Ahora resulta que ni Rajoy ni Sánchez quieren presentarse ante el
Congreso de los Diputados para someterse a la investidura en pos de la
Presidencia del Gobierno. Y al final el único que desea poner en marcha
ese proceso y que ha hablado claro y ha hecho una propuesta concreta ha
sido Pablo Iglesias que ha invitado al PSOE a formar un gobierno de
coalición progresista con IU y Podemos, ofreciéndose el propio Iglesias
para ocupar la vicepresidencia.
Se podrá criticar su propuesta, su escenificación y su ambición, pero
nadie se le puede negar a Iglesias su claridad y decisión. Ni se puede
obviar que su hábil iniciativa obligó a Rajoy y a Sánchez a cambiar en
cuestión de unas horas sus respectivas posiciones.
Rajoy retirando de urgencia su candidatura a la investidura tras
decir el día anterior que se sentía fuerte para acudir al Congreso y
presentar su opción del Gobierno; y Sánchez, que acababa de declarar su
posición favorable a un pacto de gobierno con Podemos, para decir,
finalmente, que la propuesta de Iglesias es un ‘chantaje’ y que debe ser
Rajoy quien intente la investidura, a pesar que el líder del PP ya dio
un paso atrás.
Al fondo de tan lamentable espectáculo de Rajoy y Sánchez solo está
el Comité Federal del PSOE del próximo día 30, que es el que debe
decidir si Sánchez puede o no pactar con Iglesias y en caso afirmativo
bajo que condiciones. Y este Comité afecta también a Rajoy porque el PP
-que no tiene ni tendrá aliados para la investidura de Rajoy- ya solo
piensa en romper el Partido Socialista entrometiéndose en sus disputas
internas. Lo que también favorecería a Podemos en caso de nuevas
elecciones.
La renuncia de Rajoy ante el Rey Felipe VI a presentar su investidura
debería ser su primer paso hacia atrás para su definitiva retirada del
primer plano de la política nacional. En la que de momento permanece
para cubrirse del caso Bárcenas e intentar llevarse con él al cementerio
de la política al propio Pedro Sánchez al que ha convertido en enemigo
personal, tras las múltiples agresiones que Rajoy sufrió por parte del
líder del PSOE.
Y puede que ese suicidio político simultáneo de Sánchez y Rajoy que
se vislumbra en el escenario nacional, ante la sorpresa del Rey Felipe
VI, sea la mejor solución para salir del impasse y el enroque de PP y
PSOE si es que de verdad ambos partidos no quieren elecciones
anticipadas.
Lo que no parece que le convenga a ninguno de los dos porque tanto
Ciudadanos como Podemos han entrado con buen pie en la legislatura y si
PP y PSOE provocan nuevos comicios el viejo bipartidismo volverá a
perder terreno ante los emergentes, como ya lo anuncian algunas de las
encuestas publicadas.
A la vista de esta situación el próximo movimiento quizás debería ser
el aplazamiento de la nueva ronda de consultas del Rey hasta después
del Comité Federal del PSOE, puesto que Rajoy y Sánchez han dicho que
ninguno de los dos es por ahora candidato a la investidura.
Lo que le da a Iglesias otra porción de protagonismo porque afirma
con razón que ‘España no puede esperar’ a ver que pasa con estos dos.
Mientras Albert Rivera también permanece a la expectativa de lo que pase
en el citado Comité Federal del PSOE convertido en nuevo polo de
atención general, sobre el que se concentran todas la miradas y luchas
de poder y facciones del PSOE y de su entorno mediático (Prisa) y a la
vez empresarial.
(*) Periodista
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