martes, 12 de enero de 2016

Mañana hará 142 años del final del Cantón de Cartagena


CARTAGENA.- Mañana se cumplen 142 años de la entrada del general López Domínguez con las tropas centralistas en la ciudad de Cartagena consiguiendo así la rendición del Cantón después de seis largos meses de asedio de la ciudad. Fue el 12 de enero de 1874 y la fecha está marcada como el final de la insurrección federalista de la I República Española.

La derrota de los rebeldes llevó consigo su condena a muerte, o bien su exilio, generalmente a Argelia.

Los rebeldes se habían levantado el 12 de julio de ese mismo año. Desde entonces, la fecha es recordada como uno de los hitos de la historia de Cartagena. Con el paso de los siglos, se ha convertido también como el símbolo de los cartageneros que reclaman la provincia de Cartagena.

En los últimos años, de hecho, esta fecha ha sido conmemorada con diferentes actos. Este mismo año, poco después de la toma de posesión de José López como alcalde de Cartagena, el 12 de julio tuvo lugar el izado de la bandera cantonal en el Ayuntamiento, como recordatorio de aquel levantamiento que marcó tanto a la ciudad portuaria.

¿Qué fué el Cantón?

  En Cartagena, los republicanos federales proclamaron el cantón el 12 de julio de 1873 mediante la colocación de la bandera roja (símbolo revolucionario) en el castillo de San Julián. Los cantonalistas ocuparon el Ayuntamiento, el Arsenal y las baterías de costa. El cantón de Cartagena permaneció independiente del Gobierno central debido al poderío de la Flota española asentada en su puerto (cinco fragatas, dos vapores y una corbeta) y al sistema de fortificaciones de la ciudad costera. Roque Barcia dirigía la Junta Revolucionaria y el guerrillero Antonete Gálvez asumió el cargo de comandante en jefe del ejército cantonal. El líder revolucionario delegó el mando de la Flota en el general Juan Contreras.

 Los sublevados intentaron sin éxito la expansión de su territorio hacia el interior con incursiones por Hellín, Orihuela y Lorca, y utilizaron la Armada como instrumento de intimidación para financiar el mantenimiento del cantón a costa de los impuestos de las ciudades costeras de Alicante, Torrevieja, Águilas, Mazarrón, Vera y Almería.

La Junta Revolucionaria creó el periódico 'El Cantón Murciano', para la difusión de sus ideas y noticias, y emitió el duro cantonal como moneda propia, aprovechando la riqueza mineral de la región. La independencia del cantón de Cartagena se vio amenazada con el inicio del asedio del general Martínez Campos a la ciudad en el mes de agosto de 1873.

     El presidente Salmerón presentó su renuncia al cargo el 7 de noviembre por una cuestión moral. "Abandonó el poder por no firmar una sentencia de muerte", reza el epitafio de su tumba. Las Cortes eligieron como sustituto al ex-ministro de Estado Emilio Castelar. El nuevo líder del Gobierno instauró la República unitaria y consiguió la concesión de poderes extraordinarios del Parlamento para solucionar los graves problemas políticos, económicos y sociales del país. Emilio Castelar presentó la dimisión el 2 de enero de 1874 tras la pérdida de una moción de confianza en las Cortes. El general Manuel Pavía evitó el restablecimiento del federalismo mediante un golpe de Estado y encargó la formación de un nuevo Gobierno de unidad nacional al militar Francisco Serrano.

     El general Serrano instauró una dictadura republicana y decretó la disolución de las Cortes Generales. El nuevo presidente consiguió la derrota definitiva del cantón de Cartagena mediante su conquista por el general José López Domínguez el 12 de enero de 1874. Los cantonalistas se rindieron tras un asedio continuado de seis meses y la destrucción de la mayor parte de la ciudad en los bombardeos. Los insurrectos se enfrentaron a penas de muerte o cárcel tras la entrada de las tropas. Los más afortunados, como el líder cantonal Antonete Gálvez, lograron la huida al exilio de Argelia o la concesión de una amnistía del Gobierno.  

Una vez resuelto el problema cantonal, el general Serrano delegó el poder político para dirigir la lucha del ejército contra las tropas carlistas en el Norte peninsular. El general Arsenio Martínez Campos selló el final de la I República con el triunfo del golpe de Estado de Sagunto el 30 de diciembre de 1874. La aceptación del pronunciamiento por el Gobierno de Mateo Práxedes Sagasta supuso la restauración de la monarquía en la persona del Rey Alfonso XII.

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