domingo, 10 de enero de 2016

Dentro de veinte años los murcianos nos mataremos por un agua aún más escasa, según Defensa de Gran Bretaña


MURCIA.- Un informe publicado recientemente por el Ministerio de Defensa británico sitúa al sureste ibérico como un único punto de conflicto geopolítico en Europa occidental, en el horizonte de 2035, por la escasez de agua, la aridez y el aumento de las temperaturas por el efecto invernadero. 

Ese informe del Ministerio de Defensa del Reino Unido, que predice cómo será el planeta en el año 2035, considera a Murcia y Alicante una zona potencial de conflictos por la falta de agua, la aridez de los suelos y el cambio climático. El pasado año 2015 fue el más cálido de los últimos 75 en el sureste ibérico. 
La desertificación podría desplazar a 135 millones de personas para 2045 según ese reciente informe del Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.
Y el número alcanzaría los 200 millones para 2050 debido a otras consecuencias del cambio climático, como los desastres naturales, advirtió el especialista británico en refugiados ambientales, Norman Myers.
“La ciencia puede afirmar con razón que la degradación del suelo es un factor importante en la migración porque los países que generan la mayor cantidad de migrantes hoy en día son (aquellos) donde la desertificación y la degradación de la tierra se han materializado”, dice Uriel Safriel, profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalén y presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD).
El cambio climático ya afectó de diversas maneras a los 2.000 millones de personas que viven en las regiones más áridas del mundo, las que abarcan 41 por ciento de la superficie terrestre, según la UNCCD.
En los últimos 60 años, 40 por ciento de los conflictos dentro de los Estados estuvieron vinculados a la tierra y recursos naturales como el agua, según informes de UNCCD.
En la actualidad 70 por ciento de los países declaran problemas de seguridad nacional a raíz del cambio climático, manifestado en la desertificación y la sequía, entre otras consecuencias.
El informe del Ministerio de Defensa británico señala que, dadas esas situaciones socioeconómicas, las zonas con mayor población de jóvenes son más susceptibles a la inestabilidad y a los conflictos armados, así como de ser víctimas del extremismo radical.
“Si bien la migración siempre ha sido un mecanismo de adaptación natural, la dificultad actual es que las causas y las consecuencias de la migración tienen vínculos complejos… con el clima y otros factores sociopolíticos”, explicó Safriel (en la imagen).
“Los científicos sociales no presentan con claridad – o no lo hacen en lo absoluto – los vínculos existentes entre el uso inadecuado de la tierra, la consiguiente degradación… y  la pérdida de medios de vida como posibles causas de la migración”, subrayó.
“Aunque necesitamos más información acerca de estos vínculos para conocer cuáles factores contribuyen más a la migración, sabemos con certeza que la degradación de la tierra es el factor que puede impulsar otros factores”, precisó.
“A su vez, la degradación de la tierra tiene otras numerosas causas, una de ellas es el cambio climático. Un factor directo de la degradación de la tierra es el uso inadecuado del suelo”, añadió.
“¿Por qué un agricultor degrada su propia tierra? La respuesta está en un conjunto de otros factores indirectos – políticos, de política pública, y demográficos”, destacó Safriel.
Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en los últimos 40 años casi un tercio de las tierras cultivables del mundo sucumbieron a la erosión. Un informe de 2015 concluyó que se pierden 12 millones de hectáreas al año. 

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