domingo, 13 de marzo de 2016

A Garre se le acaban la cuerda y los ahorros / Vera Mª Cubí *


No ha pasado de ser una tormenta en un vaso de agua y sin solución de continuidad. Estamos ante un remedo del espejo de Blancanieves pero esta vez con calva y bigotillo franquista. El sentido del ridículo en los políticos se está perdiendo a marchas forzadas y Murcia no es una excepción; además, con un sentido pueblerino de las cosas, se abordan desde aquí cuestiones que nos desbordan y, ante la incultura generalizada en ciencias sociales, aparecen impostores, ya muy vistos, que dicen saber de lo que no saben y ser lo que no son. Por eso nunca nadie le ha hablado a Garre del 'efecto perverso de la Comunicación', más letal cuanto más se alza la cometa, y cuestión que se estudia desde muy pronto en los manuales más elementales del ramo. Le están vendiendo a este pobre hombre una mercancia que no es la auténtica y ya lo comprobará en poco tiempo.

Entre unos y otros, José Antonio y Juan en la trastienda con puro afán de venganza contra Valcárcel (único hilo conductor de todo ésto, con propina para Rajoy), a Garre parece que se le ha ido la pinza al decir que seguirá largando pese a haber quedado sentenciado para los restos por Moncloa y Génova tras haber sido relegado a la categoría de anécdota porque a Garre se le percibe desde siempre como un perdedor que suele pasar desapercibido. Por eso creo que se le está utilizando como ariete contra el valcarcelato residual y quienes desde Madrid procuran su supervivencia. Lo de Aznar como banderín de enganche, es una pura coartada para que no se vean las verdaderas intenciones de quien, desde Murcia, mueven a esta especie de polichinela de feria barata que tampoco tiene mucho que perder. 

A mí, ese perfil regeneracionista que trata de vender Garre después de 29 años saltando de un cargo político a otro y procurados todos por el PP, con buena nómina incluida, me suena a un completo camelo. Además, sin perfil ni relevancia, el presidente Rajoy tardó más de tres meses en recibirlo cuando llegó a San Esteban por azares del destino y la negativa al interinato de Francisco Celdrán, presidente eterno de la Asamblea Regional y del PP en Cartagena, uno de los más corruptos de España. Y el gallego de Pontevedra trataba a Garre con extrema frialdad en los actos de partido sabedor de la jugada que encerraba Valcárcel. Un pretencioso que no sabe interpretar ciertos silencios en politica.

Por eso Garre ha tenido que soportar estos días algunas declaraciones que lo han vuelto a poner en su justo lugar después de llevar meses enfrentado frontalmente con la dirección del PP en Murcia y ausente de Génova tras herirle el honor político por no dejarlo jubilarse como diputado o senador. Pero, ¿qué podía esperar? Desde el Gobierno, el PP u otras regiones y formaciones, lo han definido como un político de salida que solo se representa a si mismo y a nadie más. También lo han tachado de resentido y falto de legitimidad por su afán de venganza, que no de servicio, que le guía. Y advertido del ridículo electoral que podría hacer si como rebotado (no regeneracionista) funda otro partido en la región por haberlo dejado tirado el PP al final de su larga y bien pagada trayectoria política. 

Porque nadie se cree lo de encabezar la regeneración del PP y presidirlo una vez que la Justicia murciana le quite de enmedio a Pedro Antonio Sánchez y el Tribunal Supremo a Valcárcel. Garre y los suyos (sus ahorros, Pío y Eduardo apenas y ya algo distanciados porque el oportunista de Gabriel Sánchez ya está llamando a la puerta de 'Ciudadanos' al ser consciente de que el expresidente se ha 'quemado' para siempre estos días) deben creer en la resurrección de Francisco Franco porque los jóvenes que aún tienen infiltrados en la dirección regional del PPRM para tenerlo informado son los verdaderamente llamados para el relevo de la joven guardia azul de Valcárcel cuando este caiga dentro de este ajuste de cuentas entre antiguos camaradas en Alianza Popular, que en nada debiera afectar a los PP puros, pero que deben consagrar unos jueces no sé si mucho ahora por la labor.

Todo se entenderá mejor cuando trascienda que Garre lleva meses esperando una llamada telefónica de Rajoy para ver de ubicarlo en alguna candidatura en las últimas elecciones generales al no haber ido al Senado como el resto de presidentes autonómicos derrotados en las elecciones de mayo. Tal como quedó con él Rajoy. Lo de aznarista de ocasión, es porque Garre responde a otras disciplinas más caseras dentro de su afán enfermizo de un protagonismo, ya perdido irremisiblemente por no saber lo que significa ni de la existencia siquiera de ese efecto perverso de la comunicación, que se produce cuando alguien mueve mucho sus alas aun sabiendo de antemano los demás que es incapaz, por su naturaleza o biografía, de iniciar o remontar el vuelo. Ese es el caso de este Garre que vomita todo lo acumulado dentro por haber acabado en el paro aunque ahora lo quiera disimular.


(*) Pseudónimo de la esposa de un alto funcionario del Gobierno regional murciano

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