sábado, 16 de enero de 2016

La Diócesis de Cartagena celebró hoy la festividad de San Fulgencio, su patrón, y uno de los Cuatro Santos


MURCIA.- La Diócesis de Cartagena ha celebrado hoy, 16 de enero, el día de su patrón, San Fulgencio, con la celebración de una misa en rito hispano-mozárabe en la Catedral por el obispo, José Manuel Lorca Planes. Su festividad se celebra el 14 de enero en Sevilla, el 19 en Plasencia y el 16 en Cartagena-Murcia.

Junto al altar mayor del templo de Santa María, en Murcia, donde se ha oficiado la ceremonia, se encuentra la urna de plata con restos de Santa Florentina y de este santo cartagenero de la época visigoda y fallecido en el año 630 con casi noventa años después de haber sido obispo de Écija desde el 610. También es venerado por la Iglesia Ortodoxa.

La mayor parte de sus reliquias están en la iglesia de San Juan Bautista de Berzocana (Cáceres), en plena Sierra de Guadalupe, junto con las de su hermana santa Florentina. También están las reliquias de la  catedral de Murcia, veneradas junto a las de sus tres hermanos santos, Leandro, Isidoro y Florentina. Por decisión de Felipe II, en San Lorenzo del Escorial hay alguna reliquia menor de San Fulgencio y otras en Ávila y el monasterio de Guadalupe.

Las representaciones de los Cuatro Santos de Cartagena, tanto en pintura como en escultura, han sido un común en Cartagena a lo largo de los siglos. Aunque muchas fueron destruidas durante la Guerra Civil en 1936, se salvó alguna de las más significativas, como las esculturas realizadas por Francisco Salzillo en 1775 por encargo del Ayuntamiento de Cartagena y hoy en el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia de esta ciudad. 

Tras la misa, en la que han participado numerosos fieles, en el claustro del Palacio Episcopal de Murcia se ha podido degustar boniato dulce y mistela, una tradición que recuerda cuando, por la festividad, en el seminario diocesano de 'San Fulgencio' se tomaba ese plato de forma excepcional.

El Obispo ha recibido a los numerosos murcianos que han participado en esta convocatoria anual de cumplir así con la tradición que se remonta a los años de carestía y fue instituida por un joven seminarista quien propuso la idea de compartir con indigentes y personas necesitadas el delicioso postre que tomaban de manera excepcional en el almuerzo que les ofrecía la Diócesis para conmemorar la festividad del patrón.

Después de caer en desuso, se recuperó la iniciativa en 1986, haciendo una invitación pública a todos los murcianos.

Entre los asistentes al ágape diocesano estaban el presidente de la Comunidad Autónoma, Pedro Antonio Sánchez, y el alcalde de Murcia, José Ballesta. Pero no había ninguna representación del Ayuntamiento de Cartagena ni de la Asamblea Regional.

Biografía de San Fulgencio

Hijo de Severiano o Severino al cual se le adjudica el título de dux (si bien su hermano Isidoro menciona que era simplemente un ciudadano), y Teodora o Túrtura, visigoda y posiblemente arriana, a su vez hija de Teodorico, el rey de los ostrogodos. Su padre fue un noble hispanorromano, con antepasados griegos, residente en Cartagena donde ocupaba un puesto importante en la administración civil de la provincia Cartaginense aunque la invasión bizantina obligó a la familia a emigrar a Sevilla.

San Fulgencio fue el segundo de cinco hermanos, cuatro de los cuales son considerados santos por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. Sus otros hermanos canonizados son Isidoro de Sevilla, Leandro de Sevilla y Florentina de Cartagena. Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena (la quinta alegada hermana fue Teodora o Teodosia, madre de Hermenegildo, también santo) y formaron una familia que dió mucho vigor y mucha gloria a la Iglesia de la Hispania visigoda.

Precisamente el año en que San Fulgencio fue nombrado obispo, el rey visigodo Gundemaro firmó el decreto por el que se separaba el territorio metropolitano de Toledo del de Cartagena por haber caido éste en la influencia bizantina.

Fulgencio nació en Cartagena en torno al año 540 y pronto su familia se traslada a Sevilla. En dicha ciudad serían arzobispos sus hermanos Leandro e Isidoro, y en ella asistió Fulgencio el año 619  al II Concilio de Sevilla. Consta por los breviarios sevillanos que en esta ciudad se le rendía culto en el siglo XVI.

San Fulgencio fue obispo de Écija, y como tal asistió al II Concilio Hispalense (610). Hombre elocuente y gran orador, Recaredo le encomendó diversas misiones para su reino. Fue considerado un hombre sabio, siendo elevado al rango de doctor de la Iglesia en 1880 por Pío IX.

Las reliquias íntegras de San Fulgencio y Santa Florentina fueron halladas en 1330 en la comarca extremeña de Guadalupe hasta donde habían sido llevadas por cristianos de Écija y Sevilla para preservarlas cuando en el siglo VIII tuvieron que abandonar sus ciudades ante la invasión musulmana. Hasta 1592 estuvieron depositadas en la iglesia de Berzocana cuando Felipe II ordenó que parte de ellas fueran trasladadas a nuestra diócesis a petición de la ciudad de Cartagena.

El superior del monasterio de Guadalupe, Gabriel de Talavera, actuó de comisionado real al efecto y dispuso un reparto de reliquias menores entre Cartagena, El Escorial, Ávila y Guadalupe, pasando luego unas a Murcia aunque la mayor parte siguen aún en Berzocana

Fulgencio es patrón de la diócesis de Cartagena y, desde el siglo XVI, también da nombre al Seminario Mayor de Murcia. Es además patrón de la ciudad de Plasencia y de su diócesis.

 Altar con los restos mayores de San Fulgencio y Santa Florentina en la parroquia de San Juan Bautista en Berzocana (Cáceres), plena sierra de Guadalupe

Altar en Berzocana de los santos cartageneros

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