Alberto Aguirre de Cárcer
(...) No ha pasado desapercibido que los apoyos a Pedro Sánchez proceden de los líderes
regionales que no gobiernan. Uno de los más significados ha sido el
murciano Rafael González Tovar, que hace unos días dejó claro en 7RM que
su apuesta es un gobierno de PSOE, C’s y Podemos, lógicamente si se
cumple el mandato del Comité Federal. Al margen de las convicciones
políticas, la caída de Sánchez tendría consecuencias negativas para
Tovar. El actual líder socialista ha demostrado mucha cercanía con el
PSRM, María González Veracruz tiene mucho peso en su Ejecutiva y Pedro
Saura ha sido uno de sus principales portavoces económicos. Con otra
Ejecutiva y otro candidato, todo esto se vendría abajo antes del
congreso regional de los socialistas, donde unos pocos afilan también
sus cuchillos.
Además, si fructificara un acuerdo con Podemos y C’s
cualquier cosa podría suceder en la Región si coinciden distintos
acontecimientos, entre ellos la posible comparecencia del presidente
Pedro Antonio Sánchez ante el TSJ por el ‘caso Auditorio’. A PAS le va
por tanto mucho en este escenario de pactos a nivel nacional. Pese a los
desastrosos resultados de los populares respecto a 2011, ha remontado
en votos desde las autonómicas y su afianzamiento al frente del
Ejecutivo regional dependerá mucho de la continuidad de Rajoy, con el
que mantiene una especial sintonía. Su estrategia será reforzar los
mensajes del presidente en funciones y centrarse en la gobernabilidad de
la Región con un ritmo frenético de iniciativas para contrarrestar el
desgaste de las inminentes comisiones de investigación en la Asamblea y
de los casos judiciales que le afectan a él y a otros dirigentes de su
partido.
Con el viento económico a favor, Sánchez y sus adversarios
saben que cuanto más tiempo ocupe San Esteban más consolidado estará de
cara a unas próximas elecciones. 2015 fue un año turbulento y 2016
amenaza con no quedarse atrás.
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