Eran las 9 de la mañana del miércoles 13 de enero de 2016 cuando
cuatro coches Audi-6, tres de color negro y uno azul marino, fueron
llegando con pocos minutos de diferencia a las puertas del Hotel
Villamagna de Madrid, en el mismo día frío y soleado en el que se iban a
constituir las Cortes, tras los sorprendentes comicios del pasado 20 de
diciembre.
Envueltos en sus abrigos oscuros, con bufandas grises y blancas y el
paso decidido los cuatro viajeros van subiendo uno a uno al piso noble
del hotel donde dos hombres, con cara de pocos amigos y del servicio de
seguridad, los conducen a la Suite Azul donde les espera el anfitrión de
la jornada. El que desde Barcelona había llegado a Madrid el lunes y
había convocado a sus cuatro amigos y compañeros del más alto poder
económico del país a un ‘desayuno con diamantes’ -como los que lucía en
sus gemelos uno de los invitados- para contemplar en directo por
televisión la sesión estelar e inaugural del Congreso de los Diputados.
La última vez que se reunió ‘el quinteto’ fue en un almuerzo secreto
el día de los Santos Inocentes 28 de diciembre de 2015 y en esa ocasión
dieron por muertos a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Y apostaron por un
Gobierno tripartito PP, PSOE y Ciudadanos presidido por Soraya Sáenz de
Santamaría -’la niña de sus ojos’- con Albert Rivera de vicepresidente y
Susana Díaz -la patriota de cartón- apoyando desde la oposición. ‘No
hay otra salida’, se dijeron los unos a los otros en aquella ocasión.
Pero desde entonces el escenario había cambiado, esencialmente, por
la marcha repentina de Artur Mas y la formación del gobierno catalán con
la presidencia del desconocido Carles Puigdemont, de quien, casi sin
inmutarse y hablando bajito el anfitrión catalán dijo: ‘es un piernas,
con este el proceso está acabado’. El de mayor edad sentenció: ‘muerto
el perro se acabó la rabia’.
Dos camareros de etiqueta servían los cafés y pasaban bandejas con
huevos fritos, bacon, migas, bollos, tostadas, fruta, toda clase de
zumos, e incluso algunas copas de vino (Vega Sicilia 2009). Una vez
concluido el desayuno y acompañados de un café, algunas copas y de un
habano para el fumador, ‘el quinteto’ del verdadero poder se instaló en
el salón frente al televisor porque a las diez en punto comenzaba en el
Palacio de las Cortes el espectáculo que habían venido a contemplar: la
sesión oficial de constitución del Congreso de los Diputados.
-‘¿Habéis oído la bronca de Iglesias con Rivera en la COPE?’, comentó
el más ‘eléctrico ‘de los cinco y añadió: ‘el coleta’ está furioso
porque no le dan cuatro grupos parlamentarios y dice que el PP, PSOE y
C's son ‘el búnker’.
-‘¿El búnker?, tiene gracia el pájaro’, dijo el banquero mientras tomaba un poco de café.
-El financiero terció: ‘mucha atención que comienza el espectáculo,
ahí entra en el Congreso nuestra amiga la economista Carolina Bescansa
de Podemos y ¡ojo! lleva un carrito con un bebé, esto se anima, se va a
armar la parda’.
Sonrisas generalizadas, algún codazo y miradas cómplices, bocanadas
de humo del fumador al techo de la habitación, y luego un comentario
casi unánime: ‘menuda carita tiene Rajoy’.
-Entra en juego el petrolero: ‘claro todo esto y lo de Cataluña es
parte de su herencia, este Rajoy es un perfecto inútil, no lo ha podido
hacer peor desde el inmenso poder que tenía en sus manos’.
Interrumpe el banquero: ‘cuidado el bebé de Bescansa está mamando en
el escaño’, dice mientras los cinco, muy atentos, ríen Y señalan con el
dedo a los más variopintos diputados cuando desfilan para votar. Y la
sonrisa y miradas de complicidad iluminan el rostro de los convocados.
Uno de ellos con los ojos cerrados y los brazos abiertos como clamando
al cielo declara: ‘os lo dije, no hay peligro, no hay enemigo, estamos
ante una nueva versión de ‘la corte de los milagros’. Aquí no hay
textura, ni se aprecia entidad de una izquierda poderosa con empaque y
radical.
-Desde luego’, apuntala el anfitrión catalán: ‘si hubieran venido con
un traje oscuro y corbata, serio el rostro, sin los titiriteros de la
barraca, ni juramentos de botellón, nos habrían dado un buen susto, pero
esto no va a ninguna parte. Ademas se van a pelear entre ellos por los
Grupos parlamentarios y habrá discursos de ‘aurora boreal. Su Majestad
puede estar tranquilo porque de aquí puede salir un circo pero no una
republicana revolución’.
-Tercia el banquero: ¿Imagináis, tras una solemne entrada en el
Congreso, en una rueda de prensa a Pablo Iglesias acusando a Zarzuela y
Moncloa de manipular el juicio de la Infanta Cristina y con alusiones
directas al Rey padre, al tiempo que presentaba el inventario de la
corrupción en el arranque de la legislatura y diciendo que ahora no se
inicia la segunda transicion sino la III Republica?
Siguen las bromas y los comentarios de satisfacción por lo que han
visto, y a eso de las 11,15 de la mañana y sin esperar a ver el
resultado de la votación, porque ya saben que nombrarán a Patxi López
presidente del Congreso, los cinco prohombres del poder abandonan el
salón y se despiden satisfechos. El eléctrico concluye: ‘por el momento,
no hay problema a la vista, ahora solo nos falta darle un empujón al
Gobierno tripartito constitucional, aunque Sánchez y Rajoy se resistirán
a bajar del burro’. Concluye el anfitrión catalán: ‘pero al final
caerán’. Todos asienten con la cabeza y se acaba la reunión.
(*) Pseudónimo de un veterano periodista cordobés
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