lunes, 1 de febrero de 2016

Las monjas de clausura salen de sus monasterios para participar en el Jubileo de la Misericordia y clausura del Año de la Vida Consagrada

MURCIA.- La clausura diocesana del Año de la Vida Consagrada se unió al Jubileo del Año de la Misericordia, una celebración a la que, en esta ocasión, se sumaron a los de vida activa, las monjas de los monasterios de clausura: agustinas, justinianas, clarisas, capuchinas, dominicas, benedictinas, carmelitas descalzas, cistercienses y concepcionistas residentes en la Diócesis de Cartagena. 

 “Con el permiso correspondiente pudieron salir de sus monasterios para participar en la celebración”, asegura el delegado de Vida Religiosa, Miguel Ángel Gil, quien explica además que la celebración fue de especial júbilo, “las monjas de una comunidad saludaban a las de otra con mucha alegría porque era la primera vez que se veían tras muchos años de clausura”.
El Obispo de Cartagena agradeció la amplia participación de religiosas y religiosos como un signo de unidad y comunión, como una representación de las obras de misericordia que se están realizando en la Diócesis. Les animó a permanecer en el Señor sobre todo cuando se presenten momentos en los que sientan que las personas no valoran o entienden su vocación.
Al finalizar la homilía, religiosas y religiosos renovaron su consagración al Señor.
El delegado de Vida Consagrada valora muy positivamente el Año de la Vida Consagrada, tanto las actividades y celebraciones que se han realizado, como que “ha sido un tiempo de análisis de la realidad de cada orden, cada comunidad y a nivel personal, y les ha servido para seguir trabajando con esperanza ante el futuro”.
Aunque el Papa clausurará mañana, 2 de febrero, el Año de la Vida Consagrada en Roma, el Obispo de Cartagena adelantó esta celebración para favorecer la participación de los religiosos y religiosas que trabajan en colegios u otras realidades. 

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