domingo, 28 de febrero de 2016

Las abejas, en peligro de extinción enmedio de una alerta de la ONU

BARCELONA/NUEVA YORK.- El 40% de los insectos polinizadores invertebrados, como las abejas y las mariposas, se encuentran amenazados, mientras que el 16% de los polinizadores vertebrados están en peligro de extinción a nivel mundial, un porcentaje que aumenta hasta el 30% en las islas, con una tendencia creciente.

Un estudio de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), en el que han participado dos científicos catalanes, ha puesto de relieve la importancia de la polinización de las 20.000 especies de abejas y miles de especies de mariposas, moscas, polillas, escarabajos, pájaros, murciélagos y otros animales.
El investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) Jordi Bosch ha trabajado en los últimos dos años como revisor y experto de diversos capítulos, y el representante del Centro Tecnológico y Forestal de Cataluña (CTFC) Lluís Brotons ha colaborado en la aprobación del documento.
El trabajo señala que los descensos en los polinizadores silvestres regionales han sido ya confirmados en el norte de Europa Occidental y en Norteamérica, y que la tendencia se encamina hacia la expansión.
Según el estudio, "la disminución de los polinizadores se debe a los cambios en el uso del suelo, a las prácticas agrícolas intensivas y al uso de pesticidas, al impacto de las especies exóticas invasoras, a las enfermedades y plagas, y al cambio climático".
Por su parte, la codirectora de la evaluación y profesora de la Universidad de Sao Paulo Vera Lucia Imperatriz Fonseca ha asegurado que "los polinizadores contribuyen de forma importante a la producción mundial de alimentos y la seguridad nutricional, por lo que su salud está directamente vinculada a nuestro bienestar, ya que aportan vitaminas y minerales, sin los cuales el riesgo de malnutrición podría crecer".
Entre 235.000 millones y 577.000 millones de dólares de la producción alimentaria mundial, que incluye frutas, hortalizas, semillas, frutos secos y aceites vegetales, dependen directamente de la contribución de los polinizadores como las abejas y otros insectos, según el estudio.
El volumen de la producción agrícola dependiente de la polinización animal se ha incrementado un 300 % durante los últimos 50 años, y casi el 90% de las plantas con flores salvajes dependen de ella, lo que ha generado una situación de dependencia de más de tres cuartas partes de los cultivos del mundo.
Además de los cultivos alimentarios, los polinizadores contribuyen a los cultivos de biocombustibles como aceites de colza y palma, de fibras como el algodón, de medicinas, de forraje para el ganado y de materiales de construcción.
Ante este panorama de crisis de los polinizadores, los investigadores han comentado que "las prácticas basadas en el conocimiento indígena y local pueden reducir los riesgos además de promover la agricultura sostenible, que contribuye a diversificar el paisaje agrícola y hace uso de los procesos ecológicos como parte de la producción de alimentos".
El estudio especifica otras opciones para combatir la desaparición progresiva de los animales polinizadores como la creación de una mayor diversidad de hábitats polinizadores, la disminución de los pesticidas, y la mejora de la cría de abejas orientada al control de patógenos, junto con la mejora de la regulación del comercio.

La ONU pide medidas urgentes

La ONU ha certificado la urgencia de la situación. Una amplia variedad de factores están contribuyendo a la desaparición de animales polinizadores en todo el mundo, lo que amenaza la producción de alimentos para el ser humano, revela un informe del organismo encargado de proteger la biodiversidad del planeta.
El documento de la Plataforma Intergubernamental Ciencia-Política sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES) identifica la serie de medidas que Gobiernos y el sector privado deberían tomar de forma “urgente” para remediar la desaparición de polinizadores.
No hay sólo un factor que sea responsable de la desaparición de los polinizadores, desde insectos como abejas y mariposas a animales más complejos como aves, declaró sir Robert Watson, vicepresidente de IPBES.
“Hay una amplia serie de razones que explican el declive”, dijo, al mencionar “el cambio del uso del terreno, el uso de pesticidas, el cambio climático”.
“No se puede decir que hay una amenaza más importante que otra para cada animal polinizador o para cada lugar del mundo donde están desapareciendo. Es un conjunto de amenazas”, explicó.
El informe, titulado “Valoración temática de polinizadores, polinización y producción de alimentos”, es el primero emitido por IPBES y es fruto de dos años de trabajo del organismo de la ONU que fue fundado hace cuatro años y que está integrado por 124 países.
Existen decenas de miles de especies que son polinizadores, animales que transportan polen del órgano masculino de una flor al estigma, el órgano femenino, lo que permite la fertilización.
En los últimos años, los científicos han observado el alarmante descenso de la población de abejas, de las que existen más de 20.000 especies silvestres, y mariposas, especialmente en Europa occidental y Norteamérica, lo que ha sido achacado a pesticidas y al creciente uso de cultivos modificados genéticamente.
El informe confirma que pesticidas, incluidos los insecticidas neonicotinoides, suponen una amenaza global para los polinizadores aunque todavía se desconocen los efectos a largo plazo.
IPBES destacó la importancia económica de los organismos polinizadores al señalar en el estudio que el 75 % de los cultivos para alimentos del mundo dependen, al menos parcialmente, de la existencia de polinizadores.
El valor anual de los cultivos directamente afectos por polinizadores se estima entre 235.000 y 577.000 millones de dólares.
“Los polinizadores son importantes colaboradores para la producción mundial de alimentos y seguridad nutricional”, dijo la doctora Vara Lucia Impertriz Fonseca, profesora de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y una de las directoras del informe de IPBES.
Fonseca dijo que el informe “ofrece opciones sobre qué hacer de acuerdo al problema específico de cada lugar del mundo en relación a polinizadores, polinización y producción de alimentos”.
Entre las soluciones que el informe ofrece se incluye la creación de un mayor diversidad de los hábitat de polinizadores tanto en el ambiente rural como en urbano, el apoyo a prácticas tradicionales de rotación de cultivos y mantenimiento de áreas no explotadas y la reducción de la exposición de los polinizadores a pesticidas.
El profesor holandés Koos Biesmeijer, uno de los autores del informe, reconoció  que existen “vacíos de conocimiento” con respecto a los efectos de pesticidas y otros factores que impactan negativamente en los polinizadores pero que “aunque no sabemos todo, en muchos casos hay claras conclusiones”.
Fonseca recalcó la gravedad de la situación al señalar que “deberíamos actuar ahora” para detener el declive de los polinizadores.
Watson añadió que “todas las acciones, desde las que pueden tomar los agricultores a las de los Gobiernos, podrían empezar en estos momentos. No se necesitan nuevas tecnologías. Todas estas son opciones que nos pueden ayudar a salir adelante”.
El vicepresidente de IPBES puso como ejemplo el efecto negativo que tienen las grandes extensiones de monocultivos.
“Necesitamos una agricultura más sostenible. Eliminemos esas enormes extensiones de monocultivos. Aseguremos que están salpicadas con zonas de hábitat natural que atraerán los polinizadores en los campos de cultivo”, terminó señalando.

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