Ayuntamiento, que se
dilató excesivamente en el tiempo, la sanción municipal incluyó el pago
de una multa por realizar obras sin licencia municipal, así como la
restitución de la acequia y el puente a su estado original. Cinco años
después, los vecinos han podido contemplar la zona en su estado
original.
Miembros de Huermur desplazados a este punto, en contacto con vecinos
así como con la cuadrilla que celebraba el fin de la obra con una foto
sobre el acueducto, departieron con todos ellos recordando historias en
torno a este antiguo acueducto, como la tradición de los novios que se
acercaban al mismo para realizar las fotos tras su boda, o la escalera
de piedra que servía para bajar a la acequia a lavar y a mondar.
Para Huermur, como expusieron sus miembros en el reciente Juntamento
General, cualquier obra de mejora de los cauces que se pretenda llevar a
cabo, tiene que seguir la línea de la que hoy concluye, suponiendo la
restauración tradicional de los quijeros, la reposición de los muros de
mampostería con materiales y técnicas tradicionales, la recuperación de
pasos de regantes, así como la restauración del ingente patrimonio
cultural que albergan las acequias, como molinos, partidores, puentes o
acueductos.
La asociación en defensa del Patrimonio y la Huerta recuerda que, con
la participación de los vecinos y el movimiento asociativo, se pueden
dar pasos para la recuperación de la red de acequias y azarbes,
comprobando una vez más que desentubar estos cauces es posible, factible
y económicamente viable, además de que supone una clara recuperación
ambiental y mejora del paisaje.
Volvió a ser en Aljucer, punto singular donde en 2008 se agrupó el
movimiento en defensa de la Huerta contra el derribo del Molino de
Oliver, donde ahora de nuevo se han retirado tubos de una acequia,
ejemplo que habrá que seguir en otros puntos de la Huerta para poder
fomentar su recuperación y puesta en valor.
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