viernes, 19 de febrero de 2016

El presidente valenciano Ximo Puig proclama el fin de «la guerra del agua»

ALICANTE.- El presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, ha proclamado hoy que "se ha acabado la guerra del agua" y ha apostado por una nueva política hídrica basada en la defensa del trasvase Tajo-Segura y la potenciación tanto de la desalinización como de la reutilización de aguas depuradas.

Tras presidir hoy en Alicante la constitución de la mesa interdepartamental del Gobierno valenciano para abordar la nueva política hidráulica, donde ha afirmado que su ejecutivo "no busca confrontación y polémica" en materia de agua sino la "defensa del interés general de los regantes y los consumidores".
Una actuación basada en el "diálogo y la racionalidad" para "acabar con la politización" y la "demagogia aquí, allí y más allá que, además, no es el camino" como, en su opinión, se refleja que no se haya alcanzado el fin del problema tras largos años de polémicas.
Puig ha sostenido que, "de verdad", hay recursos suficientes para "atajar el problema de la falta de agua" siempre que se haga correctamente y mediante la combinación del Tajo-Segura, la modernización de regadíos, la desalinizacion y reutilización.
Acerca del Tajo-Segura, ha prometido velar por el cumplimiento del Memorándum que lo rige, del cual ha recordado que fue aprobado por el PP, por lo que es este partido "el responsable de las actuales limitaciones".
Al mismo tiempo que se ha comprometido a defender el trasvase, ha reconocido que cada vez hay menos reservas en los pantanos de cabecera del Tajo (actualmente al 16 por ciento de capacidad) y ha señalado que de los 300 hectómetros cúbicos que se transfieren realmente de media al año de los 700 posibles si los embalses estuvieran llenos, unos 100 alcanzan a Alicante.
Ha proseguido que la desalinizadora de Torrevieja produce actualmente 30 hectómetros cúbicos, muy lejos de su máxima capacidad de 120, por lo que reclamará al Gobierno central que aumente la potencia eléctrica para duplicar la cantidad a corto plazo.
En este punto, ha señalado que si se lograran los 120 hectómetros, prácticamente compensaría al agua que llega anualmente del Tajo, lo que serviría para paliar la falta del trasvase en años de extrema sequía en la cabecera.
Sobre el precio de agua desalinizada, aproximadamente a 0,50 euros el metro cúbico por 0,30 la proveniente del Tajo-Segura, se ha mostrado convencido de que con iniciativas como el aumento de la producción de la planta de Torrevieja se conseguirá abaratar el coste final.
También ha pedido al Ejecutivo central que dirija 10 millones de euros a reparar la balsa de San Diego, en Villena, que está inutilizada por una avería.
Junto a estas demandas, ha subrayado la necesidad de potenciar la reutilización, para lo cual su Consell tiene en marcha obras para aprovechar cerca de 200 hectómetros de aguas depuradas que se desaprovechan, con una inversión de 25 millones de euros.
"Sólo con las obras que tenemos proyectadas en las instalaciones de Alicante, Orgegia, Rincón de León, Elda y Pinedo se pueden recuperar 70 hectómetros cúbicos", ha apuntado antes de señalar que en el caso de la última, su agua puede servir para resolver el problema de los regantes del río Magro y la Foia de Bunyol.
Del mismo modo, se ha referido a la finalización del trasvase Júcar-Vinalopó para conseguir que transfiera 30 hectómetros en lugar de los 5 actuales.
A este respecto, en breve se finalizará el tramo de obras del margen derecho con la automatización de las conducciones y la puesta en marcha del tramo 7, y del embalse de Cuesta, mientras que en los presupuestos de 2016 se prevé en el inicio de las obras del margen izquierdo que, dentro de un proyecto a 4 años, significará una inversión de 46 millones de euros.
Puig también ha anunciado la creación de un congreso internacional sobre el agua en el Mediterráneo, un evento que tendrá "gran potencia" y en el que estarán todos los países ribereños para discutir las estrategias hídricas a largo y corto plazo.

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